Reino Unido acusó a Rusia de utilizar el buque Yantar para realizar un mapeo de los cables submarinos cerca de las aguas territoriales de Escocia. La denuncia de espionaje no es la primera que recae sobre Moscú, que está bajo la mira internacional por diversos casos de sabotaje a la conectividad marítima y utilizar una flota fantasma para evadir las sanciones a las exportaciones.
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Buque Yantar: de asistir a Argentina, a ser perseguido por Reino Unido
El buque Yantar fue registrado por Rusia como un barco de investigación oceanográfica en aguas profundas. Con dos pequeños submarinos autónomos, llamados Rus y Konsul, colaboró en la búsqueda junto a otros 17 países del submarino ARA San Juan, que naufragó a 6.000 metros de profundidad a finales de 2017.
La asistencia a Argentina en el trágico suceso que se cobró la vida de 44 submarinistas quedó en una anécdota para el buque ruso, en medio de un largo historial vinculado a incidentes internacionales.
La misma tecnología que le permite realizar tareas de investigación científica y brindar asistencia humanitaria sirve como arma de guerra al servicio de la Armada rusa. El Reino Unido acusó al Kremlin de enviar al Yantar hacia el norte de Escocia para realizar un mapeo de los cables submarinos y movilizó una fragata de la Marina Real y varios aviones P-8 de la Royal Air Force para dar con su paradero.

No es el primer evento de esta índole en 2025, otro avistamiento similar ocurrió el 22 de enero, cuando la marina británica detectó al buque ruso en el Canal de la Mancha, y luego en el mar del Norte
Además, en septiembre de 2015, apareció cerca de la costa de Estados Unidos, camino a Cuba, y un año más tarde en la costa de Siria, donde se lo vinculó con la interrupción del servicio de internet tras un inconveniente con un cable submarino cercano.
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Más casos de la guerra híbrida librada por Rusia
El buque Yantar es solo una pieza de la guerra no convencional que Rusia mantiene con los aliados de Ucrania.
Un incidente grande ocurrió en abril de este año, cuando Rusia fue acusada de haber colocado sensores en los lechos marinos cercanos a las islas británicas para vigilar a Londres, especialmente a los submarinos nucleares de la Royal Navy que integran el programa Trident, la columna vertebral del poder de disuasión frente a un hipotético conflicto bélico.
El sabotaje a los cables submarinos en el Mar Báltico que afectó en distintas ocasiones a Alemania, Finlandia, Estonia, Lituania y Suecia también es parte esencial de una estrategia contra la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en la última década.

Además, Francia detuvo en octubre de 2025 al buque ruso Boracay por estar implicado en una serie de vuelos de drones que sobrevolaron Dinamarca, desde el 22 de septiembre, en clara vulneración de su espacio aéreo y como parte de una serie de acciones de Rusia contra la OTAN.
Esta embarcación integraría la afamada flota fantasma rusa, estimada entre 600 y 1.000 buques que navegan sin bandera, que le reportaría decenas de miles de millones de euros a Moscú con la evasión de los controles y sanciones a las exportaciones de petróleo y gas.
La guerra híbrida le permite a Vladímir Putin y al ejército ruso financiar sus esfuerzos bélicos contra Kiev, sobrevivir a la presión económica y financiera internacional, y disuadir cualquier tipo de medida de respuesta de la OTAN.




