La geopolítica del transporte regional de gas está sufriendo cambios profundos, a partir de la drástica caída de la producción de Bolivia y del arrastre de Vaca Muerta y su impacto en las exportaciones argentinas. Las piezas de este rompecabezas se están reacomodando para permitir el transporte de gas desde Neuquén hasta el mercado brasileño.
El pasado 1° de abril, la empresa francesa Total Energies exportó los primeros 4,5 millones de m3 de gas a Brasil, sirviéndose de la infraestructura de transporte de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). La compradora fue la brasileña Matrix Energía, con sede en San Pablo.
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En una primera etapa, se espera que Argentina exporte a Brasil un volumen cercano a los 15 millones de m3 de gas diarios. El transporte a través de la infraestructura de YPFB generará ingresos a Bolivia por 200 millones de dólares anuales, según estimó el presidente de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Armin Dorgathen.

Vaca Muerta: la reversión del Gasoducto Norte y el tránsito por el Gasbol
La operación fue posible gracias a la conclusión, en noviembre del año pasado, de la obra de reversión del flujo del Gasoducto Norte, que hasta entonces permitía transportar el gas procedente de Bolivia hacia el mercado argentino. En las últimas dos décadas, tras la firma del acuerdo entre Néstor Kirchner y Evo Morales, nuestro país importó gas boliviano por un valor cercano a los 20.000 millones de dólares.
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El Gasoducto Bolivia-Brasil (Gasbol), por el que transitó el flujo de gas enviado por Total Energies, cuenta con una capacidad de transporte de 30 millones de m3 diarios. Actualmente, está funcionando solamente a un tercio de su capacidad y el presidente de YPFB ofreció a Argentina y Brasil el uso de su infraestructura. Según sus cálculos, hoy existe la posibilidad de transportar hasta 3 millones de m3 diarios a Brasil, aunque no se descarta que en el futuro el volumen pueda incrementarse.

“Se hizo realidad el sueño de cinco años del tránsito de gas por Bolivia desde Argentina a Brasil”, celebró en su cuenta de la red X, el exministro boliviano de Hidrocarburos, Álvaro Ríos Roca, actual socio director de la consultora Gas Energy Latin America. El exfuncionario aventuró, incluso, que Bolivia debería ser visto por Argentina “no solo como un país de tránsito del gas”, sino también como un comprador del fluido.
Exportación de gas: del declive boliviano, al boom de Vaca Muerta
Esta última posibilidad, la compra de gas argentino por parte de Bolivia, es una ecuación que respondería al crudo realismo. Según información oficial, el volumen de producción pasó de 56,6 millones de m3 diarios en 2016 a 29,9 millones de m3 diarios en 2024.
Según un informe elaborado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de Bolivia, en 2013 se había alcanzado el máximo histórico de exportaciones de gas, por un valor de 6113 millones de dólares. La caída se observa claramente en el último registro disponible: en 2023, las ventas de gas al exterior solo reportaron al país unos 2050 millones de dólares.

Mientras tanto, Argentina ha venido registrando una trayectoria inversa en cuanto a producción de gas gracias al desarrollo de las reservas de la formación Vaca Muerta, en la cuenca neuquina. Mientras en 2014, el total a nivel país había alcanzado los 114 millones de m3 diarios, diez años más tarde logró trepar hasta los 139 millones de m3 diarios, según cifras de la Secretaría de Energía.
El mercado brasileño se suma ahora al chileno como nuevo destino de las ventas de gas argentino. El año pasado, el total de las exportaciones energéticas (gas y petróleo) a Chile había generado ingresos por 2844 millones de dólares.