El Congreso brasileรฑo aprobรณ la modificaciรณn del rรฉgimen vigente para la exploraciรณn y explotaciรณn de hidrocarburos en las รกreas del pre-sal. El actual modelo de concesiones serรก reemplazado por un sistema de producciรณn compartida, que permitirรก al Estado captar una mayor proporciรณn de la renta petrolera y mantener el control de estos recursos estratรฉgicos.
El descubrimiento de reservas de hidrocarburos ubicadas a mรกs de 7.000 metros de profundidad, en la denominada capa โpre-salโ de la bahรญa de Santos, ha llevado al gobierno brasileรฑo a plantear un cambio en el marco regulatorio de la actividad. El paรญs tendrรก dos regรญmenes paralelos. Las actuales concesiones se mantendrรกn vigentes para las รกreas ya adjudicadas por la Agencia Nacional de Petrรณleo (ANP), el organismo regulador creado por la Ley 9.478 que desregulรณ la actividad. Sin embargo, a partir de la entrada en vigor de la nueva legislaciรณn, las รกreas del pre-sal y otros bloques considerados estratรฉgicos quedarรกn sometidos al rรฉgimen de partilha de produรงรฃo o โproducciรณn compartidaโ.
ยฟEn quรฉ consiste este nuevo sistema? El Estado pasarรก a ser socio de todos los consorcios que se conformen para la explotaciรณn de las รกreas licitadas. Lo harรก a travรฉs de una nueva empresa, Petrosal (Empresa Brasileรฑa de Administraciรณn de Petrรณleo y Gas Natural S.A.), creada con el รบnico objetivo de โrepresentar a la Uniรณn (Estado brasileรฑo) en los contratos conformados para la ejecuciรณn de contratos de producciรณn compartidaโ. Petrobras, por su parte, serรก operadora de todos los bloques contratados bajo el rรฉgimen de producciรณn compartida, segรบn establece la nueva legislaciรณn, que prevรฉ una participaciรณn mรญnima del 30% por parte de la compaรฑรญa en los consorcios que se conformen a tal efecto.
A su vez, Petrobras podrรก participar en las licitaciones de bloques para aumentar su porcentaje de participaciรณn. Estรก contemplada, de todos modos, la posibilidad de contrataciรณn directa de Petrobras por parte del Estado, en los casos en que el Consejo Nacional de Polรญtica Energรฉtica (CNPE) asรญ lo recomiende. Otra modificaciรณn prevista es la contrataciรณn directa de Petrobras por parte de Petrosal para la comercializaciรณn del petrรณleo y del gas natural puesto en producciรณn en los nuevos bloques, a diferencia de la libre disponibilidad de los hidrocarburos que rige en el actual rรฉgimen de concesiones.
Opiniones divergentes
โLa modificaciรณn del marco regulatorio implicarรก un mayor provecho en el uso de las reservas por parte del Estadoโ, seรฑalรณ a DEF Luiz Pinguelli Rosa, coordinador de los Programas de Posgrado en Ingenierรญa de la Unviersidad Federal de Rรญo de Janeiro (UFRJ). Para este especialista, el rรฉgimen de producciรณn compartida permite un mejor control de la actividad y la apropiaciรณn de una mayor porciรณn de la renta petrolรญfera por parte del Estado. Consultado por DEF sobre la posibilidad de que conforme un nuevo monopolio en un sector que habรญa sido desregulado en 1997, Pinguelli Rosa asegurรณ preferir โun monopolio nacionalโ a un โoligopolio multinacionalโ como el que existe en el actual sistema. โEn Brasil la remuneraciรณn que recibe el Estado de parte de las empresas petroleras es menor al 50% de la renta generada, mientras que en otros paรญses supera el 80%โ, aรฑade.
Por su parte, Adriano Pires, director del Centro Brasileรฑo de Infraestructura (CBIE), considerรณ que โno existe ningรบn dato empรญrico que demuestre que cambiar el modelo de concesiรณn por el de producciรณn compartida traiga ventajas para el paรญsโ. Desde su punto de vista, el Gobierno pretende โpolitizar las decisiones y concentrar la renta petrolera para financiar proyectos de tipo polรญticoโ. Recuerda que, bajo el anterior modelo, se asentaron en Brasil mรกs de 70 empresas internacionales y el paรญs triplicรณ su producciรณn de petrรณleo. Por otra parte, rechaza el monopolio de las รกreas del pre-sal por parte de Petrobras y cuestiona su capitalizaciรณn con la entrega de 5.000 millones de barriles de parte del Estado federal, porque se trata de una โempresa de capital abierto, eficiente y con perspectivas de rentabilidad, que podrรญa capitalizarse en el mercadoโ.
Aunque desde distintos enfoques ideolรณgicos, ambos analistas coinciden en la confusiรณn creada por la superposiciรณn de tareas entre la ANP, el CNPE y Petrosal. โSe confunden las tres entidades y estas incertidumbres regulatorias alejan al inversorโ, asegura Pires. Para Pinguelli Rosa se trata de una โcomplicaciรณn neoliberalโ, originada cuando se desmonopolizรณ la actividad en 1997. โSe trata de una confusiรณn institucional, que podrรญa ser simplificada”, sostiene este analsita. Un รบltimo cuestionamiento que formula apunta a la posibilidad que se “ensucie” la matriz eneergรฉtica del paรญs a partir de la introducciรณn de hidrocarburos fรณsiles: “Hoy tenemos una gran cantidad de energรญa renovables, proveniente principalmente de la hidroelectricidad y de los biocombustibles -etanol-, pero con el nuevo modelo se pretende extraer petrรณleo y gas para venderlo barato en el mercado interno”.
Debate abierto
Aunque al momento de presentar la nueva regulaciรณn del sector el Gobierno brasileรฑo se preocupรณ en seรฑalar que no caerรญa en la “tentaciรณn del dinero fรกcil” y que la prioridad serรญa agregar valor a los hidrocarburos, desarrollar la industria naval y petroquรญmica, la oposiciรณn cuestionรณ desde un primer momento el “uso polรญtico” del pre-sal. El propio ex mandatario Fernando Henrique Carodoso, impulsor de la “apertura petrolera” en la segunda mitad de la dรฉcada del 90, considerรณ que el nuevo marco reduce al mรญnimo el papel de la ANP, crea una nueva empresa estatal, sin que se sepa de dรณnde saldrรกn sus competencias tรฉcnicas, y le da demasiado poder al Ministerio de Energรญa y Minas.
El debate estรก abierto. La decisiรณn del Gobierno es utilizar nuevas herramientas en la gestiรณn de sus enormes reservas hidrocarburรญferos. Nadie duda de la capacidad de Petrobras para administrarlos, ya que fue la empresa estatal, con tecnologรญa de avanzada y merced a su esfuerzo exploratorio, la que logrรณ descubrirlos. Lo que estรก por verse es si el nuevo marco regulatorio obedece al objetivo de una mejor fiscalizaciรณn del Estado, o si -como seรฑalan sus detractores- lo que se busca es “politizar” la administraciรณn de estos recursos.