El 13 de diciembre de 1907, el trabajo de los perforadores enviados a Comodoro Rivadavia por el ingeniero Enrique Hermitte, director de Minas, Geología y Minería del Ministerio de Agricultura, dio sus frutos. “Se cree haber dado con una napa de kerosene”, informaron los técnicos, tal como reconstruye Nicolás Gadano en su libro Historia del petróleo en la Argentina.

“El descubrimiento de petróleo en Comodoro fue realizado por empleados públicos, no por agentes particulares, y tuvo lugar en territorios bajo jurisdicción nacional, no en las provincias”, puntualiza Gadano, quien recuerda el que sería uno de los grandes debates históricos que complejizaron el desarrollo del sector en el país.
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El autor destaca que “el hecho decisivo que dio origen a la industria petrolera estatal fue la decisión presidencial (de José Figueroa Alcorta) de preservar la zona del descubrimiento de los permisos de cateo de los mineros privados”. La superficie total reservada fue de aproximadamente 110.000 hectáreas, donde quedaron restringidos los denominados “pedidos de cateo” -exploración- por parte de actores privados.

La creación de YPF, el otro gran hito de la industria petrolera argentina
La otra gran fecha emblemática de la industria petrolera argentina es la del 3 de junio de 1922, cuando el entonces mandatario Hipólito Yrigoyen creó por decreto la Dirección General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, germen de la actual YPF.
Su sucesor, Marcelo Torcuato de Alvear, nombró al frente de la futura YPF, en octubre de 1922, al coronel Enrique Mosconi. Bajo el lema “Petróleo para los argentinos”, este militar se convirtió en un adalid de la defensa de los intereses del Estado argentino en un sector estratégico.

A fines de 1925, recuerdan Jorge Victoriano Alonso y José Luis Speroni en su libro Mosconi, petróleo para los argentinos, el titular de YPF anunciaba a la Comisión Administradora la inminente inauguración de la destilería de La Plata, que tendría a su cargo “la elaboración del petróleo nacional descubierto hace 18 años”.
En su obra El Petróleo Argentino, que Mosconi publicaría en 1936, el padre de la industria petrolera nacional destacaba “el valor industrial de la empresa del Estado que descubre, extrae y elabora nuestras riquezas naturales, evita la importación de productos similares a los que obtiene e impide, en consecuencia, una constante y considerable exportación de oro”.

Mitos y verdades del nacionalismo petrolero
En una columna publicada en la revista DEF N° 144, Nicolás Gadano matizaba algunas imprecisiones que dieron lugar, muchas veces, a un excesivo optimismo respecto del desarrollo de esta industria. “El nacionalismo petrolero argentino está plagado de leyendas y mitos”, señalaba, al tiempo que lamentaba que “los argentinos no hayamos logrado alcanzar un consenso estable y duradero en relación a definiciones cruciales para el sector”. “Ha sido recurrente la discusión en torno a la propiedad de los hidrocarburos –nacional o provincial–, su explotación –pública o privada– y el reparto de la renta petrolera entre los distintos actores involucrados”, explicaba.
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En una entrevista con nuestra publicación, el propio Nicolás Gadano daba cuenta de los límites alcanzados por esta industria en la década del 50, cuando el entonces presidente Juan Domingo Perón firmó los famosos contratos con la Compañía California Argentina de Petróleo, filial de la Standard Oil de California. “Perón tenía en mente que YPF se concentrara en desarrollar y poner en producción las reservas que ya habían sido descubiertas, mientras que el inversor privado se encargaría de la exploración de nuevos yacimientos”.

Del autoabastecimiento al boom de Vaca Muerta
La otra gran discusión, que hoy vuelve al centro de la escena con el boom de Vaca Muerta, ha sido el ansiado “autoabastecimiento”, que fue alcanzado por primera vez durante el gobierno de Arturo Frondizi y, de manera estable, a fines de la década del 80, al final de la gestión de Raúl Alfonsín. Luego vendría la apertura de los años 90, la privatización de YPF y el fuerte impulso de las inversiones privadas en el sector hidrocarburífero, durante los años de Carlos Saúl Menem.

Ya en el último tramo de nuestra historia, se produjo la expropiación del 51% del capital de YPF -entonces en manos de la española Repsol- en 2012 y el desarrollo del petróleo y gas no convencional, principalmente en Vaca Muerta. Actualmente, la formación neuquina representa el 58% del total del petróleo producido en el país y más del 70% del gas natural.
Según cifras de la Secretaría de Energía, desde enero de 2021 hasta septiembre de 2024, la producción de petróleo en el país creció un 50%, mientras que la de gas natural aumentó un 27%. Con el autoabastecimiento prácticamente garantizado, hoy se abren nuevas oportunidades de exportación hacia los mercados regionales de gas -Chile, Brasil- y hacia el mundo a partir del desarrollo de nueva infraestructura de transporte y evacuación del crudo –oleoducto Vaca Muerta Sur y proyecto Duplicar– y el futuro desarrollo de los proyectos de GNL en la costa atlántica de Río Negro.