Cuba atraviesa una crisis profunda marcada por la escasez de combustible, apagones prolongados, deterioro de los servicios básicos y un creciente descontento social. En este contexto, el petróleo de Venezuela se convirtió en un recurso estratégico para la supervivencia del régimen de Miguel Díaz-Canel, que depende de esos envíos para sostener el funcionamiento mínimo del sistema energético de la isla.
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Esta situación explica el respaldo político y estratégico que mantiene hacia el gobierno de Nicolás Maduro. Más allá de afinidades ideológicas, sin el crudo venezolano, Cuba enfrentaría un escenario de colapso económico y social aún más severo, de acuerdo a un análisis llevado a cabo por el diario estadounidense The Wall Street Journal.
Cuba y Venezuela: una alianza estratégica sostenida por el petróleo
El respaldo cubano al régimen de Nicolás Maduro aumentó notablemente en los últimos años, a medida que se profundizó la crisis energética en la isla. Venezuela continúa siendo el principal proveedor externo de petróleo para Cuba, con envíos que, aunque muy por debajo de los niveles históricos, siguen representando una porción clave del combustible que el país importa.
El país caribeño mantiene una presencia activa en Venezuela a través de asesores políticos y agentes de inteligencia que colaboran con el control interno del régimen chavista. Este apoyo fue fundamental para reforzar la estructura de poder de Maduro frente a tensiones internas y presiones externas, especialmente en el ámbito militar.

Tras el aumento de las tensiones con Estados Unidos por su presencia en el Caribe, sumado a las denuncias por violaciones a los derechos humanos y la falta de elecciones democráticas transparentes, Venezuela perdió a varios aliados clave en la región. En este escenario, el respaldo de Cuba, ya sea por razones estratégicas o ideológicas, se convirtió en un apoyo que hoy el régimen de Nicolás Maduro considera indispensable.
La presión norteamericana sobre el sector energético venezolano añadió complejidad a esta relación. Las sanciones y las restricciones al transporte marítimo de crudo dificultan los envíos hacia Cuba, incrementando la vulnerabilidad energética de la isla y reforzando la dependencia de que el chavismo se mantenga en el poder.
Cuba: una crisis profunda y su nexo con Venezuela
El vínculo entre Cuba y Venezuela se consolidó a partir de la llegada de Hugo Chávez al poder en 1999, cuando ambos países establecieron un acuerdo de cooperación basado en el intercambio de petróleo por servicios. Durante los años de mayor bonanza petrolera, Venezuela llegó a enviar cerca de 100.000 barriles diarios a la isla, un nivel que permitió a Cuba sostener su sistema energético durante más de una década.
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Hoy, los envíos rondan los 30.000 barriles diarios, una cifra significativamente menor pero aún esencial para el funcionamiento del país. La reducción del suministro, sumada a una infraestructura energética obsoleta y a la caída de otras fuentes de abastecimiento, provoca apagones recurrentes y un fuerte impacto en la vida cotidiana de la población cubana.
Analistas advierten que un corte total del petróleo venezolano podría desencadenar un colapso económico y social de mayor magnitud en Cuba. Por ese motivo, Cuba intensificó su respaldo político a Venezuela, consciente de que la continuidad del régimen de Maduro es un factor determinante para intentar sostener, al menos parcialmente, su ya deteriorada situación interna.




