Las elecciones presidenciales en Bolivia le presentaron un duro revés al Movimiento al Socialismo (MAS) que gobierna el país. Sin Evo Morales y Luis Arce como candidatos, los comicios que tuvieron lugar el 17 de agosto pusieron fin a una era política consolidada en los últimos 19 años.
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El MAS, golpeado por la disputa entre Evo Morales y Luis Arce
Desde el regreso al país tras el golpe de Estado, la presencia de Evo Morales desestabilizó el gobierno de Luis Arce, quien fue ministro de Economía durante los períodos presidenciales de Morales hasta que asumió el poder en 2020.
Los últimos presidentes electos constitucionalmente buscaban hacerse con el liderazgo del bloque Movimiento al Socialismo – Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS–IPSP), aunque no hicieron más que fragmentar la histórica alianza.
Morales, que gobernó Bolivia entre 2006 y 2019, abandonó la alianza en febrero para constituir un espacio propio, llamado “Evo Pueblo”, aunque nunca tramitó la personería jurídica y la habilitación para participar de las elecciones de agosto.

La grieta en la izquierda se profundizó con la inhabilitación de Evo Morales en mayo de 2025 por parte del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), que en una sentencia ratificó que la reelección solo puede ejercerse una vez de manera continua y consideró ilegítimo el tercer mandato que debía comenzar en 2019.
Sus seguidores bloquearon las principales rutas durante dos semanas en junio, aunque la decisión no podía ser apelada y la fuerza “Evo Pueblo” tampoco podía participar de los comicios.
Sin Morales como candidato y el aumento de la crisis interna en la alianza gobernante, el presidente Luis Arce decidió retirar su candidatura para la reelección e incluso desistió de una posible banca en el Senado por la jurisdicción de La Paz.
Una crisis económica cada vez más profunda
Por fuera de la crisis política, la economía de Bolivia experimenta un notable retroceso. El mal momento de La Paz se comenzó a ver en la caída del Producto Interno Bruto (PIB) del 8,7% en 2020 y el insuficiente rebote del 6,1% en 2021 hasta el tímido crecimiento del 0,73% en 2024, cuando supo tener un promedio superior al 4,5% anual entre 2006 y 2014, durante los gobiernos de Evo Morales.
Desde 2019, la inflación experimentó un notable salto. Los precios pasaron de variar del 1,9% anual a tener un aumento acumulado del 16,92% entre enero y julio de 2025.

A su vez, Bolivia experimenta una crisis de divisas que le impide acceder al mercado energético y comprar petróleo, fundamental para impulsar los distintos sectores productivos como la minería. Esto se explica parcialmente con la pérdida momentánea de Argentina y Brasil como principales importadores del gas boliviano.
Durante 2024, las reservas internacionales netas del país llegaron a caer hasta los 3.148 millones de dólares, frente al récord histórico de 15.122 millones en 2014.
La sangría continuó hasta el primer semestre de este año, cuando se reportó que las reservas llegaron a 2.807 millones de dólares, según el Banco Central de Bolivia (BCB). Esta situación se agrava con el aumento de la deuda pública externa, 13.805,6 millones de dólares, equivalente al 25% del PIB.
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Elecciones en Bolivia: derrota estrepitosa del MAS y balotaje entre la derecha
Rumbo a las elecciones más importantes de los últimos años, el MAS y el Pacto de Unidad que englobó a los principales partidos de izquierda se perciben más debilitados que nunca. La apuesta del actual gobierno fue Eduardo Del Castillo, exministro de Gobierno entre 2020 y 2025, que sacó el 3,2% de los votos.
Por fuera de este bloque, el exmilitante del MAS-IPSP, Andrónico Rodríguez, representó una alternativa de la mano de la Alianza Popular. Quien fue cercano a las políticas de Evo Morales cosechó el 8,3%.

Como indicaban las principales encuestas, la derecha se hizo con el protagonismo de la elección, aunque no acertó con el ganador. Rodrigo Paz y el Partido Demócrata Cristiano sorprendieron con una victoria del 32,2%. El segundo lugar lo ocupó el expresidente de derecha Jorge Quiroga Ramírez (2001-2002), de la coalición Libre, con el 26,8%.
Samuel Doria Molina y el partido Unidad, que habían liderado los relevamientos previos a la elección, terminaron en el tercer lugar con el 19,9% de los votos y quedaron afuera de la segunda vuelta.
Con la victoria de la derecha y unos comicios protagonizados por el “voto nulo” impulsado por Evo Morales, el balotaje entre Paz y Quiroga tendrá lugar el 19 de octubre e, independientemente de su resultado, propiciará en el primer gobierno electo de derecha en 23 años.




