Hubo “fumata bianca” tras el encuentro que mantuvieron en la Casa de la Provincia de Neuquén, en Buenos Aires, autoridades de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y del gobierno neuquino. El objetivo es reactivar la producción de agua pesada en la planta ubicada en Arroyito, en esa provincia patagónica.
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De la reunión participaron el presidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Germán Guido Lavalle; el gerente general de la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería (ENSI), Alexander Berwyn; el ministro de Planificación, Innovación y Modernización de Neuquén, Rubén Etcheverry; y el representante del área de Desarrollo de Negocios de la CNEA, Daniel Amaya.

Energía nuclear: qué es la planta industrial de agua pesada
Inaugurada en 1993, la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) produce un insumo clave para las centrales nucleares que utilizan el uranio natural como combustible. Esa infraestructura está en condiciones de producir hasta 200 toneladas de agua pesada, que actúa como moderador reduciendo la velocidad de los neutrones para mantener la reacción en cadena de forma eficiente.
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Hasta 2017, cuando detuvo su operación, la PIAP produjo más de 1436 toneladas de agua pesada, de las cuales 825,06 se destinaron para satisfacer los requerimientos del sector nuclear argentino y 610,94 se exportaron a un grupo de ocho países. Entre los mercados de destino, destaca el de Canadá (473,2 toneladas), país de origen de la línea de reactores Candu, como el de Embalse (Córdoba) que utiliza este tipo de tecnología.

La reactivación tras casi una década de paralización
En mayo de este año, la CNEA firmó un memorando de entendimiento con la empresa canadiense AtkinsRéalis, que controla la línea de producción de reactores Candu. En ese marco, se estableció un andamiaje jurídico para la negociación de futuros contratos de compraventa de agua pesada, prestación de servicios de ingeniería y transferencia de conocimientos para la ejecución de proyectos de interés mutuo.
Desde AtkinsRéalis (ex SNC-Lavalin) destacaron la gran demanda que tendrá su nueva flota de reactores Monark, de tercera generación, que contarán con una potencia instalada de hasta 1000 megavatios. Se trata de una asociación estratégica entre Argentina y Canadá, que permitirá la integración de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) en la cadena de suministro global.