Durante tres días, el Colegio Militar de la Nación (CMN), en El Palomar, reunió a cientos de jóvenes con un solo objetivo: investigar y presentar las distintas aristas desde las que puede ser abordado un eje básico para nuestra soberanía, la Antártida.
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El seminario, organizado por los docentes del Colegio Militar de la Nación -uno de los principales institutos de formación del Ejército Argentino- se denominó “Tormenta Conjunta” y, en él, participaron 300 estudiantes (de universidades como la de Belgrano, la UCA de Paraná, la del Salvador y la de la Matanza) y cadetes del CMN, de la Escuela Naval y de la Escuela de Aviación Militar. Incluso, dijeron presentes efectivos de la Policía Federal y de la reserva de las FF. AA.

“El seminario empezó a llevarse adelante en el año 2015, siempre con foco en un hecho militar. En el 2018 se incluyó a los estudiantes universitarios. Este año, por primera vez, abordamos el tema “Antártida Argentina”. El objetivo es que se integren entre ellos y trabajen en forma conjunta. Porque, en definitiva, se trata de jóvenes con diferente vocación. En síntesis, este seminario también es una manera de vincular a los jóvenes universitarios con nuestros futuros oficiales. Los profesores hacemos de guías en la actividad”, cuenta a DEF el director del seminario (y docente de la materia Táctica en el CMN), el coronel (retirado) Miguel Ángel Luna, quien también subraya que son los estudiantes y cadetes quienes exponen, debaten e investigan para llegar a las conclusiones.
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Un detalle: el seminario buscó que sean los alumnos los protagonistas de la actividad, por eso, las presentaciones estuvieron a su cargo. Además, los acompañaron diferentes especialistas en el tema, como el Comandante Conjunto Antártico de las FF. AA., contraalmirante Maximiliano Mangiaterra, y el general de brigada (retirado) Víctor Hugo Figueroa, conocido por haber protagonizado la expedición argentina que alcanzó el Polo Sur.

“Es necesario entender cómo se manejan, no sólo desde afuera, sino relacionándose con el personal militar”
Macarena Fernández Alzamora y Giuliana Capello son dos estudiantes de Relaciones Internacionales. La primera, de la Universidad de Belgrano; la segunda, de la UCA Paraná.
Mientras que Macarena participa del seminario desde hace cuatro años, a Giuliana le tocó visitar el Colegio Militar por primera vez y, como se encuentran lejos de sus hogares, ella y sus compañeros se alojaron y convivieron con los cadetes del instituto.



“A los que nos gustan los temas relacionados con Fuerzas Armadas, geopolítica y estrategia, mi profesora nos acercó al Seminario. Vine una vez y me gustó, así que decidí repetir”, cuenta Macarena. La experiencia de Giuliana no fue muy distinta: su docente los invitó a participar y viajaron desde Paraná a Buenos Aires. “Llegué bien temprano y empezamos a ver el tema de los uniformes, los rangos… la verdad es que yo soy de Entre Ríos y allí no tenemos nada similar al Colegio Militar, así que estamos muy lejos de estas experiencias. En ese sentido, considero que hay mucho desconocimiento sobre cómo funcionan o piensan las Fuerzas Armadas. Venir acá te da una mirada distinta”, cuenta.
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Ambas jóvenes coinciden en el valor agregado de conocer, de cerca, el ámbito donde se forman los futuros oficiales del Ejército: “Es importante tener un vínculo con las Fuerzas Armadas porque son ellos los que están en conflictos o en misiones de paz. Es necesario entender cómo se manejan, no solo desde afuera, sino relacionándose cara a cara con el personal militar”.

La mirada de los futuros jefes de las Fuerzas Armadas
“El tema Antártida nos va a tocar a nosotros, porque dentro de 20 años vamos a tener el rango de oficiales superiores y estaremos a cargo de todas las actividades que se realicen y que estén vinculadas a la presencia argentina en el continente blanco”, dice Raúl Aníbal Chaparro, correntino y cadete de la Escuela de Aviación.
Por su parte, Luca González, de la Escuela Naval, dice al presentarse: “Yo ingresé a la Armada porque quería entrar a una fuerza militar y me pareció la más apropiada porque los buques son la mayor proyección que tiene el país hacia afuera. Aparte, nuestro territorio es mayormente marítimo”.

“Nuestro régimen de estudios tiene la particularidad del internado. Además, no es muy común tomar contacto con personas del ámbito civil o de otras Fuerzas. Es bueno para hacer una autoevaluación, como por ejemplo cómo exponer frente a un público”, confirma Juan Ignacio Capozucca, del Colegio Militar de la Nación, quien eligió ingresar al Ejército tras haber cursado su secundaria en el Liceo Aeronáutico de Santa Fe: “Elegí la Fuerza porque vi que se estaba destinando presupuesto para adquirir material”. Además, a la hora de hablar de los motivos que lo llevaron a elegir la carrera militar, con la pasión que caracteriza a los jóvenes, confiesa: “Nosotros sabemos que hay que dejar de lado cualquier tipo de interés personal en pos de la misión. Tenemos que entregarnos sin limitaciones al régimen de servicio. Porque, antes que cualquier cosa, está ese compromiso que asumí en el Campo de la Gloria, en Santa Fe, cuando juré defender mi bandera hasta perder la vida”.
La visión sobre la Antártida en el seminario “Tormenta Conjunta”
“Con respecto a la Antártida, siento que está bueno poder tener información de cada una de las tareas que tienen las Fuerzas Armadas”, dice Macarena sobre la importancia de escuchar, de primera mano, sobre las experiencias del personal militar en el continente blanco. Por su parte, Giuliana agrega que en el seminario tuvo la posibilidad de escuchar sobre cómo funcionan los primeros auxilios en la Antártida: “Algo que yo desconocía. Lo mismo me ocurre cuando exponen los colegas de las Fuerzas Armadas, es interesante escuchar sus puntos de vista”.




“Más allá de una oportunidad de aprender algo académico, el seminario sirve para trabajar en conjunto con las otras Fuerzas y conocer un poco más sobre la cultura del otro, porque en un futuro tendremos que operar juntos”, opina el cadete González, de la Escuela Naval. A su lado, Capozucca agrega: “Nosotros vamos a ser los encargados de capacitarnos para que el Estado cuente con un instrumento militar apto. Entonces, nuestra primera responsabilidad es tener el conocimiento para formar e instruir”.
“Yo creo que, en la orgánica de las Fuerzas, en este momento estamos abajo, entonces no se llega a dimensionar que quizá, el día de mañana, alguno de nosotros tres deberá ser responsable de las personas que operen en el continente blanco”, añade Chaparro.
“La Antártida parece algo tan lejano, pero a fin de cuentas, también se relaciona con la vida cotidiana de cada argentino”
“La Antártida parece algo tan lejano, pero a fin de cuentas, también se relaciona con la vida cotidiana de cada argentino. Y son las Fuerzas las responsables de operar allí. Está bueno este seminario porque nos permite dimensionar eso más allá de los libros o una computadora”, detalla Macarena.

En esa misma línea responde Luca González: “El tema Antártico nos interpela a todos. Y, además, este seminario también es útil para humanizar a las Fuerzas Armadas. Tener trato con los estudiantes de otras universidades es positivo”.
En cambio, para Chaparro, uno de los aspectos más relevantes del seminario radica en la camaradería: “Para quienes estamos en las Fuerzas Armadas, quienes están a tu lado, son tu familia. Así que es una oportunidad para relacionarnos un poco más con las otras Fuerzas”. Obviamente, como futuro oficial de la Fuerza Aérea, es consultado por la llegada de los aviones F-16: “Estoy contentísimo. Significa una gran responsabilidad porque no solamente modificó nuestro régimen de estudio, sino que también eleva la vara de exigencia dentro de la Fuerza”.
Los detalles de la organización del seminario “Tormenta Conjunta” en el Colegio Militar
En diálogo con DEF, Romina Iommi, secretaria de Extensión del Colegio Militar, y el coronel (retirado) Ubaldo Juárez -quien acompaña al coronel Luna en la materia “Táctica”– cuentan que el seminario comenzó en el seno de esa asignatura.

“La idea es llevar a los cadetes a un trabajo interuniversitario en el que se les propone un tema, que en este caso fue la Antártida, y ellos, en equipos, deben abordarlo desde diferentes aristas”, explica Romina, quien también pone el foco en el lugar en el que se realiza el seminario: “El Colegio Militar de la Nación aporta sus condimentos. Es un museo y contamos con la Sinfónica del Ejército. Justamente, la idea es que las otras universidades conozcan el instituto y la dinámica porque nos guía una frase: `Uno no quiere lo que no conoce´”.
Por su parte, el coronel Juárez cuenta que el seminario también parte de convenios que se establecieron con universidades y, sus alumnos, se fueron inscribiendo. “Se organizaron distintos temas, como el Tratado Antártico, el ambiente geográfico, los actores internacionales y los intereses. Además, participaron especialistas y los docentes fuimos trabajando con los cadetes. Es una actividad que es enriquecedora”.
Desde lo que se conoce como el Casino de Cadetes, tanto Romina como el coronel Juárez, coinciden en que el intercambio es fructífero, tanto para las universidades como para las Fuerzas Armadas. De hecho, suele pasar que, una vez recibidos, algunos de los estudiantes que participaron de seminarios anteriores optan por ingresar a las FF. AA. como profesionales. Y, quizá, en el caso de los militares, en algún momento de sus carreras, ellos también opten por elegir como destino a la Antártida.



