La empresa tecnológica, Google, firmó un acuerdo histórico con Brookfield Asset Management por valor de 3000 millones de dólares. Se trata de pactos de compra de energía (“power purchase agreements”, PPAs) por 20 años para alimentar sus centros de datos de inteligencia artificial con electricidad proveniente de dos plantas hidroeléctricas, Holtwood y Safe Harbor, ubicadas en Pensilvania.
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Este acuerdo inicial permitirá cubrir hasta 670 MW, con la opción de expandirse en el futuro hasta alcanzar 3000 MW, lo que la convierte en la mayor transacción corporativa de energía hidroeléctrica de la historia.
Las plantas, que se ubican sobre el río Susquehanna, cerca de Filadelfia, serán modernizadas, relicenciadas y optimizadas. Según Brookfield, esto implica renovar turbinas, actualizar sistemas de control y mejorar la eficiencia general, prolongando su vida útil y aumentando su capacidad de respuesta al sistema eléctrico.
Su estructura permite una generación constante y plenamente “despachable”, es decir, permanente y ajustable según la demanda, una ventaja frente a fuentes como solar o eólica, que son intermitentes.

El impacto de la estrategia de Google
Este acuerdo va de la mano con la estrategia de Google para alcanzar un suministro de energía libre de carbono las 24 horas del día. Además de este pacto hidroeléctrico, el gigante tecnológico ya firmó otros contratos con proveedores de energía geo-térmica y nuclear avanzada, y colabora con PJM, el operador de red eléctrica de la región, implementando IA para optimizar las conexiones y gestión del sistema energético.
El impacto de este acuerdo es multifacético. Primero, garantiza a Google una fuente eléctrica confiable, continua y carbon-free para sus centros de datos en una zona de alta demanda, evitando cuellos de botella y subidas de precios en la red PJM.
Además, revitaliza infraestructura existente, generando empleo y fortaleciendo la red eléctrica local. Establece un precedente relevante: muestra que las grandes tecnológicas priorizan fuentes renovables, fiables frente a soluciones más volátiles como solar o eólica.

Desde el punto de vista estratégico, esta maniobra consolida el liderazgo de Google en la carrera por la IA. En paralelo al acuerdo hidroeléctrico, la empresa anunció que destinará 25 mil millones de dólares a centros de datos en Pensilvania, Nueva Jersey y Maryland durante los próximos dos años. La disponibilidad de energía limpia, constante y a gran escala es esencial para entrenar y operar modelos de IA avanzados como Gemini, lo que le da a Google una ventaja competitiva sólida.