Atucha I, la central nuclear pionera de nuestro país, salió de servicio en septiembre del año pasado, e inició una parada prolongada de reacondicionamiento de 30 meses. El marco en el que se da esta salida de servicio es el plan de extensión de vida, que tiene como objetivo mantenerla en funcionamiento por otros veinte años a plena potencia.
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La empresa operadora Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA) comunicó que el avance de las obras se encuentra al 40% y todo procede de acuerdo a lo planificado. Se están implementando actualizaciones y mejoras para “elevar las bases de diseño de la instalación a un nivel superior de seguridad”, de acuerdo a la licencia de operación a largo plazo otorgada por la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN), que estableció una serie de obras a ejecutar.

Atucha I: extensión de vida y nuevas instalaciones
“Vamos a aggiornar el diseño de Atucha I a los estándares internacionales actuales”, explicó a DEF el ingeniero Eduardo Arostegui, responsable de la Gerencia de Extensión de Vida de la central, durante la visita que este medio realizó en marzo pasado.
“Atucha I empezó su extensión de vida mucho antes de 2024”, aclaró Arostegui. “Para llegar hasta acá, tuvimos que hacer obras, como los tres motores diésel que instalamos en el edificio nuevo”, añadió, en referencia al sistema de backup para suministrar energía a la central en caso de desconexión de la red.

Entre las obras principales, destacó, se agregarán “limitaciones” que evitarán la salida de servicio de la planta cuando la potencia supera un determinado umbral. También se optimizará el factor de carga, que hará que la central opere más tiempo a plena potencia sin interrupciones.
El gerente de Extensión de Vida recordó que desde 2001 la central pasó a utilizar uranio levemente enriquecido. “Eso hace que el consumo de elementos combustibles sea más bajo”, subrayó, lo que permitió que pudieran utilizarse durante más tiempo las piletas en las que se almacena el combustible usado.
Las instalaciones contarán con un segundo sumidero de calor, que permitirá proteger el núcleo y refrigerarlo ante cualquier eventualidad. “En ese momento, aprovechamos para realizar cambios en los sistemas de protección del reactor, considerando los nuevos criterios”, completó.