La reactivaciรณn del Plan Nuclear Argentino, anunciada por el gobierno de Nรฉstor Kirchner en 2006, fue recibida con beneplรกcito por los distintos actores ligados al desarrollo de la energรญa atรณmica en la Argentina. La noticia se produjo tras un prolongado letargo, durante el cual se paralizรณ la construcciรณn de la central Atucha II, la Comisiรณn Nacional de Energรญa Atรณmica (CNEA) vio sensiblemente reducido su presupuesto y se cerraron las vacantes para el ingreso como personal de planta a la instituciรณn, al tiempo que se intentรณ infructuosamente privatizar la actividad de generaciรณn nucleoelรฉctrica. El Estado, en definitiva, se desentendiรณ de un รกrea estratรฉgica, que quedรณ abandonada a su suerte.
โHoy se empiezan a observar indicios interesantes de recuperaciรณnโ, destaca Diego Hurtado, secretario de Innovaciรณn y Transferencia Tecnolรณgica de la Universidad Nacional de San Martรญn (UNSAM) e investigador del CONICET, quien estรก trabajando en un libro sobre la historia de la energรญa nuclear en la Argentina. โLa decisiรณn polรญtica fue importantรญsima, pero ahora hay que abrir el tema a la esfera pรบblica para empezar a discutir quรฉ significa reactivar el plan nuclear y quรฉ puede ofrecer la Argentina en tรฉrminos competitivosโ, agrega. En su opiniรณn, el Congreso deberรญa convertirse en protagonista central de este debate, que hasta ahora ha quedado circunscripto a la esfera del Poder Ejecutivo.
Nuestro paรญs cuenta con la ventaja de haber desarrollado todo el ciclo del combustible nuclear, desde la extracciรณn del uranio hasta su utilizaciรณn en las centrales. En ese sentido, la polรญtica actual incluye la reactivaciรณn de la planta de producciรณn de agua pesada de Arroyito (Neuquรฉn), muy afectada por las restricciones presupuestarias de fines de los 90, y la reanudaciรณn de las actividades de enriquecimiento de uranio en el Complejo Tecnolรณgico Pilcaniyeu (Rรญo Negro), que estuvo paralizada durante diez aรฑos. A pesar de que el ministro Julio De Vido habรญa mencionado hace tres aรฑos la โnecesidad de impulsar la minerรญa del uranioโ con el objetivo de constituir una โreserva estratรฉgica nacional de este mineralโ, las objeciones de las autoridades provinciales mendocinas han impedido hasta la fecha la reapertura del Complejo Sierra Pintada.
UNA INDUSTRIA โINDUSTRIALIZANTEโ
Para comprender la importancia del actual escenario nuclear argentino, es importante recordar de dรณnde partimos. La dรฉcada del 50 marcรณ el inicio de la investigaciรณn en este campo, con la fundaciรณn de la Comisiรณn Nacional de Energรญa Atรณmica (CNEA) y la creaciรณn del Instituto de Fรญsica de Bariloche (actual โInstituto Balseiroโ). En los 60, en pleno auge del desarrollismo, la energรญa nuclear fue conceptualizada por Jorge Sรกbato como una โindustria industrializanteโ, que funcionarรญa como una โlocomotoraโ para el resto del sistema. Sรกbato, quien se hizo cargo en 1955 de la Divisiรณn de Metalurgia de la CNEA, definiรณ las condiciones necesarias para el รฉxito de una polรญtica de este tipo: โLas dos decisiones principales que deben adoptarse, para establecer un programa nuclear sustentable en un paรญs en vรญas de desarrollo, son constituir una capacidad autรณnoma de toma de decisiones y desarrollar la necesaria infraestructura cientรญfico-tecnolรณgica-industrial para la utilizaciรณn social รณptima de la energรญa nuclearโ.
Lo notable fue la convergencia de gobiernos civiles y militares que en las convulsionadas dรฉcadas del 50 y del 60 coincidieron en impulsar este sector. Sรณlo asรญ se explica la continuidad de la gestiรณn de Oscar Quillihalt al frente de la CNEA, quien presidiรณ el organismo entre 1955 y 1973, con excepciรณn de un breve intervalo durante el primer tramo de la administraciรณn de Arturo Frondizi (1958-1959). โPara que se logre un desarrollo como el que consiguiรณ la Argentina, se tienen que dar muchas condiciones โanaliza Diego Hurtadoโ. Una de ellas es tener los mecanismos de reproducciรณn. En ese sentido, el Instituto Balseiro muestra hasta quรฉ punto la CNEA pensaba con proyecciรณn de mediano y largo plazo, al punto que fue capaz de crear una escuela para abastecer el crecimiento del plan nuclearโ.
El despegue de la actividad de la CNEA se dio entre 1958 y 1969, cuando entraron en operaciรณn los primeros cuatro reactores de investigaciรณn. La construcciรณn en el Centro Atรณmico Constituyentes del RA-1, desarrollado enteramente en el paรญs sobre la base del modelo del estadounidense Argonaut, tuvo su punto de partida en abril de 1957 y alcanzรณ su estado crรญtico en enero de 1958. A รฉl siguieron el RA-0 en 1959, el RA-2 en 1966 y el RA-3 en 1967, este รบltimo destinado tambiรฉn a la producciรณn de radioisรณtopos y ubicado en el Centro Atรณmico Ezeiza. En 1969 Alemania donรณ el reactor de investigaciรณn Siemens SUR 100 (RA-4), que fue instalado en la Facultad de Ingenierรญa de la Universidad Nacional de Rosario en 1972.
DE LOS REACTORES DE POTENCIA AL ENRIQUECIMIENTO DE URANIO
La necesidad de diversificar la matriz energรฉtica impulsรณ al gobierno argentino a analizar la posibilidad de desarrollar reactores nucleares de potencia. Al momento de decidirse la instalaciรณn de la primera central nucleoelรฉctrica, a mediados de la dรฉcada del 60, la discusiรณn se centrรณ en la lรญnea a adoptar. Las opciones eran dos: uranio natural y agua pesada, o uranio enriquecido y agua liviana. Finalmente se adoptรณ la primera opciรณn por considerarse que permitรญa un desarrollo autรณnomo y evitaba depender de la provisiรณn de combustibles desde el exterior. En marzo de 1974 entrรณ en operaciones Atucha I, con un reactor del tipo PHWR (agua pesada presurizada) adquirido a la empresa alemana Siemens, con una potencia bruta de 357 megavatios. Fue el primer modelo de este tipo construido en el mundo y se tratรณ de la primera central nuclear de Amรฉrica Latina. La segunda serรญa Embalse, con un reactor del tipo PHWR de origen canadiense (CANDU), con una potencia bruta de 648 megavatios.
El plan nuclear siguiรณ adelante con la licitaciรณn de la tercera central nuclear โAtucha IIโ y de la planta de agua en la localidad neuquina de Arroyito. El contrato de Atucha II fue ganado por la empresa alemana KWU, subsidiaria de Siemens, para lo cual se conformรณ una sociedad mixta con la CNEA: la Empresa Nuclear Argentina de Centrales Elรฉctricas (ENCACE), con una participaciรณn del 75% de CNEA y del 25% de KWU. Por su parte, la firma suiza Sulzer Brothers fue la adjudicataria de la construcciรณn de la planta de Arroyito. En 1981 se iniciรณ la obra de Atucha II, que originalmente debรญa entrar en operaciones en 1987, pero las restricciones econรณmicas hicieron que se fuera retrasando hasta quedar paralizada en 1993.
Durante la gestiรณn de Carlos Castro Madero (1976-1983) al frente de la CNEA, se dieron nuevos pasos. Por un lado, se creรณ la empresa INVAP, surgida del seno del Programa de Investigaciones Aplicadas de la CNEA. Fue constituida a partir de un convenio con el gobierno de la provincia de Rรญo Negro. Un primer proyecto que se le asignรณ fue la construcciรณn del reactor de investigaciรณn RA-6, a ser instaladao en el Centro Atรณmico de Bariloche. El mismo entrรณ en operaciรณn en 1982. Pero el proyecto mรกs ambicioso de esos aรฑos fue el plan secreto para el enriquecimiento de uranio en Pilcaniyeu. En un contexto internacional difรญcil, que se verรญa afectado posteriormente por la Guerra de Malvinas, los trabajos continuaron adelante y el 18 de noviembre de 1983 Argentina anunciaba al mundo que habรญa logrado desarrollar esa tecnologรญa sensible. Contrariamente a lo que se suponรญa desde los รกmbitos internacionales, el gobierno de Raรบl Alfonsรญn no dio marcha atrรกs en la polรญtica nuclear y tampoco ratificรณ el TNP, al que nuestro paรญs reciรฉn adhiriรณ en 1994. Sin embargo, la distenciรณn con Brasil y la visita del presidente Josรฉ Sarney a las instalaciones de Pilcaniyeu, retribuida con la recorrida de Alfonsรญn al Complejo Aramar (Rรญo de Janeiro), demostraron la voluntad argentina de continuar los desarrollos pacรญficos en el campo nuclear. Estos gestos de mutua confianza se institucionalizaron en 1991, cuando se conformรณ la Agencia Brasileรฑo-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares (ABACC).
LA CRISIS DE LOS 90
La dรฉcada del 90 fue particularmente dura. Un punto de inflexiรณn al respecto fue el Decreto 1540/94, firmado por Carlos Menem y Domingo Cavallo, que en sus considerandos seรฑalaba la conveniencia de transferir al sector privado la generaciรณn nucleoelรฉctrica, lo que nunca llegรณ a concretarse. En ese momento se desafectรณ a la CNEA de la operaciรณn de las centrales y se dio vida a la empresa Nucleoelรฉctrica Argentina S.A. (NA-SA), con 99% de las acciones en manos del Ministerio de Economรญa (que actualmente han quedado a cargo de la Secretarรญa de Energรญa) y 1% en poder de Agua y Energรญa Elรฉctrica (actualmente Emprendimientos Energรฉticos Binacionales -EBISA-).
La aprobaciรณn de la Ley Nacional de la Actividad Nuclear (Ley 24.804), en abril de 1997, mantuvo en cabeza de la CNEA las funciones de asesoramiento al Ejecutivo, la formaciรณn de recursos humanos, la transferencia tecnolรณgica, la gestiรณn de los residuos radiactivos, el desarrollo y construcciรณn de reactores experimentales, la producciรณn de radioisรณtopos para uso medicinal e industrial y la implementaciรณn de programas de cooperaciรณn con terceros paรญses. Se creรณ tambiรฉn la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN) como sucesora del Ente Nacional Regulador Nuclear (ENREN), que habรญa comenzado a funcionar en 1994 bajo la presidencia de Dan Beninson con personal proveniente de la Gerencia de Protecciรณn Radiolรณgica y Seguridad Nuclear de la CNEA.
Paralelamente, una serie de empresas se encargarรญa de las actividades colaterales a la generaciรณn nucleoelรฉctrica, todas ellas con participaciรณn accionaria de la CNEA. En esta condiciรณn se encuentran ENSI (Empresa Neuquina de Servicios de Ingenierรญa), que opera la planta industrial de agua pesada de Arroyito; y DIOXITEK (en la que es accionista la Provincia de Mendoza), que se encarga de la producciรณn de diรณxido de uranio utilizado en la fabricaciรณn de los elementos combustibles para las centrales Atucha I y Embalse. Ya en la dรฉcada del 80 habรญan sido parcialmente privatizadas otras actividades de la CNEA, al crearse CONUAR (Combustibles Nucleares Argentinos) y luego la FAE (Fรกbrica de Aleaciones Especiales), encargadas respectivamente de la provisiรณn de los elementos combustibles para las centrales y de la fabricaciรณn de los tubos de zircaloy. En ambos casos, el Grupo Pรฉrez Companc se asociรณ a la CNEA como accionista mayoritario.
EL CAMINO HACIA LA REACTIVACIรN
La reestructuraciรณn de la CNEA, en los 90, fue acompaรฑada por un fuerte recorte presupuestario, una reducciรณn del personal y la pรฉrdida de capacidad para generar recursos propios. Ello implicรณ un envejecimiento de la edad promedio de los recursos humanos de la instituciรณn, que se encuentra en torno a los 50 aรฑos. โActualmente hay un trabajo muy serio dentro de la Comisiรณn, que se llama Capital Intelectual, donde se analiza tema por tema dรณnde estรก el conocimiento que se podrรญa perder por jubilaciรณn del personalโ, explica Gabriel Barcelรณ, gerente de Relaciones Institucionales de la CNEA, quien asegura que ese activo no va a desaparecer porque โhay un trabajo organizado en ese sentidoโ. Consultado sobre la inserciรณn laboral de los graduados de los tres institutos de formaciรณn de la CNEA, Barcelรณ seรฑala que en el caso de los fรญsicos mayoritariamente continรบan en la Comisiรณn, mientras que los ingenieros nucleares y mecรกnicos son muy requeridos por industrias ajenas al รกrea nuclear. โSin embargo, muchos de ellos se quedan en la CNEA por el interรฉs de la temรกtica de trabajo y, ademรกs, los estรกn tomando en empresas asociadas como INVAP y otras privadas que trabajan en temas nuclearesโ, agrega.
Las industrias asociadas al sector se han visto repotenciadas con la decisiรณn de la administraciรณn de Nรฉstor Kirchner de relanzar Atucha II. Las mayores dificultades vinieron por el costado financiero. โEl incremento sustancial de los costos para continuar la construcciรณn de la central son de mano de obra, ya que los suministros estaban disponibles en 2003โ, indicรณ Jorge Sidelnik, gerente de Evaluaciรณn y Proyectos de NA-SA, en el marco de una conferencia dictada en el Instituto Argentino de la Energรญa โGeneral Mosconiโ. Allรญ remarcรณ tambiรฉn el caso de la planta de agua pesada, que consume muchos recursos por ser muy intensiva en la utilizaciรณn de gas y electricidad. Sidelnik aludiรณ ademรกs a la extensiรณn de vida รบtil de la Central Nuclear Embalse por otros 25 aรฑos, que incluirรก el incremento de su potencia en 35 megavatios. Para ello deberรก estar 18 meses fuera de servicio. Esta fecha coincidirรญa con la puesta en marcha de Atucha II en 2011. Por su parte, Atucha I estรก en condiciones de continuar operando hasta 2017. Con vistas a la construcciรณn de una cuarta central nuclear, cuyo reactor serรญa del tipo CANDU, existe un estudio de factibilidad y todo hace pensar que estarรญa emplazada en la zona de Atucha. Mientras tanto, se comenzarรก a construir en ese mismo sitio el prototipo del CAREM, primer reactor de potencia de fabricaciรณn nacional (ver aparte).
โLa caracterรญstica de la curva de crecimiento del sector estรก condicionada por las condiciones del mercado nuclear: el mismo no posee una demanda constante, sino que estรก condicionada a los proyectos de construcciรณn de infraestructura que demandan veinte aรฑos de desarrolloโ, seรฑala en sus conclusiones un informe sobre el complejo nuclear elaborado por Roberto Kozulj, Allin Reising, Marisa Garcรญa y Manuel Lugones, para el Observatorio Nacional de Ciencia, Tecnologรญa e Innovaciรณn Productiva (ONCI). Allรญ se pone especial รฉnfasis en el patrรณn de especializaciรณn que muestran las industrias ligadas a este campo, tal como ha demostrado INVAP con sus reactores de investigaciรณn vendidos a Perรบ, Argelia, Egipto y Australia. Con recursos humanos muy capacitados y una infraestructura de alto nivel tecnolรณgico, la Argentina no deberรญa dejar pasar esta oportunidad.
Este artรญculo fue publicado en la revista DEF Nยบ 50 – Noviembre de 2009.