Tras poco más de nueve años en el poder, la anunciada renuncia del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, por falta de apoyos en el Parlamento y en su propio partido, marca el fin de una era en la política canadiense. Aunque las próximas elecciones están fijadas para el mes de octubre, los liberales tendrán dificultades para mantenerse en el gobierno.
Mientras tanto, el opositor Partido Conservador se prepara para tomar el relevo en el poder. El líder de la oposición, Pierre Poilievre, ha pedido la convocatoria de elecciones anticipadas. En las encuestas, aparece como el claro favorito para hacerse con el triunfo y quiere aprovechar la crisis en el gobernante Partido Liberal para hacerse rápidamente con las riendas del poder en Ottawa.
- Te puede interesar: Por qué Groenlandia será clave para EE.UU. en el gobierno de Trump
El regreso de Donald Trump al poder en Estados Unidos y su decisión de aumentar los aranceles a los productos importados desde Canadá aparecen en el horizonte como los inmediatos desafíos del futuro premier.

Justin Trudeau: el final de un liderazgo que chocó con los límites de la realidad
Llegado al poder en 2015, a sus 43 años, Trudeau venía de una familia fogueada con el poder. Su padre, Pierre, había sido uno de los primeros ministros más longevos de Canadá, país que gobernó entre 1968 y 1979 y, en un segundo período, entre 1980 y 1984.
Desde el inicio de su mandato, hizo gala de una agenda social progresista y tomó las banderas de la igualdad entre hombres y mujeres y la lucha contra el cambio climático. Con un gabinete compuesto por el mismo número de hombres y mujeres, Trudeau impulsó la legalización del uso recreativo de la marihuana, que se concretó en 2018.

Sus ambiciosos objetivos ambientales chocaron con la realidad de un país que es el cuarto productor mundial de petróleo. Si bien consiguió imponer un impuesto nacional al carbono, que entró en vigor en 2019, ese mismo año aprobó la polémica extensión del oleoducto Trans Mountain.
El aumento de la inflación, que en mayo de 2022 alcanzó su mayor récord en 40 años (7,7%), y el alto costo de la vivienda fueron dos de los mayores cuestionamientos que se le hicieron al premier en los últimos años. Además, en octubre pasado, anunció un cambio de rumbo en su política de puertas abiertas a la inmigración, al establecer una reducción del 21% en los cupos para nuevos residentes en el país.
Una de sus ministras estrellas, la experiodista Chrystia Freeland, dio un portazo en diciembre de 2024, luego de haberlo acompañado en distintos cargos desde el inicio de su gestión. La negativa de la exministra de Finanzas a aceptar un cargo menor en el gabinete marcó la ruptura del vínculo con Trudeau y podría ser una de las aspirantes a sucederlo como líder del Partido Liberal.

La victoria de Trump y los desafíos del futuro gobierno en Canadá
El regreso al poder de Donald Trump en EE.UU. significa un fuerte desafío para el futuro gobierno canadiense. Con su habitual ironía, el nuevo mandatario estadounidense se había referido en distintas alocuciones a Trudeau como el “gobernador” del “gran estado de Canadá”. Pero su mayor amenaza fue el impulso de un aumento del 25% en los aranceles a la importación de productos de ese país.
- Te puede interesar: Trump decidió en cuáles de los lugares más conflictivos del mundo intervendrá
Al respecto, en la última reunión que mantuvo con Trump, Trudeau se comprometió a abordar la crisis del fentanilo. En octubre pasado, las autoridades policiales canadienses desmantelaron el mayor laboratorio de drogas sintéticas encontrado en el país, ubicado en la región de la Columbia Británica.

Allí, el gobierno regional ha despenalizado el consumo de drogas e implementado un audaz experimento en la capital, Vancouver, para abordar el tratamiento de los adictos, a los que se brindan sitios protegidos para controlar que el consumo se realice en forma segura y bajo supervisión médica.
El líder del Partido Conservador, Pierre Poilievre, quien se perfila como futuro primer ministro en todas las encuestas, ha mostrado su oposición a la “liberalización radical de las drogas” y se plantea reducir la presión sobre las empresas petroleras para aprovechar el boom del sector. De esa forma, busca mejorar la sintonía política con el impredecible vecino del sur.