El proyecto “Fermosa Biosiderúrgica” promete cambiar la matriz productiva de la provincia, a partir de una inversión del grupo brasileño Modulax, en asociación con la Fundación Getúlio Vargas (FGV). La producción de arrabio, materia prima para la fabricación de acero y derivados del hierro, se hará a través de métodos sustentables y menos contaminantes que el proceso tradicional de fundición. La construcción civil y el montaje mecánico de la obra permitirán la creación de unos 3000 puestos de trabajo directos e indirectos.
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Qué es el arrabio verde y cuáles son sus ventajas ambientales
El arrabio verde se producirá a partir del carbón de vinal, una especie arbórea nativa de la zona. Tal como explica la empresa provincial Recursos y Energía Formosa (REFSA), el alto contenido energético y la capacidad de combustión prolongada del vinal la convierten en un insumo óptimo para alimentar la planta biosiderúrgica.
“La actividad forestal, especialmente el aprovechamiento del vinal, será clave en el funcionamiento de la planta Fermosa Biosiderúrgica”, señaló el gobernador Gildo Insfrán, durante la apertura de sesiones de la Legislatura, en marzo pasado. Un mes más tarde, ese cuerpo aprobó la nueva ley provincial de políticas específicas para la mitigación y adaptación al cambio climático, que incluye programas de certificación de la reducción de emisiones de carbono.

El complejo, ubicado en el Polo Científico, Tecnológico y de Innovación de Formosa, contará con un alto horno y una central termoeléctrica alimentada por biomasa. La capacidad de producción del alto horno ascenderá a 144.000 toneladas anuales y será destinada a la exportación. Por su parte, la termoeléctrica contará con una potencia instalada de 6 megavatios y venderá la energía que genere a la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA).
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El impacto de la biosiderurgia en las emisiones globales de gases de efecto invernadero
La Agencia Internacional de la Energía estima que la industria siderúrgica produce el 7% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. “Si el sector siderúrgico fuera un país, sería el tercer emisor de CO2 y el segundo consumidor de carbón”, señala el experto alemán Frank Peter, director del Instituto Wuppertal para el Clima, el Medio Ambiente y la Energía.

Un estudio del Instituto Wuppertal señala que la eliminación progresiva del carbón en la siderurgia es técnicamente viable en 2043 si la industria aplica el amplio espectro de tecnologías, que incluyen el denominado “hierro de reducción directa”, también denominado “esponja de hierro”. Esta modalidad consiste en la fabricación de acero en hornos de arco eléctrico, lo que reduce drásticamente el uso de gas natural en el proceso.



