En una campaña presidencial atípica en Estados Unidos, sin nuevos debates a la vista entre Donald Trump y Kamala Harris, el cara a cara de este martes entre sus candidatos a vicepresidente será seguido con especial atención por el público estadounidense.
La cita, que tendrá como protagonistas al republicano J. D. Vance y a su rival demócrata Tim Walz, será en los estudios de la cadena CBS, en Manhattan, sin presencia de público. Durará 90 minutos y habrá solo dos pausas publicitarias.
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Vance y Walz, protagonistas antagónicos de la política estadounidense
Estos dos políticos presentan biografías muy distintas. A sus 40 años y con apenas dos años de experiencia a sus espaldas como senador por el estado de Ohio, James David Vance representa al sector más conservador del Partido Republicano.
En la vereda de enfrente, con ideario progresista, el demócrata Tim Walz tiene 60 años y doce de experiencia como representante de Minnesota en la Cámara baja en Washington, y cinco años como gobernador de ese estado.

Sin embargo, a ambos los une su paso por las Fuerzas Armadas. Vance sirvió en la Infantería de Marina y participó como corresponsal militar en Irak en 2005. Por su parte, Walz sirvió durante 24 años en la Guardia Nacional -fuerza militar constituida por voluntarios-, de la que se retiró en 2005. El pasado militar de Walz no está exento de polémica. En la previa al debate, Vance puso en duda su valor como combatiente: “Ese tipo nunca fue a la guerra”, afirmó, alegando que se retiró para evitar servir en Irak.
Por su parte, una frase utilizada por Tim Walz para definir al binomio republicano formado por Trump y Vance se hizo viral. “Estos tipos son raros y sus ideas son raras”, dijo en una entrevista televisiva, en alusión a la supuesta intromisión de los candidatos republicanos en la vida privada de las personas, por su agenda antiaborto y contraria los derechos reproductivos de la mujer.
J.D. Vance, una vida de superación y un best-seller que llegó al cine
J. D. Vance, compañero de binomio de Trump, saltó a la fama por un libro que escribió en 2016 y se convirtió en un best-seller: “Hillbilly Elegy: una elegía rural”. Allí recorre su infancia en Middletown (Ohio), una antigua ciudad que forma parte del denominado Rust Belt o “cinturón del óxido”, que hace referencia al declive de la industria manufacturera en esa zona de EE.UU.
En su obra, que llegó al cine en 2020 de la mano del director Ron Howard, ilustra las “memorias de una familia y una cultura en crisis”, tal como reza el subtítulo del libro. Fue abandonado por su padre -Donald Ray Bowman- cuando era un niño y su madre -Beverly Vance- tuvo una vida de excesos y adicciones. Vance afirma que su crianza y la de su hermana estuvieron a cargo de los abuelos maternos, originarios de Jackson (Kentucky). De hecho, él decidió adoptar su apellido.

“A pesar de los reveses, mis dos abuelos desarrollaron una fe casi religiosa en el trabajo duro y el Sueño Americano”, recuerda Vance en sus memorias. “Sabían que la vida era una permanente lucha y, si bien las posibilidades de éxito eran un tanto más difíciles para gente como ellos, eso de ningún modo justificaba el fracaso”, añade. “Podrás ser lo que tú te propongas”, le decía su abuela Bonnie Blanton Vance, dueña de 19 escopetas, cuyo papel fue encarnado por Glen Close en la pantalla grande.
Un fiel exponente de la derecha republicana
Con una profunda fe católica y fiel exponente del movimiento provida y antiaborto, J. D. Vance encarna un modelo de superación. Graduado en Ciencia Política en la Universidad Estatal de Ohio y en Derecho en la prestigiosa Universidad de Yale, se convirtió luego en un empresario modelo. Con inversiones en capital de riesgo, dentro de la industria de la tecnología de San Francisco, le permitió generar un muy buen pasar económico.
Sin embargo, en 2016 se radicó nuevamente en Ohio y, tras fundar una ONG centrada en la educación y la lucha contra las adicciones, dio el salto a la política. Elegido como senador por su estado natal, asumió el cargo en enero de 2023. Ahora podría convertirse en el titular de la Cámara alta si es elegido vicepresidente, en la fórmula encabezada por Donald Trump, en las elecciones del próximo 5 de noviembre.

En el barro de la campaña, Vance no ahorró en descalificaciones contra Kamala Harris, la candidata presidencial demócrata y compañera de fórmula de Tim Walz. La tildó de “liberal lunática de San Francisco”, por su agenda izquierdista y su presunta inacción frente a los problemas de la inmigración ilegal en la frontera sur del país.
Walz, un exmaestro de escuela comprometido con sus alumnos
El demócrata Tim Walz se ubica en las antípodas ideológicas de Vance, aunque a ambos los identifica el haber crecido en un entorno rural. Nacido y criado en Nebraska, como los abuelos de su rival republicano, de joven trabajó en la granja familiar. Con una licenciatura en Educación en Ciencias Sociales por el Chadron State College y una Maestría en Liderazgo Escolar por la Universidad Estatal de Minnesota, realizó una experiencia como profesor de inglés en China en 1989.
A sus 32 años, se radicó junto a su esposa en Mankato (Minnesota), donde fue profesor de Ciencias Sociales y se desempeñó como entrenador del equipo de fútbol americano del Mankato West High School entre 1996 y 2006. Allí también apadrinó la Alianza Gay-Heterosexual, desde donde mostró su compromiso con los derechos de la comunidad LGTBI+.

La historia de su ingreso en política tiene un costado polémico, que ha generado cuestionamientos. Según la versión de Walz, en 2004 llevó a un grupo de estudiantes a un acto de campaña del entonces presidente George W. Bush y a uno de ellos no se le permitió el ingreso porque llevaba un sticker de su rival demócrata John Kerry en la billetera. La impotencia que le dio el hecho llevó a Walz a enrolarse como voluntario en la campaña de Kerry. El diario Washington Examiner rechazó la veracidad de la historia, citando fuentes de la campaña de Bush de esa época que niegan ese incidente.
El desembarco en la política, con una agenda progresista
Elegido como representante de Minnesota en la Cámara baja del Capitolio, en Washington, mantuvo su banca durante 12 años, entre 2007 y 2019. Defensor de un ideario progresista, dio el salto a la gobernación de su estado en las elecciones de noviembre de 2018, cuando se impuso con el 53,9% de los votos a su rival republicano Jeff Johnson, quien logró el 42,4%.
Como gobernador, impulsó políticas de ayuda a las familias de bajos ingresos de su estado, como el crédito tributario de 1.750 dólares por niño. Más de 215.000 familias, con más de 437.000 niños, han solicitado ese crédito hasta ahora. También promulgó un proyecto de ley de gratuidad de la matrícula universitaria para los estudiantes de familias de Minnesota que ganan menos de 80.000 dólares al año.

En cuanto a los derechos reproductivos, en enero de 2023, Minnesota se convirtió en el primer estado en codificar el derecho de la mujer al aborto luego del polémico fallo de la Corte Suprema federal, que devolvió la competencia en la materia a los estados de la Unión.
Los republicanos cuestionaron la inacción de Walz en 2020, durante los graves incidentes en las protestas que siguieron al asesinato del afroamericano George Floyd en Minniapolis.
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Sin embargo, él defiende la inversión de su gobernación en cámaras corporales para los policías locales. También estableció controles de antecedentes para la compra de armas por parte de civiles, considerado casi un sacrilegio por parte de los sectores más conservadores del Partido Republicano.




