Rodrigo Paz Pereira venció a Jorge Quiroga Ramírez en el ballotage y será el nuevo presidente de Bolivia. El mandatario electo logró el fin de la influencia de Evo Morales y el Movimiento al Socialismo (MAS) en el gobierno nacional y deberá enfrentar los retos de liderar un país afectado por la falta de divisas y la fragmentación política.
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Fuerte cambio de época en La Paz
La disputa de poder entre el presidente Luis Arce y Evo Morales provocó una erosión política y la salida del histórico líder cocalero, que luego intentó ir con su propio partido hasta que fue inhabilitado para presentarse a cargos políticos por intentar ejercer su tercer mandato consecutivo, considerado inconstitucional.
Frente a este escenario, alimentado también por la renuncia de Arce a la carrera por la reelección, los partidos de derecha lograron rendir por encima de los estándares previstos y lograr que el ballotage se definiera entre sus candidatos.
La victoria en segunda vuelta de Rodrigo Paz orientó a Bolivia hacia la derecha, después de 20 años de gobiernos socialistas liderados principalmente por el MAS.

Ahora, el Partido Demócrata Cristiano (PDC) debe enfrentarse a un complejo panorama político, económico y social. La caída y fragmentación del histórico partido izquierdista resulta un problema debido a las violentas disputas entre los simpatizantes indígenas y aquellos fieles al último gobierno de Arce.
Evo Morales no reconoce el ballotage ni su resultado bajo el argumento de los 1.199.887 de votos nulos registrados en la primera vuelta. Se desconoce cuál será la estrategia del ex presidente, sin embargo, ya acusó a Paz de estar “sometido” a Estados Unidos.
La contracara fue el presidente saliente Luis Arce, que reconoció la victoria del PDC, y comunicó “estar listo para trabajar en la transición ordenada que en todo momento comprometimos”. Destacó en su cuenta en la red social X que “después de 28 años se dará la Transmisión de Mando de un gobierno electo en las urnas a otro electo en las mismas condiciones”.
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Los desafíos de Rodrigo Paz, presidente electo de Bolivia
Paz ya tuvo el respaldo de líderes como Javier Milei en Argentina, Gabriel Boric en Chile e incluso diálogos con el gobierno estadounidense. El mandatario electo reveló que habló con el subsecretario de Estado de Trump, Christopher Landau, con el objetivo de construir una “relación estrecha con el gobierno más importante del mundo”.
La apertura de Bolivia muestra señales de moderación esperada por los distintos actores del continente americano, que responde principalmente a una acentuada crisis de divisas. La sangría de reservas llegó a 2.807 millones de dólares, según el Banco Central de Bolivia (BCB), en contraste con el récord histórico de 15.122 millones en 2014.

Esta situación se agrava con el aumento de la deuda pública externa, 13.805,6 millones de dólares, equivalente al 25% del PIB, y la constante demanda de dólares para la importación de insumos y recursos para las distintas economías productivas.
La emisión fue la respuesta y su impacto en los precios de la economía local fue inmediato. La inflación alcanzó el 18,33% hasta septiembre y fue la mayor cifra registrada en los últimos 40 años.
La caída de la producción, el encarecimiento de los bienes y servicios, y la compleja situación del BCB ponen a Bolivia frente a un potencial aumento de deuda y una mayor presión sobre la economía.
El presidente electo Rodrigo Paz deberá generar los consensos para imponer su agenda, pero también para apaciguar las crecientes diferencias políticas y su inevitable traslado al ambiente social, ya afectado por la compleja crisis económica.



