China continúa con su innovación tecnológica y anuncia progresos en la industria militar. Los drones irrumpieron en la guerra de Ucrania como un recurso barato, pero que ofrece una contraparte efectiva que Pekín entiende como el futuro de los combates. La serie MD representa esta visión que podría amenazar en un futuro no tan distante a Taiwán y a otros vecinos de Asia.
- Te puede interesar: APEC: China opacó la cumbre Asia-Pacífico con el megapuerto de Chancay
Los drones, cada vez más importantes en la guerra
El conflicto entre Ucrania y Rusia funcionó sin pretenderlo como un escenario de pruebas para una tecnología que nunca había sido protagónica en una guerra a gran escala. Ambos países hallaron que los drones son una herramienta de gran precisión, amplio alcance y bajo coste que evita comprometer a soldados con su funcionamiento remoto.
La industria militar global comenzó a desarrollar drones en masa hace años y tiene como grandes exponentes a China y a Turquía. El gigante asiático se consolidó desde 2019 como el gran exportador en todo el mundo.
El país alberga a Shenzhen DJI Innovation Technology Co., la mayor empresa de drones del planeta, con una participación en el mercado global en torno al 90% y con una contribución del 76,8% en Estados Unidos.

Esta compañía fue incorporada a la lista negra del Pentágono bajo la acusación de exportar esta tecnología con fines militares, una medida que impactó de lleno y obligó a China a establecer mejores controles en sus acuerdos comerciales.
Sin embargo, el ímpetu chino sigue valiendo para ser líder entre los consumidores civiles, aunque sigue lejos del poderío militar de Estados Unidos. Desde Pekín son conscientes de esta desventaja histórica y comenzaron un proceso de inversión y desarrollo para sumar en masa a los drones dentro su abanico aéreo.
Copiaron los modelos estadounidenses MQ-9 Reaper y Global Hawk, haciéndolos más baratos y más rápidos. Pero recientemente, China presentó la serie MD, unos ejemplares desarrollados localmente que pretenden rivalizar con los últimos desarrollos de Washington.
MD-22, la nueva amenaza para EE.UU. y Taiwán
Los drones MD-19, MD-21 y MD-22 aparecen como un hito en el propio apartado de los vehículos aéreos no tripulados. Según las exposiciones en el Salón Aeronáutico de Zhuhai y posteriores pruebas, estos drones tienen un rango de autonomía de 8.000 kilómetros y una capacidad de viajar a velocidades hipersónicas, Mach 7 para ser precisos, lo que superaría los 8.600 kilómetros por hora.

Además, según los chinos, estos desarrollos tienen la capacidad de ser lanzados desde aviones e incluso globos sonda sin necesidad de tener el sistema de propulsión activados. Y la gran novedad, sin dudas, es su tren de aterrizaje retráctil, lo que le permite aterrizar de forma horizontal y ser reutilizado, a diferencia del estilo kamikaze que reina en los principales drones de la actualidad.
Estas capacidades posicionan a la serie MD china como tecnología de vanguardia y un peligro inminente para Taiwán, el territorio amenazado constantemente por Xi Jinping y sus Fuerzas Armadas con los ejercicios Joint Sword. La cercanía a la isla y la posibilidad de reutilizar este tipo de vehículos le otorga a China un poderío que debe ser tenido en cuenta.
- Te puede interesar: China busca aumentar su poder de disuasión en medio de las tensiones con Taiwán
¿Cómo planea Estados Unidos combatir a China?
La amenaza china en la región asiática es seria y, por ello, el Pentágono ideó Hellscape, una intervención directa ante la posible invasión a Taiwán. El almirante Samuel Paparo, jefe del Mando Indopacífico, dio detalles de esta operación defensiva al The Washington Post.
El funcionario estadounidense indicó que quiere “convertir el estrecho de Taiwán en un infierno sin tripulación utilizando una serie de capacidades clasificadas, para poder hacerles la vida completamente miserable durante un mes”.
El plan de desgaste por tierra, mar y aire de Paparo tiene como objetivo inicial retrasar la conquista de Taipéi para que Estados Unidos y sus aliados reúnan los recursos militares para intervenir en la guerra. Esta tarea recaería en los drones enjambres, que se encargarían de obstruir las operaciones aéreas y ayudar a guiar misiles aliados hacia la Armada china durante un tiempo determinado.
Para hacer realidad Hellscape, la subsecretaria de Defensa, Kathleen Hicks, anunció la nueva iniciativa “Replicator”. Este nuevo proyecto consiste en “sistemas autónomos destruibles”, es decir, drones y otros vehículos kamikazes manejados con Inteligencia Artificial.

Con estos sistemas, de bajo costo e integrados en enjambres de miles, la cartera de Defensa espera poder contrarrestar la superioridad numérica de China y un factor clave como es la distancia operativa. El presupuesto militar incluyó una partida de mil millones de dólares para los años fiscales 2024 y 2025 para la primera ronda del sistema Replicator, la cual se espera que esté operativo para finales del año que viene y el primer semestre de 2026.




