El congelamiento de la participación de Armenia en la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), dominada por Rusia, es un síntoma de la incomodidad del país con las políticas del Kremlin.
La inacción de las tropas rusas ante lo que el gobierno de Armenia calificó como “limpieza étnica” de sus connacionales que vivían en Nagorno Karabaj marcó un punto de inflexión en la política de alianzas de este país del sur del Cáucaso.
El enclave de Nagorno Karabaj, ubicado en territorio soberano de Azerbaiyán, había funcionado como una república independiente de facto durante casi 30 años, desde el fin de la guerra que tuvo lugar entre 1991 y 1994. En septiembre de 2023 fue recuperado por la vía militar por las tropas azeríes, lo que desencadenó el éxodo de más de 100.000 armenios que residían en la zona.
Fuera de ese tema candente, las autoridades de Ereván evalúan también los pasos a seguir ante la falta de una respuesta “política y diplomática” de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) –liderada por Rusia– frente a la ocupación de 208 km2 de territorio soberano y 31 aldeas armenias por parte de las fuerzas azeríes. Lo que exige Armenia es el “respeto de su soberanía” y de las fronteras reconocidas en el Protocolo de Almá Atá que puso fin a la Unión Soviética en diciembre de 1991.

Una alianza militar “congelada”
En febrero pasado, el gobierno del primer ministro Nikol Pashinyan anunció que Armenia suspendía su participación en la OTSC, alianza militar liderada por Rusia y que también integran Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán. Si bien no se trata de un retiro formal, Armenia evaluará sus próximos pasos y no descarta abandonar esa organización, que integra desde la firma de su tratado fundacional en 1992.
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Durante un encuentro con la prensa argentina, del que participó DEF, el canciller de armenia, Ararat Mirzoyan, mostró el disgusto de su gobierno. “Los países miembros de la OTSC se han comprometido mutuamente a asegurar, defender y proteger sus fronteras. Sin embargo, cuando las fronteras de Armenia fueron atacadas, no hubo ninguna intervención política ni diplomática de la organización”, afirmó.

En las condiciones actuales, admitió el funcionario, “no tendría ningún sentido continuar en la organización, mintiéndonos a nosotros y mintiendo a nuestros ciudadanos, fingiendo que todo está bien”.
Ante una consulta de DEF, en la conferencia de prensa que brindó en Buenos Aires, Mirzoyan manifestó que no veía “signos positivos de que la situación vaya a mejorar”, aunque aclaró que todavía no hay una decisión final y la cuestión permanece abierta.
Cooperación con la OTAN y acercamiento a la Unión Europea
Las inocultables tensiones con Moscú han llevado a Armenia a un mayor acercamiento a EE.UU. Prueba de ello fueron los ejercicios militares, bautizados como Eagle Partner, desarrollados en septiembre de 2023 y de los que participaron 85 soldados estadounidenses y 175 armenios.

En cuanto a las relaciones con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), cabe destacar que Armenia integra desde 1994 el programa “Asociación para la Paz”. También ha participado en misiones de paz de la Alianza Atlántica, como la de Afganistán y, actualmente, en Kosovo. De todos modos, Mirzoyan se encargó de aclarar que “no está en la agenda de Armenia formar parte de la OTAN” como miembro pleno del bloque militar.
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Respecto de los vínculos con la Unión Europea (UE), afirmó que “Armenia está dispuesta a acercarse a la UE tanto como la UE esté dispuesta a recibir a Armenia”. Y mencionó, como un hecho positivo, la mejora de los niveles de seguridad en la frontera entre Armenia y Azerbaiyán a partir del monitoreo de la misión civil de la UE instalada allí hace poco más de un año.
“Encrucijada de Paz”, la propuesta armenia para reabrir sus fronteras con Turquía y Azerbaiyán
Un punto de gran interés para Armenia es la reapertura de sus fronteras con Azerbaiyán y con Turquía, tras más de 30 años de bloqueo por parte de sus dos vecinos. El programa que auspician para lograr ese objetivo se denomina “Encrucijada de Paz” y contempla la apertura de comunicaciones, infraestructuras y pasos fronterizos según los principios de la igualdad y la reciprocidad.

“Armenia está a favor de que se desbloqueen las comunicaciones”, subrayó el canciller Mirzoyan, quien enumeró las condiciones que pretende establecer su país. Entre ellas, mencionó que cada país debe mantener su soberanía sobre los controles aduaneros dentro de su respectivo territorio.
“No aceptaremos que estas infraestructuras estén bajo el control de las Fuerzas Armadas de un tercer país”, enfatizó, en referencia a la pretensión de Azerbaiyán de que Rusia controle el corredor de Zangezur, que conectaría el territorio oriental azerí con su república autónoma de Najicheván a través del sur de Armenia.