Donald Trump anunció aranceles del 50% a Brasil después de haber criticado el trato que le da el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva al ex presidente Jair Bolsonaro, uno de los antiguos aliados del republicano en Latinoamérica.
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Estados Unidos castigó a Brasil por política y comercio
En la nueva ola de la guerra comercial que libra el presidente Donald Trump, Brasil entró en la lista de países con aranceles específicos. A partir del 1 de agosto, los productos brasileños pagarán un 50% de impuestos, que se sumarán a los gravámenes sectoriales que Estados Unidos aplica sobre los automóviles (50%), el acero y el aluminio, en ambos casos del 25%.
El mandatario estadounidense justificó la medida por el “desequilibrio de la balanza comercial”, a pesar de que Washington tiene un superávit de más de 410.000 millones de dólares en los últimos 15 años.
Además, expresó que “no habrá aranceles si Brasil o las empresas de su país deciden fabricar productos en Estados Unidos. De hecho, haremos todo lo posible para obtener las aprobaciones de forma rápida, profesional y rutinaria; es decir, en cuestión de semanas”.

Washington envió la misma carta a Brasil que al resto de los países, pero con la particularidad de involucrarse en una disputa judicial y política que tiene como protagonista a Jair Bolsonaro.
Donald Trump denunció una “cacería de brujas” contra el ex presidente brasileño, un ataque insidioso contra las elecciones libres y “órdenes de censura secretas e ilegales contra plataformas de redes sociales estadounidenses”, que motivaron los nuevos aranceles al gobierno de Lula da Silva.
Se trata de la primera vez que la Administración Trump presenta otros argumentos además de los comerciales para imponer aranceles a un país.
Por su parte, el presidente de Brasil comunicó que “Brasil es un país soberano con instituciones independientes que no aceptarán ser controladas por nadie” y que “cualquier medida de elevación unilateral de tarifas será respondida a la luz de la Ley de Reciprocidad Económica brasileña”.
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La causa que investiga a Jair Bolsonaro por intento de golpe de Estado
También hizo foco en que el proceso judicial contra quienes planearon el golpe de Estado es de “exclusiva responsabilidad de la Justicia brasileña” y, por tanto, “no está sujeto a ningún tipo de interferencia o amenaza que viole la independencia de las instituciones nacionales”.
La causa implica una investigación contra el ex presidente Jair Bolsonaro por una supuesta implicancia en los ataques contra los tres poderes del Estado a una semana de la asunción de Luiz Inácio Lula Da Silva para su tercer mandato, el 8 de enero de 2023.
Bolsonaro y funcionarios salientes habrían ideado un plan por etapas para mantenerse en el poder y no realizar la transición democrática pese a la derrota electoral frente a Lula.
El político de derecha fue interrogado por la Corte Suprema junto a otros ex miembros de su gobierno: su ex compañero de fórmula y ministro de Defensa, Walter Braga Netto; a los exministros Anderson Torres y Augusto Heleno; y al ex ayudante de campaña Mauro Cid.

Todos están siendo juzgados bajo cinco cargos: intento de golpe de Estado, participación en una organización criminal armada, intento de abolición violenta del Estado de derecho democrático, daños agravados y deterioro del patrimonio histórico.
Tanto Jair Bolsonaro como los otros acusados niegan los hechos y denuncian una persecución política para debilitar a la oposición. La intromisión de Donald Trump en la disputa judicial y la sanción de nuevos aranceles a Brasil podría complejizar aún más los esfuerzos de estabilización democrática.