Fiel a la lógica de reducción del gasto público y al ingreso del capital privado en distintos sectores de la economía, el gobierno de Javier Milei prepara las primeras privatizaciones dentro del sector energético. Para eso avanzará en la venta de las acciones de YPF y Enarsa en dos compañías claves en la distribución de gas y el transporte de energía eléctrica.
Las empresas en cuestión son Metrogas, hoy controlada en un 70% por YPF, y Transener, que posee el monopolio del sistema de transporte de energía eléctrica en alta tensión. Esta última es controlada por la Compañía Inversora de Transmisión Eléctrica (Citelec), cuyas acciones están divididas en partes iguales entre Pampa Energía, el grupo empresario de Marcelo Mindlin, y la estatal Energía Argentina (Enarsa).

Metrogas: una historia de marchas y contramarchas
Metrogas se constituyó en diciembre de 1992 como empresa distribuidora del servicio de gas por red en Capital Federal y once municipios del Gran Buenos Aires. Fue una de las compañías privadas creadas tras la privatización de Gas del Estado.
En ese momento, el paquete mayoritario de la empresa controlante de Metrogas quedó en manos de British Gas, que se retiró del país a finales de 2012. En mayo de 2013, tras la reestatización de YPF durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, la petrolera estatal se hizo con el paquete accionario mayoritario de Metrogas.
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Ahora YPF busca desprenderse del 70% de las acciones que tiene en la empresa de distribución de gas más importante del país. El resto del paquete accionario está en manos de Integra Gas Distribution, una sociedad de José Luis Manzano (9,23%); y el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES (8,13%); en tanto que el 12,64% cotiza en Bolsa.
“La vendemos, agarramos la plata y la ponemos en Vaca Muerta”, afirmó el presidente de YPF, Horacio Marín, durante un reciente almuerzo en el Consejo Interamericano de Comercio y Producción. Ese es el leit-motiv de la actual gestión de YPF, que ha decidido concentrar todos sus esfuerzos en la explotación de los yacimientos de la formación estrella de la cuenca neuquina.

Transener: una empresa sujeta a los vaivenes políticos
Por su parte, la Empresa de Transporte de Energía Eléctrica en Alta Tensión (Transener) se creó en mayo de 1993, en el marco de la privatización del sector. En 2002, el capital accionario de la división energética del grupo Pérez Companc (Pecom Energía) quedó en manos de la empresa brasileña Petrobras.
El ingreso de Petrobras en el mercado argentino incluyó el 32,5% del capital accionario de Transener. Sin embargo, la operación se vio obstaculizada por un dictamen de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, que ponía reparos a esa transferencia de acciones. El compromiso al que se llegó fue la inmediata venta de esas acciones por parte de Petrobras como condición para la aprobación de la adquisición de los activos de Pecom Energía.

En 2007, tras una serie de idas y vueltas y en el contexto de una fuerte ofensiva del gobierno de Néstor Kirchner contra las transnacionales privadas del sector energético, el paquete accionario de Transener quedó en mayoritariamente en manos argentinas. Electroingeniería, la empresa de Gerardo Ferreyra, y la estatal Enarsa (creada en 2004), se hicieron del 50% de Citelec, controlante de Transener. Finalmente, en 2016 Enarsa se quedó con las acciones de Electroingeniería. El restante 50% ha seguido, hasta hoy, en manos del grupo Pampa Energía.
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Macri, los cortocircuitos con la UCR y la motosierra de Milei
Ahora, el objetivo del gobierno de Javier Milei es desprenderse del paquete accionario de Enarsa en Transener. El antecedente más cercano de un intento similar fue durante el gobierno de Mauricio Macri, cuando el secretario de Energía, Juan José Aranguren, intentó llevar adelante una operación del mismo tipo.
En ese momento, la Unión Cívica Radical (UCR), socio de Macri en el gobierno de Cambiemos, opuso resistencia. Por medio de sus equipos técnicos en el Instituto Argentino de la Energía “General Mosconi”, el radicalismo entendió que no había motivos para que el Estado se desprendiera de esa “estratégica compañía”.

Ahora Milei vuelve a la carga, en un contexto político diferente y en el marco de la conocida prédica del gobierno contra el rol del Estado en la economía. La posible venta de las acciones de Enarsa en Transener se da, además, en pleno diseño de un plan de contingencia ante posibles cortes de suministro eléctrico que podrían producirse en verano.