La guerra en Ucrania atraviesa una fase incierta con el frágil acuerdo de alto el fuego. El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, dialogó con su par Volodímir Zelenski y le propuso que su país tome control del sistema energético ucraniano, específicamente la central nuclear de Zaporiyia, con el fin de protegerlo de los ataques de Rusia.
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Así es Zaporiyia, la central eléctrica de Ucrania en manos rusas
El acuerdo de alto el fuego, si bien no fue formalizado por ambos bandos, establece la suspensión de los ataques a infraestructuras críticas. Esta condición, que contó con la intermediación de Estados Unidos ante Rusia, pretende establecer las fases de futuras negociaciones, aunque ya habría sido violada por las tropas rusas.
En este marco de desconfianza, el presidente de EE.UU., Donald Trump, se comunicó por teléfono con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, y le propuso que Washington tome posesión de las centrales eléctricas de Kiev, porque sería la “mejor protección y apoyo posibles”.

Una de esas centrales es Zaporiyia, la única bajo control ruso desde marzo de 2022. Esta instalación nuclear es la más grande de Europa y está ubicada al sur del país, en Enerhodar, cerca de la ciudad de Zaporiyia que le da su nombre.
Fue construida a mediados de la década del 80 por la Unión Soviética, consta de seis reactores nucleares de agua ligera a presión con una generación de 950 megawatts cada uno, alcanzando una potencia total de 5.700 megawatts. Las instalaciones cuentan con dos torres de refrigeración que utilizaban el embalse de Kakhovka hasta que la presa se rompió el 6 de junio de 2023 y las acusaciones apuntaban nuevamente contra Rusia.
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Objetivo militar: Rusia, tras el sistema energético ucraniano
La importancia de la central de Zaporiyia es tal que generaba la mitad de la energía nuclear del país a nivel nacional y una quinta parte de la generación total. Con la ocupación extranjera, Ucrania perdió un elemento fundamental para su sistema energético con una reducción de seis gigawatts. Sumado a otros ataques rusos, el país perdió dos tercios de la generación que poseía antes de la guerra.
Entre marzo y mayo del año pasado, Ucrania recibió un duro golpe a su sistema energético con la pérdida de nueve gigawatts en capacidades de fuentes térmicas, hidroeléctricas y solares.

El peor momento llegó el 26 de agosto de 2024, cuando Rusia lanzó 200 misiles y drones en uno de los ataques aéreos más importantes del conflicto. El principal objetivo fue la infraestructura energética que sufrió grandes daños y causó que 8 millones de casas perdieran energía de forma repentina y la capital de Kiev sufriera su primer apagón no programado desde noviembre de 2022.
Para el presidente Volodímir Zelenski y su gabinete, la protección del sistema energético es uno de los asuntos más urgentes que presenta el conflicto bélico con Rusia y la ayuda estadounidense podría ser una garantía imprescindible para no solo recuperar la central nuclear de Zaporiyia, sino otras ubicaciones que todavía no fueron dañadas en su totalidad por Moscú.




