La ley de reconciliación presupuestaria de Estados Unidos, “One Big Beautiful Bill”, bautizada y propiciada por Donald Trump, que contempla reformas fiscales, sociales y migratorias con el objetivo de reconfigurar en profundidad la economía y el rol del Estado.
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La votación expuso ciertas tensiones dentro del propio Partido Republicano, ya que algunos senadores oficialistas se pronunciaron en contra y la votación terminó empatada. En consecuencia, se debatirá nuevamente en la Cámara de Representantes, donde se espera una discusión igual de tensa.
Cómo fue la votación en el Senado de Estados Unidos
Con 51 votos a favor y 49 en contra, el proyecto logró avanzar gracias al respaldo del bloque republicano y el desempate del presidente del Senado, J. D. Vance.
Ningún senador demócrata acompañó la iniciativa, al igual que algunos senadores oficialistas que también se encontraron en desacuerdo. Para la oposición, el proyecto representa un intento de imponer una visión de Estado más excluyente y centralizado en la seguridad, con un alto costo fiscal.

El debate se extendió durante varias jornadas, marcado por intensas negociaciones internas y presiones por parte del Partido Republicano. Una vez más, y tras sufrir algunas modificaciones, la ley vuelve a la Cámara de Representantes.
“One Big Beautiful Bill”: de qué se trata la Ley que impulsa Trump y por qué es tan polémica
La “One Big Beautiful” es una propuesta legislativa integral que pretende implementar una serie de reformas estructurales en Estados Unidos, bajo un lente más nacionalista y conservador.
Uno de sus principales ejes es la reforma tributaria. La disposición impulsa una reducción impositiva, principalmente para trabajadores, familias y empresas. El objetivo es incentivar el consumo, la inversión y el empleo. Además, plantea exenciones de impuestos sobre propinas y horas extras.
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Esta ley también contempla una fuerte reducción del gasto público, especialmente en programas sociales como Medicaid y el Programa Asistencial de Nutrición Suplementaria (SNAP). Propone establecer nuevos requisitos laborales para acceder a estos beneficios, limitando la intervención del Estado en la protección social.
En materia migratoria, el proyecto refuerza el control fronterizo, y busca alcanzar un millón de deportaciones por año. Además, procura aumentar los fondos para agencias como el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) y limitar el acceso al asilo, con el objetivo de restringir la inmigración ilegal.

Por último, la “Gran y Hermosa Ley” incluye un fuerte aumento del presupuesto militar y recortes a los incentivos para energías renovables, priorizando la producción local de combustibles fósiles.
Al combinar recortes impositivos con drásticas reducciones en el gasto destinado a programas sociales y un endurecimiento de las políticas migratorias, la ley se vuelve sumamente polémica y objeto de fuertes críticas, especialmente por parte de la oposición.
Para muchos, termina beneficiando a los sectores más ricos y priorizando la seguridad por sobre los derechos sociales, lo que genera un intenso debate político y social en todo el país.