Después de meses de intensas fricciones comerciales, los presidentes de Estados Unidos y China volverán a verse las caras. La esperada reunión entre Donald Trump y Xi Jinping tendrá lugar en el marco del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que se celebrará en Seúl, Corea del Sur, entre el 31 de octubre y el 1 de noviembre.
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En este encuentro, no solo se tratarán los temas propios del foro, sino también se discutirán los conflictos económicos bilaterales y las amenazas derivadas del aumento recíproco de aranceles impulsados por ambos gobiernos. Además de los dos mandatarios más influyentes del escenario internacional, estarán presentes los jefes de Estado de Australia, Canadá, Chile, Japón, México, Perú y Vietnam, entre otros.
Donald Trump y Xi Jinping: un encuentro que podría mitigar la competencia
El reencuentro entre los presidentes de Estados Unidos y China marcará un nuevo capítulo en la relación entre las dos mayores potencias económicas del mundo. Tras años de enfrentamientos comerciales y restricciones tecnológicas mutuas, el diálogo directo busca reabrir canales de cooperación.
Ambos líderes llegarán a Corea del Sur con posturas firmes. Trump insiste con endurecer los aranceles sobre productos chinos para “proteger la industria nacional”. Por su lado, Xi Jinping responde reforzando las políticas de autosuficiencia tecnológica y expandiendo su influencia en Asia-Pacífico, América Latina y África.

En este contexto, se espera que el encuentro en el marco del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) funcione como un espacio para retomar el diálogo entre ambos países.
Aunque la agenda oficial del foro estará centrada en temas de comercio regional, desarrollo sostenible e innovación tecnológica, la atención mundial pasará por la reunión entre estos dos líderes.
Según trascendió, Trump y Xi mantendrán un intercambio privado al margen de las sesiones generales, en busca de reducir tensiones y definir nuevos parámetros para la relación económica y diplomática.

El resultado de esta reunión podría tener repercusiones más allá del ámbito bilateral. La cooperación o el desacuerdo entre Estados Unidos y China influirá directamente en el equilibrio económico global.
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Esto se debe principalmente a que ambos concentran más del 40% del PIB mundial y mantienen una interdependencia clave en sectores como la tecnología, la energía y el comercio de bienes estratégicos. En este sentido, cualquier cambio en su vínculo impacta en los precios, las inversiones y la estabilidad de los mercados internacionales.
El reencuentro entre ambos mandatarios se percibe como una prueba clave para medir si aún existe espacio para la negociación entre las dos economías más grandes del mundo.