Hungrรญa, Polonia, la Repรบblica Checa y Eslovaquia se han convertido, en los รบltimos tiempos, en un dolor de cabeza para la Uniรณn Europea debido a su lรญnea dura en materia migratoria y a su oposiciรณn al sistema de cuotas para acoger a los refugiados que llegan al Viejo Continente.
En enero de 2003, el entonces titular del Pentรกgono, Donald Rumsfeld, brindรณ una conferencia de prensa en las que cargรณ contra la โvieja Europaโ, liderada por Francia y Alemania, y se refiriรณ a una supuesta โnueva Europaโ, conformada por un conjunto de antiguos miembros del Pacto de Varsovia que se incorporaron a la Organizaciรณn del Tratado del Atlรกntico Norte (OTAN) tras la caรญda del Muro de Berlรญn. En aquel momento, la lรญnea de fractura era el rechazo de Parรญs y Berlรญn y el respaldo de los nuevos socios de la antigua Europa oriental a la operaciรณn militar de EE. UU. en Irak, que no contaba con el visto bueno de Naciones Unidas.
Quince aรฑos mรกs tarde, en otro contexto geopolรญtico, cuatro paรญses centroeuropeos son nuevamente el foco de atenciรณn al hacer sentir su disidencia en el debate migratorio en el seno de la Uniรณn Europea (UE), alineรกndose en contra de las posiciones asumidas por el presidente francรฉs Emmanuel Macron y por la canciller alemana Angela Merkel. Se trata de los miembros del denominado โGrupo Visegradoโ, fundado en febrero de 1991 por los lรญderes de las nacientes democracias hรบngara, polaca y checoslovaca, que acababan de liberarse del yugo soviรฉtico y que, tras la caรญda de la โcortina de hierroโ, buscaban su reinserciรณn en la familia europea y la integraciรณn al sistema de defensa colectivo de la OTAN. Los firmantes fueron el presidente polaco, Lech Walesa, su par checoslovaco, Vรกclav Havel, y el primer ministro hรบngaro, Jรณzsef Antall. En 1993, con la disoluciรณn de Checoslovaquia, pasaron a ocupar su lugar en esta organizaciรณn la Repรบblica Checa y su vecina Eslovaquia.
Cierre de fronteras y agenda de seguridad
Hoy ese cuarteto se ha convertido en el principal obstรกculo para la continuidad de la polรญtica de fronteras abiertas de la UE y de ayuda humanitaria a los refugiados que se lanzan al Mediterrรกneo en busca de un mejor futuro. โLos paรญses de la Uniรณn Europea deberรญan procurar establecer un sistema de asilo que considere las reales necesidades y capacidades de nuestras sociedades y el compromiso con nuestra soberanรญa nacionalโ, afirmaron, en una declaraciรณn conjunta, los ministros del Interior del Grupo Visegrado reunidos el pasado 26 de junio en Budapest.
โCreemos que es necesario desarrollar mecanismos que permitan detener los flujos de emigraciรณn, promover la protecciรณn de los migrantes en sus regiones de origen y salvaguardar terceros paรญses, a fin de favorecer de ese modo el desarrollo sostenible y la protecciรณn de la seguridad de Europaโ, aรฑadieron los representantes del Grupo, tambiรฉn conocido como โV4โ. A ese coro de voces se ha unido, en los รบltimos meses, el gobierno austrรญaco, conducido por el democristiano Sebastian Kurz, en coaliciรณn con el Partido de la Libertad, una formaciรณn euroescรฉptica conducida por el actual viceprimer ministro, Heinz-Christian Strache.
โLa polรญtica migratoria de la UE ha fracasado estruendosamenteโ, ha manifestado en reiteradas ocasiones el primer ministro de Hungrรญa, Viktor Orbรกn, lรญder del partido de centroderecha Fidesz, que se hizo con las riendas del poder tras su aplastante triunfo en las elecciones de 2010, y que consiguiรณ revalidar en 2014 y en 2018. โDebemos defender nuestras fronteras exteriores; esa es la precondiciรณn para garantizar la libre movilidad en el interior de la UEโ, asegurรณ el jefe de gobierno magiar durante una reciente conferencia en Budapest, al tiempo que se mostrรณ dispuesto a prestar โasistencia para transportar a los migrantes de nuevo a su hogarโ. โDeberรญamos exportar ayuda, en lugar de importar problemasโ, concluyรณ.
Valores comunes y raรญces cristianas
Otro de los grandes ejes en torno a los cuales se ha venido manifestando el Grupo Visegrado es la defensa de las raรญces cristianas del Viejo Continente. โMientras nos defendemos de las corrientes migratorias, nosotros tenemos una fuerte identidad cultural a la que no estamos dispuestos a renunciarโ, reafirmรณ el jefe de gobierno hรบngaro en una reciente entrevista con la televisiรณn eslovaca. En el mismo sentido, su colega polaco Mateusz Morawiecki, miembro del partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS), ha manifestado que su sueรฑo es โvolver a cristianizar la Uniรณn Europeaโ y ha reiterado la oposiciรณn de su gobierno a recibir inmigrantes procedentes del Medio Oriente y del norte de รfrica.
En la misma direcciรณn, se ha expresado el jefe del gobierno checo, Andrej Babiลก, quien asumiรณ el cargo en diciembre del aรฑo pasado luego de haber conseguido un sorpresivo triunfo en las elecciones parlamentarias. Bautizado por los medios de prensa como el โDonald Trump checoโ, este multimillonario empresario de la industria agroquรญmica se ha pronunciado en contra del โmodelo de sociedad multiculturalโ. Del mismo modo, el expresidente y lรญder del primer gobierno postcomunista checo, Vรกclav Klaus, no ha dudado en afirmar que โel fenรณmeno migratorio apunta a destruir la cultura y la civilizaciรณn europeaโ.
El otro integrante de este coro de voces crรญticas hacia las polรญticas migratorias de la UE es el gobierno eslovaco, que acaba de asumir la presidencia del Grupo Visegrado. En una reciente entrevista, el primer ministro, Peter Pellegrini, expresรณ: โNo podemos tolerar una situaciรณn a la que nos ha llevado el fracaso de algunos paรญses, que no han conseguido poner orden en su propia casa y han hecho que nuestras fronteras tengan mรกs agujeros que un queso emmental. Nosotros no podemos aceptar la llegada y el libre movimiento dentro de la Uniรณn Europea de cientos de miles de personas de las que no sabemos prรกcticamente nada. La posiciรณn del V-4 (Grupo Visegrado) no ha cambiado. Estoy contento de que algunos paรญses de Europa Occidental empiecen a compartir nuestro punto de vistaโ.
Refugiados: Visegrado versus Bruselas
En mayo de 2015, en el marco de la denominada โAgenda Europea de Migraciรณnโ, la Comisiรณn Europea โpresidida por el luxemburguรฉs Jean-Claude Junckerโ lanzรณ una serie de medidas de โrespuesta rรกpidaโ al drama humanitario que vivรญan los paรญses de la cuenca del Mediterrรกneo, especialmente Grecia e Italia. Ademรกs de reforzar las operaciones Tritรณn y Poseidรณn, conducidas por la agencia europea Frontex, y de comprometerse a intensificar las acciones contra las redes delictivas de traficantes, se planteรณ un ambicioso programa de โreubicaciรณnโ y โreasentamientoโ de refugiados. El reparto, manifestaba la Comisiรณn, estarรญa basado en โcriterios objetivos, verificables y cuantificablesโ y tendrรญa en cuenta โla capacidad de los Estados miembros para absorber e integrar a los refugiadosโ. Los criterios considerados incluรญan el tamaรฑo de la poblaciรณn de cada paรญs, el PBI, el nรบmero medio de solicitudes en el perรญodo 2010-2014 y la tasa de desempleo. El programa fue aprobado cuatro meses mรกs tarde y debรญa conducir a la redistribuciรณn de un total de 120.000 refugiados.
ยฟCuรกl fue la posiciรณn del Grupo Visegrado? Los gobiernos de Hungrรญa, la Repรบblica Checa y Eslovaquia votaron en contra de esa medida, en tanto que la anterior administraciรณn polaca de Eva Kopacz โque habรญa aprobado la medidaโ fue derrotada en las elecciones parlamentarias de noviembre de 2015 por el PiS, que centrรณ su campaรฑa en la oposiciรณn a la acogida de los refugiados y en la defensa de la identidad nacional polaca. En una declaraciรณn conjunta, formulada en Praga en junio de 2016, los primeros ministros del bloque manifestaron su oposiciรณn al sistema de cuotas que, ademรกs de โno funcionar en los hechosโ, corrรญa el riesgo de convertirse en un โfactor de estรญmuloโ a la llegada de los refugiados y de ulterior divisiรณn entre los Estados miembros de la UE.
La situaciรณn no se limitรณ a una simple cuestiรณn retรณrica, sino que se tradujo, en el caso de Hungrรญa, en el cierre de su frontera meridional con Serbia, Croacia
y Eslovenia para evitar el ingreso de refugiados procedentes de Grecia que se aventuraban por la โruta de los Balcanesโ. Posteriormente, el rechazo a las cuotas de refugiados, decretadas por la UE, dio paso a una acciรณn legal, impulsada tanto por Hungrรญa como por su vecina Eslovaquia, ante la Corte Europea de Justicia, que desestimรณ esos reclamos en septiembre de 2017.
ยฟEl fin de la democracia liberal?
Al asumir un nuevo mandato al frente del gobierno hรบngaro, en mayo pasado, el primer ministro, Viktor Orbรกn, realizรณ una polรฉmica afirmaciรณn: โLa democracia liberal ya no es capaz de proteger la dignidad de nuestro pueblo, y tampoco garantiza su libertad, su seguridad fรญsica ni su cultura cristianaโ. En tono apocalรญptico, el premier magiar aรฑadiรณ: โEstoy convencido de que la afluencia de inmigrantes conducirรก a la desintegraciรณn de las naciones y de los Estados, al debilitar los idiomas nacionales, hacer que sus fronteras se vuelvan difusas y que las culturas nacionales se disuelvan en una รบnica sociedad abiertaโ. Y sentenciรณ: โEse es el destino que les espera a aquellos que no consigan defenderse de la inmigraciรณn; tal vez, eso no ocurra maรฑana, pero sucederรก en un futuro cercanoโ.
En la introducciรณn a un estudio sobre la situaciรณn del Grupo Visegrado y su impacto sobre el futuro de la Uniรณn Europea (UE), publicado en 2017 por el Centro de Relaciones Internacionales de Barcelona (CIDOB) y la Fundaciรณn Friedrich Ebert (FES), los investigadores Pol Morillas y Kiera Hepford advierten: โEn un momento en el que los europeos somos testigos del ascenso de movimientos nacionalistas que socavan la lรณgica de una uniรณn aรบn mรกs estrecha, y con el Brexit avecinรกndose, la reconciliaciรณn entre Bruselas y el V4 โGrupo Visegradoโ se convierte en un prerrequisito para la resoluciรณn de la actual crisis dentro de la UEโ.
En los รบltimos meses, la llegada al poder de partidos euroescรฉpticos y cuestionadores del statu quo en Italia y las dificultades que enfrenta la gran coaliciรณn alemana liderada por Angela Merkel, debido a las posiciones populistas de sus socios bรกvaros de la Uniรณn Social Cristiana (CSU), parecen haber reforzado la postura del Grupo Visegrado en el seno de la UE, lo que arroja cada vez mรกs dudas sobre el futuro de la Europa abierta y solidaria con la que soรฑaban sus padres fundadores allรก por 1957.