A partir del 1° de enero, el corte de suministro de gas ruso a través de Ucrania, por decisión de las autoridades de Kiev, alteró la situación en Moldavia. Se tornó particularmente crítica en la república secesionista de Transnistria, un territorio con el que Moscú tiene estrechos vínculos.
Su principal central termoeléctrica, Cuciurgan, depende enteramente de los suministros de gas de la estatal rusa Gazprom. Su propiedad está, desde 2008, completamente en manos de la compañía rusa Inter RAO UES.
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Un territorio totalmente dependiente del gas ruso
Transnistria, fronterizo con Ucrania y gobernado de facto como un territorio independiente de la autoridad central moldava, ha dependido históricamente de la provisión de gas desde Rusia. Ahora, ante la negativa de las autoridades de Ucrania de renovar el contrato de tránsito de gas que tenían con la estatal rusa Gazprom, Transnistria podría quedar a oscuras.
“Esta decisión confirma la intención del Kremlin de dejar a los habitantes de la región de Transnistria sin luz y sin calefacción en la mitad del invierno”, escribió en Facebook el primer ministro moldavo, Dorin Recean.

Por su parte, el presidente de la autoproclamada república de Transnistria, Vadim Krasnosevski, instó a la compañía estatal Moldovagaz a buscar una solución para no dejar al territorio desabastecido en pleno invierno.
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Una deuda no reconocida por Moldavia
Cerradas las vías de suministro a través de Ucrania, una solución para Transnistria podría aparecer si las autoridades de Rusia y Moldavia acuerdan otras vías de llegada del gas ruso. Sin embargo, las tensiones entre los gobiernos de ambos países dificulta cualquier posibilidad de negociación.

El meollo de la discusión es una vieja deuda por suministros impagos, exigida por la empresa rusa Gazprom y que ascendería a poco más de 700 millones de dólares. Las autoridades de Moldavia se niegan a reconocer esa deuda.
La situación se complejiza aún más porque el 50% de la estatal Moldovagaz está en manos de Gazprom, mientras que el gobierno moldavo solo detenta el 35,3%. En medio de la escalada de los últimos días, el gobierno moldavo anunció su intención de “nacionalizar” el capital accionario de Gazprom en la empresa.
