El lago Nahuel Huapi, en Bariloche, se cubrió de banderas argentinas. Pasado el mediodía de este sábado, mientras el sol se reflejaba de lleno en las cristalinas aguas que inspiran a los turistas año tras año, miles de vecinos se ubicaron sobre la costa.
“Una multitud, nunca vi algo así”, comentó uno de los ciudadanos. Desde el agua, decenas de barcos saludaban con sus bocinas y señales náuticas a los presentes. Incluso los estudiantes (en pleno viaje de egresados) interrumpieron su rutina y se acercaron al lugar. Hay futuro, sobre todo para la causa.

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Sin lugar a dudas, la inauguración del nuevo Museo de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur en la ciudad de San Carlos de Bariloche no fue un simple acto: fue un espectáculo de argentinidad. Se vieron lágrimas, probablemente provocadas por el recuerdo de una causa que sigue viva y una usurpación que aún no tiene justicia; hubo abrazos entre los vecinos, muchos de ellos atravesados por el recuerdo de una guerra que tocó la fibra íntima de cada argentino; y, principalmente, reconocimientos populares. Es decir, fueron los ciudadanos los que rindieron honor y decidieron recordar el conflicto que tuvo lugar en defensa de nuestra soberanía.

El detalle: testigo de aquella manifestación ciudadana, un avión Mirage emplazado a orillas del Nahuel Huapi y trasladado a pedido de los Veteranos de Guerra de la ciudad de Bariloche. Un emblema que, gracias a la Fuerza Aérea Argentina, desde el sábado se transformó en un punto de visita obligada para quienes recorren la ciudad.
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Y, como si eso no fuera poco, los Veteranos de Guerra y héroes de la Fuerza Aérea Argentina decidieron acompañar a Bariloche: llevaron los buzos de vuelo que usaron durante su carrera y en las arriesgadas misiones de combate, se colocaron los vistosos parches que identifican los sistemas de armas que volaron, y estuvieron dispuestos a tomarse fotos, dejar autógrafos en las banderas argentinas y, fundamentalmente, contar la historia de los 55 caídos de esa institución que dieron la vida por la soberanía. Sus relatos revelaron que, en la Guerra, la Fuerza Aérea Argentina se atrevió a superar sus propios límites para vencer a un enemigo superior en medios, pero no en valentía.

La historia del Mirage III del Nahuel Huapi
“Soy Veterano de la Guerra de Malvinas y volé la matrícula del avión que hoy se exhibe en Bariloche. De hecho, también doné el casco que usé en ese entonces para que sea expuesto en una de las vitrinas del museo. Para mí es un honor y una emoción haber podido hacer esto para la ciudad en la que vivo. Pasaron 43 años de la Guerra y siento que con esto la vida me bendijo”, contó a DEF el brigadier retirado Jorge Luis Huck, pieza fundamental de los homenajes que se realizaron en Bariloche.
¿Por qué Huck hace hincapié en la matrícula?, resulta que el avión que se encuentra en el Nahuel Huapi lleva grabada la I-014. Pero, el fierro en sí, no es el mismo que protagonizó 16 misiones en la Guerra de Malvinas. “Con el grado de capitán yo fui jefe de la Escuadrilla de Mirage III. Operé con la matrícula de este avión, la aeronave original no está más (se perdió en un accidente que tuvo lugar a fines de la década del `80 en la provincia de Entre Ríos)”, detalló el oficial de la Fuerza Aérea.

“Todas las aeronaves de la Fuerza Aérea tuvieron un rol fundamental. Cada una cumplió la misión que le era ordenada y se hizo lo mejor que se pudo. Yo con esa matrícula realicé cuatro salidas hacia las Islas. Quizá la que más recuerdo fue la primera, pues uno estaba asustado. Todos tuvimos miedo, la cuestión era poder dominarlo y poder hacer lo que teníamos que realizar”, confesó.
“Morir por la patria era lo que debíamos hacer”
El brigadier está feliz, se abraza con sus hermanos de armas, los amigos de toda la vida. Está su esposa junto a él, todos celebran con la complicidad que une, emocionalmente, a aquellos que compartieron momentos difíciles y lograron superarlos en equipo. “Este avión se lo pedí a la Fuerza Aérea hace tres años. La solicitud siguió su curso. Hoy se cumplió un sueño, especialmente para la Dirección de Veteranos de Guerra de la ciudad. Hoy el Mirage está sobre el agua, rememorando un ataque a la flota británica”, contó.

Cabe aclarar que el avión fue trasladado por vía terrestre desde la ciudad de Río Cuarto, en Córdoba. Al llegar a la Patagonia, se lo armó en un hangar cercano al Centro Cívico y, finalmente, lo llevaron por las calles barilochenses: “La ciudad se movilizó. Yo creo que esto es un regalo de la vida. Nunca me lo imaginé. Se fueron juntando cosas, el avión, la matrícula, mi casco…Creo que la causa revivió. Honestamente, desde que voy a la escuela primaria canto la Marcha de Malvinas. Creo que el papel que hicimos, y que hizo la Fuerza Aérea, es el que ordenaron. Estábamos convencidos de que teníamos que cumplir el juramento: morir por la patria era lo que debíamos hacer”.
La inauguración del Museo de Malvinas en Bariloche
Una vez más: la inauguración del Museo de Malvinas, Antártida e Islas del Atlántico Sur en la ciudad de Bariloche fue una ceremonia en la que el protagonismo lo tuvieron los vecinos y los héroes de Malvinas.

Hubo autoridades, por supuesto. Estuvo presente el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck; el intendente de Bariloche, Walter Cortés; la jefa de Gabinete del Ministerio de Defensa, Luciana Carrasco; el titular del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Brigadier General Xavier Julián Isaac; y el jefe del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea Argentina, Brigadier Mayor Gustavo Javier Valverde.
El acto, además, fue acompañado por los acordes de la banda de la Escuela Militar de Montaña del Ejército Argentino: los músicos vistieron los uniformes de combate que deben emplear en los nevados picos de los Andes.

Durante la ceremonia, las autoridades dieron marco a la presentación del memorial que recuerda a los Caídos en la Guerra de Malvinas y, además, descubrieron las placas con las que la Fuerza Aérea Argentina busca inmortalizar las hazañas y el reconocimiento de los 55 héroes de la institución que cayeron en combate durante la defensa de la soberanía.
De hecho, esos Caídos también tuvieron un merecido homenaje: mientras los músicos militares ejecutaban el tradicional silencio militar, tres aeronaves de la Fuerza Aérea Argentina sobrevolaron el lago Nahuel Huapi. Un Hércules C-130 encabezó la formación, detrás lo siguieron dos IA-63 Pampa. Uno de ellos, elevó su vuelo, un acto simbólico que representa al numeral caído en la Guerra: la aeronave se desprende y emprende su camino hacia el cielo.

¿La frutilla del postre? El Ministerio de Defensa de la Nación también quiso engalanar la inauguración del Museo con un detalle: se llevó el tradicional relevo de guardia que hacen las unidades de las Fuerzas Armadas en distintos puntos del país a la ciudad de Bariloche. En esta oportunidad, fueron los efectivos de la Fuerza Aérea y del Ejército Argentino los que protagonizaron el momento.
“Es el único avión de estas características que está en un espejo de agua, en honor al valor de todos los aviadores argentinos que volaban al ras del mar para no ser detectados por la flota inglesa. Los muchachos de Río Cuarto hicieron un trabajo fantástico: vinieron, rearmaron el avión y lo colocaron arriba”, dijo, durante el acto, Rubén Pablos, director de los Veteranos de Malvinas de Río Negro.


“Bariloche es más malvinera que nunca”
De acuerdo con Pablos, quien fue a la Guerra como parte del Regimiento de Infantería 7 del Ejército, la causa Malvinas es sostenida por el pueblo: “Recuperamos este espacio para el disfrute de todos. Hoy es un gran paseo urbano en la costa del Nahuel Huapi. En los pies del mástil que sostiene el pabellón nacional quisimos colocar una caja con turba de Malvinas: de esa manera, al izar la bandera, estaremos pisando el suelo malvinense”.
Un dato: según explicó Pablos, el objetivo del museo es fundamentalmente educativo. Además, planean realizar exhibiciones con el Instituto Antártico, el Instituto Geográfico Nacional y el INVAP para mostrar el trabajo, en materia de soberanía, que realizan este tipo de organizaciones.

Tras las palabras del Veterano, Ian Elian Rojas Quinteros, un niño de 9 años con el corazón malvinero, se dirigió a la multitud presente y, pese a su corta edad, sorprendió su compromiso con la historia: “Aprendí que el problema de la guerra no es un país, sino el poder. También aprendí que los héroes son aquellos que lucharon por algo que es y será de todos nosotros”.
En esta ocasión, el gobernador Weretilneck recordó la Guerra de Malvinas y se refirió a la importancia de la memoria. Además, habló de su historia personal relacionada con el Conflicto.
Por su parte, el brigadier general Isaac también hizo uso de la palabra: “La Fuerza Aérea vuela lejos, rápido y alto. Para eso nos entrenamos. Así se voló en Malvinas. Y este avión que ven reluciente, también voló bajo. También tuvimos pérdidas: cayeron camaradas, jefes, numerales y amigos. Ese fue el combustible para seguir adelante. Hoy Bariloche es más malvinera que nunca”.

Lo más importante: en el acto se recordó el compromiso de quienes estuvieron en Malvinas y se reivindicó un sentimiento que une a quienes debieron defender nuestra soberanía: los soldados lucharon por aquellos que dejaban atrás, sus familias, sus amigos e incluso sus hermanos de armas.
¿Por qué el Mirage marcó la historia aeronáutica argentina?
Presente en el acto, el brigadier retirado Horacio Mir González, Veterano de Guerra de Malvinas, recordó su paso por la guerra. Además, el audaz piloto militar, contó a DEF que, durante su juventud en la Fuerza Aérea, voló el sistema de armas Mirage III y fue testigo de la llegada de estas aeronaves al país.

¿Por que este avión fue tan relevante en la historia aeronáutica militar?, “El Mirage III tiene un radar -que sale del medio de la trompa- porque fue pensado para ser caza interceptor supersónico. Cuando fue adquirido a Francia, Argentina no tenía este tipo de sistema. En el año 1973 se compraron 12, recién salidos de fábrica. De hecho, es el único avión de combate que se compró a nuevo en la historia del país. Los pilotos y mecánicos tuvieron que ir a hacer un curso a Europa. Vinieron en cajas y acá se los armó”, respondió, al tiempo que agregó que inicialmente fueron a la VIIIva Brigada Aérea de Moreno: “Todo estaba impecable y había sido pensado para alojar esos aviones. Igual que lo que se está haciendo ahora con el F-16. El Mirage era de lo mejor en el mundo. En 1977 me designaron para volarlo, tenía el grado de primer teniente. Para mí fue importante porque pasé a conformar un selecto grupo de élite. Teníamos que estudiar todo el día. Creo que a mi familia no la vi durante un año entero. Finalmente volé este avión que, por entonces, era un lujo: estoy hablando de una aeronave que, en el año 1973, podía enganchar un blanco, de día o de noche, sin necesidad de visualizarlo. Era un interceptor puro”.

Tandil, del Mirage al F-16
Según cuenta Mir González, en la década del 50 Tandil alojaba a los Gloster de la Fuerza Aérea. Pero, con el tiempo, esos aviones se trasladaron a la capital de Argentina y los hangares quedaron abandonados: “Cuando llegamos, adentro había alfalfa. Así que hicimos de nuevo la VIta Brigada Aérea. Luego, ese mismo lugar recibió a los aviones Pampa. Y ahora, en poco tiempo, volverá a ser una brigada estrella cuando reciba los F-16. Sin duda, ese lugar tiene magnetismo”.

“Tuvimos errores y tuvimos virtudes. Pero, nunca escuché decir que la Fuerza Aérea no haya actuado bien en Malvinas”, confesó sobre el papel de los pilotos argentinos en la Guerra.
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¿Se consideran héroes? “Lo dije mil veces, los únicos son los caídos. Por supuesto, es lindo venir a Bariloche y sentir el cariño de los argentinos”, respondió.

Además, sobre esas manifestaciones populares y el acompañamiento de los camaradas, Mir González explicó que los miembros de la Fuerza Aérea se sienten como parte de una gran familia: “Lo somos. De hecho, nuestros hijos no llaman a nuestros camaradas por sus nombres: para ellos son `tíos´. Y lo mismo sucede con los mécanicos, incluso también vinieron a Bariloche, haciendo el esfuerzo de viajar desde Tandil para poder estar acá. Hoy nos toca estar juntos, abrazándonos. El que no entiende que la Fuerza Aérea es un equipo, entonces no la conoce”.
¿Volverías a elegir la vida que tuviste en este ámbito?, “Damela de nuevo. ¿A quién le tengo que pagar para poder hacerlo?, ya mismo lo hago. No hay nada mejor para mí que la Fuerza Aérea, es mi vida entera”, concluyó.