El ex CEO de Google, Eric Schmidt, emergió como una figura clave en la intersección de la tecnología espacial y la crisis de energía global. Actualmente, adquirió Relativity Space, una startup aeroespacial que busca revolucionar la industria con cohetes impresos en 3D y reutilizables, como el Terran R.
Al respecto, Schmidt expresó en distintas ocasiones su preocupación por el creciente consumo de energía de los centros de datos, especialmente aquellos que alimentan aplicaciones de Inteligencia Artificial (IA). En una audiencia ante el Congreso de Estados Unidos, enfatizó la necesidad urgente de diversificar las fuentes energéticas, incluyendo la fusión nuclear y los pequeños reactores modulares, para satisfacer la demanda energética de la IA.
Te puede interesar: Cómo la energía verde forma parte de la estructura de la Inteligencia Artificial
Crisis de energía: la idea de Schmidt para los centros de datos espaciales
Aunque no anunció ningún plan en específico para esta instalación en el espacio, su liderazgo en Relativity Space y su enfoque en soluciones energéticas sugieren un interés en explorar opciones fuera de la Tierra. La idea de ubicar centros de datos en órbita puede ofrecer ventajas como el acceso constante a energía solar y la reducción de carga sobre las estructuras terrestres.
Sin embargo, implementar centros de datos en el espacio presenta desafíos significativos. La gestión del calor generado por los equipos es compleja en el vacío espacial y la latencia en las comunicaciones podría afectar en el rendimiento de algunas aplicaciones. Además, los costos asociados al lanzamiento y al mantenimiento son considerablemente altos.

Aun así, en diferentes oportunidades, Schmidt sostuvo que la creciente demanda energética y la imperativa necesidad de una solución justifican la exploración de estas alternativas espaciales. Muchas veces criticó la lentitud de los procesos regulatorios para aprobar nuevas infraestructuras energéticas, especialmente en el ámbito nuclear.
Según estimaciones, los centros de datos podrían consumir hasta el 8% de la energía mundial con el aumento de la Inteligencia Artificial y otras tecnologías emergentes. Con esta nueva solución, Schmidt busca no solo alivianar las redes e infraestructuras terrestres, sino encontrar soluciones más eficientes y limpias.