Corea del Norte dio un paso significativo en la modernización militar de sus medios con la presentación de su nuevo buque destructor, el Choe Hyon. Este moderno navío de guerra fue mostrado públicamente en el puerto occidental de Nampo, en el marco del 93º aniversario de la fundación del Ejército Popular de Corea.
Cómo es el nuevo buque destructor norcoreano
El evento contó con la presencia de Kim Jong Un y fue transmitido por los medios estatales como una clara señal de fuerza y autosuficiencia tecnológica. Según el propio líder norcoreano, se trata de un avance crucial en la estrategia defensiva y ofensiva del país, especialmente en el contexto de creciente tensión en la península coreana.
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El Choe Hyon es el primer buque de una nueva clase de destructores que, según las autoridades norcoreanas, fue construido íntegramente con recursos y tecnología desarrollados en el país, y en un tiempo récord de aproximadamente 400 días. Aunque el hermetismo habitual del régimen impide conocer en detalle todas sus capacidades, analistas militares internacionales lograron identificar varias características notables a través del material audiovisual y las declaraciones oficiales.
Se estima que el buque desplaza unas 5000 toneladas y mide entre 140 y 145 metros de largo, con una manga aproximada de 16 metros, lo que lo coloca en una categoría superior a cualquier otro buque conocido hasta ahora en la flota norcoreana.
Corea del Norte: cuál es la fortaleza tecnológica del buque
Una de las novedades más llamativas del Choe Hyon es la incorporación de radares de matriz en fase, que se pueden observar en sus paneles fijos montados en la superestructura. Este tipo de radar, más común en las armadas de potencias como China, Estados Unidos o Corea del Sur, permite un seguimiento mucho más eficiente de múltiples blancos y mejora sustancialmente la capacidad de respuesta del buque frente a amenazas aéreas o navales.
Además, el diseño del destructor presenta elementos de sigilo con superficies angulosas que reducen su firma radar, una innovación notable para una fuerza naval que hasta hace pocos años operaba casi exclusivamente con tecnología de la Guerra Fría.
El armamento del Choe Hyon también despertó gran atención. En la parte delantera del buque se ubica un cañón naval de calibre 127 o 130 milímetros, de diseño similar al italiano OTO Melara, aunque de fabricación local. Este cañón se complementa con sofisticados sistemas de defensa antiaérea, incluyendo lo que parece ser una versión del sistema ruso Pantsir-ME, así como dos cañones CIWS AK-630 de corto alcance, montados en la popa.
No obstante, el verdadero salto cualitativo está en sus capacidades de lanzamiento vertical. El buque cuenta con 74 celdas de lanzamiento vertical (VLS), distribuidas entre la proa y la popa. Estas celdas permitirían lanzar una variedad de misiles, incluidos misiles de crucero, misiles antibuque, misiles tierra-aire y posiblemente incluso misiles balísticos de corto alcance con capacidad nuclear. Es la primera vez que se observa un sistema de este tipo en un buque norcoreano.
La posición de Corea del Norte en la defensa global
La presentación de este destructor no fue un acto aislado, sino que se enmarca en una política más amplia de rearme impulsada personalmente por Kim Jong Un. En su discurso durante la ceremonia, el líder norcoreano afirmó que el Choe Hyon es una respuesta directa a las crecientes maniobras militares conjuntas entre Estados Unidos y Corea del Sur, las cuales el régimen considera una amenaza directa a su soberanía.
También reiteró su compromiso con el desarrollo de submarinos nucleares y otras armas estratégicas, como misiles hipersónicos y sistemas de reconocimiento por satélite. De hecho, en los últimos años, Corea del Norte multiplicó sus ensayos balísticos e intensificó su cooperación tecnológica y militar con Rusia, especialmente en el contexto del conflicto en Ucrania. Analistas occidentales señalan que esta cooperación podría estar facilitando acceso a tecnologías que antes estaban fuera del alcance del régimen norcoreano.
Hasta ahora, la Armada de Corea del Norte era considerada la rama más rezagada de sus fuerzas armadas, dominada por submarinos de pequeño alcance, buques patrulleros y corbetas tecnológicamente limitadas. Este nuevo destructor, en cambio, permite a Pyongyang proyectar poder naval mucho más allá de sus costas y responder con mayor flexibilidad a eventuales bloqueos, incursiones o amenazas regionales.
Si bien el buque aún se encuentra en fase de pruebas, su entrada en servicio, prevista para 2026, obligará a Corea del Sur, Japón y Estados Unidos a ajustar sus estrategias marítimas en la región.
A pesar del secretismo, expertos en defensa advierten que el verdadero impacto del Choe Hyon dependerá no solo de su tecnología, sino de cómo se integre operativamente en el conjunto de la Armada norcoreana. Mantener una unidad de este nivel requiere no solo recursos materiales, sino también personal altamente capacitado, sistemas logísticos modernos y una doctrina naval coherente. Corea del Norte dio un salto tecnológico con este buque, pero queda por verse si podrá sostenerlo en el tiempo.
