El Congreso de los Estados Unidos presentó un dossier de 745 páginas sobre la estrategia de China para afectar las bases económicas y políticas de Washington y sus aliados en Occidente, incluidos Europa y Latinoamérica.
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La tensa relación comercial de Washington y Beijing
A lo largo de 12 capítulos, los doce integrantes divididos entre republicanos y demócratas de la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad del Capitolio presentaron su reporte anual que fue aprobado por unanimidad por el poder legislativo.
Para Estados Unidos, China impulsa un modelo económico basado en la oferta “con la intención de convertirse en el exportador global dominante de todo tipo de bienes y materiales manufacturados”.
Pekín fortalece sus intereses nacionales y sus empresas locales pese a promover inversiones extranjeras y evadir las reglas del sistema comercial regulado por la Organización Mundial del Comercio (OMC), entidad a la que el gobierno chino se unió hace 25 años.
El informe sostiene que China mantuvo avances significativos en el desarrollo de la inteligencia artificial; mientras otros aspectos, como la debilidad del mercado financiero, la caída de los valores inmobiliarios y el escaso crecimiento salarial representan obstáculos significativos para su crecimiento económico. También destaca que logró evadir los aranceles estadounidenses con una redirección de las exportaciones hacia otros países.
China y el avance hacia un régimen totalitario
A su vez, republicanos y demócratas coinciden que Xi Jinping realizó medidas para sofocar la disidencia interna e imponer una lealtad política absoluta al Partido Comunista Chino (PCCh), al mismo tiempo que protagonizó una purga de líderes militares clave.

El dossier afirma que la política exterior china se basa en la “construcción de un orden mundial alternativo con ella misma en el centro, simbolizado de manera más poderosa en 2025 por las imágenes de los líderes de Rusia, Corea del Norte, Irán y alrededor de otros 20 países, en su mayoría autoritarios, reunidos detrás de Xi Jinping en un desfile militar en Pekín, conmemorando la victoria de China en la Segunda Guerra Mundial”.
“En reuniones con líderes de Asia, África y América Latina, China ha buscado socavar la credibilidad de Estados Unidos y reforzar sus credenciales como líder del “Sur Global” acusando a Estados Unidos de perturbar el orden internacional, mientras profesa su propio compromiso con el libre comercio, la asistencia al desarrollo y el derecho internacional, a pesar de que a menudo no cumple con tales promesas”, sostuvo la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad del Capitolio.
Estados Unidos acusa a China de amenazar la seguridad global con las maniobras militares cerca de Taiwán y en los mares de China Meridional y Oriental, el sabotaje de cables críticos de comunicaciones submarinas cerca de Taiwán y en el mar Báltico, y la intensificación de los ciberataques contra EE. UU.
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Las alianzas de China, una amenaza para Estados Unidos
Para Washington, el gobierno chino busca de manera constante erosionar la disuasión de Estados Unidos y la resiliencia de las redes de seguridad aliadas, así como de construir lazos estratégicos con Rusia, Irán y Corea del Norte para desafiar el liderazgo de Occidente.

En ese sentido, apunta contra Pekín por “suministrar bienes de doble uso para sostener la guerra de Rusia en Ucrania, financiar a Irán y a sus representantes terroristas mediante la compra de petróleo iraní sancionado, y proporcionar a Corea del Norte cobertura diplomática y apoyo material que impulsa sus programas cibernéticos y de armas”.
Finalmente, el Capitolio advierte que la cooperación de China con estos países genera preocupaciones significativas para la seguridad del Indo-Pacífico y, especialmente, sobre un potencial conflicto en Taiwán, provocando un escenario de amenazas múltiples para “obligar a Estados Unidos a enfrentar decisiones difíciles sobre la escalada y la asignación de recursos”.




