Las paredes son, como suele decirse en la calle, la imprenta de los pueblos. Y algo de verdad hay en esa frase. Desde que los murales que rodean al Regimiento de Infantería 1 “Patricios”, sobre la avenida Luis María Campos -entre Dorrego y Juan B. Justo– se cubrieron con imágenes que reviven las historias de heroísmo y valor que dejó la Guerra de Malvinas, esas superficies se volvieron espacios sagrados.
- Te puede interesar: Así se forma un líder en el Ejército: los detalles de la pista del Colegio Militar que deben atravesar los futuros jefes
Lo que antes era un sector olvidado -con apenas unas pocas paradas de colectivos- que muchos evitaban, hoy se convirtió en un lugar de paso obligado para los vecinos de Palermo, casi como un santuario urbano. El “Paseo Malvinas”, la obra que lleva adelante el Regimiento de Infantería 1 “Patricios”, lo cambió todo. Su jefe, el coronel Julio César Buoniconto, es contundente: “Al recordar la lucha por la soberanía, existe una especie de código, nadie toca el trabajo que se hizo. Incluso, en el barrio nos piden que sigamos con las pinturas hasta llegar a las vías del tren”.

Un dato: los murales a los que alude Buoniconto son precisos, se refieren a hechos y a personajes heroicos a los que es imposible permanecer ajenos. Son relatos de la Guerra de Malvinas que nos interpelan. Lo más conmovedor es que lo que empezó siendo una puesta en valor de un espacio del Ejército Argentino, se convirtió en patrimonio del barrio y, sin lugar a dudas, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Las Malvinas en el Regimiento “Patricios”
Cuenta el coronel Buoniconto que, en las caminatas diarias hacia el Regimiento, notó que ese sector de la avenida Luis María Campos podía contar la historia de la unidad a su mando pero, también, ser la excusa para homenajear a quienes dieron todo en la Guerra de Malvinas, algunos de ellos como parte de “Patricios”.

Con el tiempo la idea fue tomando forma y, pese al temor inicial de no saber si los murales recién pintados amanecerían tapados por otros grafitis, se encontró con que una especie de código urbano se impuso sobre ese sector de la Ciudad: “Nadie los pintó. Confirmé, entonces, que la causa de Malvinas está por encima de cualquier interés individual”.
- Te puede interesar: Fuerzas Armadas: ¿quiénes son los generales, almirantes y brigadieres designados por Javier Milei?
Lo que dice este oficial del Ejército es cierto: hay un común acuerdo entre todos, las Malvinas son argentinas por historia y por geografía, pero también porque el reclamo está legitimado por todos nosotros y es algo que trasciende generaciones e ideologías.
Además, Buoniconto quiso ir más lejos, gestionó con las autoridades porteñas mayor iluminación para el lugar. Lo logró: los héroes dejaron de estar en la sombra.

Los primeros murales fueron presentados en sociedad el 12 de junio de este año, fecha en la que el Regimiento conmemora la caída, en combate, del soldado Claudio Alfredo Bastida, el único de los Patricios que quedó en las Islas Malvinas. A propósito, la historia personal de este héroe reúne los valores de los que están hechos los hombres y mujeres que integran esta histórica unidad del Ejército: Bastida, hijo único y de madre viuda, decidió ingresar al Servicio Militar Obligatorio con el objetivo de familiarizarse con el ambiente castrense para, luego, hacer la carrera militar. Sin embargo, su decisión profesional se vio interrumpida por la Guerra. Entonces, no dudó: se acercó a su mamá y le expresó, probablemente con todo el dolor del mundo, que la defensa de la soberanía de su país estaba por encima de todo. Murió en Monte Longdon, uno de los combates más crudos para los efectivos de la Fuerza. Dos días después de aquel episodio, se acordó el cese del fuego.
El regimiento de Patricios, un punto histórico en pleno Palermo
Que los murales de Malvinas rodeen al Regimiento de Infantería 1 “Patricios” tampoco es un detalle menor, solo basta con conocer un poco la historia de quienes lo integraron para saber que si hay una unidad comprometida con la libertad, la independencia y la defensa de la soberanía es ésta.

En el presente, los Patricios son parte de una de las unidades históricas del Ejército (junto con los Granaderos y los Artilleros de Iriarte) y, además, pertenecen al Arma de Infantería dentro de la Fuerza. Es decir, son soldados capacitados y equipados para el combate que, en caso de un conflicto armado, se desplazarán en el terreno para entrar en contacto directo con el enemigo y tendrán la misión de conquistar los objetivos a pie. En líneas generales, y para destacar su papel, son quienes se desenvuelven en la primera línea y deben estar listos para enfrentar, incluso, cuerpo a cuerpo, al adversario. Y, si bien en las ceremonias militares se destacan por su galera y pluma, saben que, si la Nación los requiere, se colocarán los cascos y, fusil en mano, cumplirán con el juramento que, en las barrancas del río Paraná, hicieron junto al general Manuel Belgrano: defenderán la Bandera hasta, si fuese necesario, dar la vida.
- Te puede interesar: En reemplazo de Petri: quién es Carlos Alberto Presti, el militar elegido como ministro de Defensa de Javier Milei
A propósito de Belgrano, los Patricios se originaron en 1806 y, nuestro prócer, fue parte de la unidad desde el minuto uno. Desde entonces, y al mando de Cornelio Saavedra, estos soldados nacidos en la patria (de allí el nombre de la unidad) se distinguieron de los otros cuerpos armados que existían en la colonia por su bravura y compromiso con la tierra que defendían. Por eso, cuando les tocó expulsar a los británicos que invadieron Buenos Aires, no vacilaron y dieron muestras del coraje del que estaban hechos.

Unos años después, el prestigio ganado entre 1807 y 1810, los llevó a protagonizar uno de los momentos más trascendentales de nuestra historia: el Cabildo Abierto y creación del Primer Gobierno Patrio. Desde entonces, se abocaron a la lucha por la independencia.
En 1845 les tocó enfrentarse nuevamente a los británicos, cuando estos llegaron junto a los franceses al río Paraná y la soberanía se defendió en Vuelta de Obligado. En aquel momento no lo sabían, pero en 1982 también combatirían, por las mismas razones, en las Islas Malvinas.
De enfrentar tres veces a los ingleses a ser parte de la identidad argentina
“Ser jefe de “Patricios” es un honor que trasciende toda jerarquía. No es solo un cargo militar, es una distinción que implica la responsabilidad de mantener viva la llama del deber, el sacrificio, y el compromiso con las glorias pasadas, con la historia reciente, con la defensa de nuestra tierra y la memoria de los héroes caídos”, explica a DEF el coronel Buoniconto.
- Te puede interesar: El Ejército Argentino se prepara en la defensa de objetivos estratégicos: ¿por qué hay tropas en Río Tercero?
Además, detalla que uno de los objetivos que persigue el regimiento, a través del adiestramiento de los hombres y mujeres que integran sus filas, es entender el verdadero significado del coraje y patriotismo que identifica a quienes son parte de esta unidad desde hace más de 200 años: “Eso nos hace sentir honrosos de nuestro pasado, orgullosos de nuestro presente y esperanzados con el futuro de la Nación”.



“Patricios es la unidad de combate que, desde 1806, se convirtió en embrión del Ejército Argentino. Desde entonces, se constituyó en el cuerpo armado más antiguo de hispanoamérica y en uno de los bastiones de la tradición e identidad militar argentina”, concluyó sobre la relevancia de este elemento que tiene la Fuerza en pleno barrio porteño de Palermo.
“El `Paseo Malvinas´ es un acto de justicia histórica”
Son varios los artistas detrás de cada una de las obras del “Paseo Malvinas”. De hecho, a muchos de ellos se los puede ver en varios momentos del día -pincel en mano- dando vida a cada imagen. Existe un detalle: nunca trabajan solos, siempre lo hacen en equipo. Ese gesto sencillo que también funciona como metáfora: en la historia argentina, ningún logro fue fruto del esfuerzo individual. Mucho menos en Malvinas.
Lo llamativo es que, para todos ellos, la musa inspiradora no es una persona, son varias. No es un solo amor, sino también una pasión. Para ellos, Malvinas es la fuerza silenciosa que los convoca para transformarla en arte.

Para el escultor Carlos Leonardo Gómez, uno de los responsables de las obras que integran el paseo, la motivación principal detrás de este trabajo radica en su compromiso con la historia. “Viví el proceso con una mezcla de seriedad y fervor patriótico. Cada pieza requirió una investigación minuciosa para asegurar la autenticidad del sentimiento. La colaboración con el personal de Patricios fue clave: sentir su apoyo hizo que el trabajo fuera más que una simple escultura, sino una construcción colectiva de memoria”, contó.
“El Paseo Malvinas es un acto de justicia histórica y homenaje a quienes lo dieron todo. En Patricios, vimos la oportunidad de dejar una huella tangible que honrará la trayectoria del Regimiento y sus valores, conectando el pasado con el presente. Fue una respuesta a la necesidad de materializar esos momentos trascendentales a través del arte”, dijo a DEF, no sin antes revelar que, a principios de 2025, recibió la invitación del coronel Buoniconto para dejar plasmado su arte en distintas obras que se encuentran dentro del Regimiento. Muchas de ellas, visibles al transeúnte: además de las de la avenida Luis María Campos, está el monumento al soldado Claudio Alfredo Bastida, héroe de Malvinas, ya sobre Bullrich (casi Santa Fe).

En ese sentido, Gómez detalla que dar forma a figuras como Manuel Belgrano o a momentos históricos implica un profundo estudio y respeto: “Siento que, como artista, tengo la misión de traducir la esencia y el espíritu de esos héroes y esos instantes a un lenguaje tridimensional, para que las nuevas generaciones puedan conectar emocionalmente con nuestro legado. Es una manera de mantener viva la llama de su sacrificio y visión”. Además, el artista reveló que una de las mayores fuentes de inspiración para las obras que realiza en distintos lugares relacionados con el ámbito castrense es la cultura del honor y el compromiso. En ese sentido, explicó que éstos ambientes le permiten crear un arte íntimamente ligado a la custodia de nuestra historia y soberanía.
Los artistas detrás de los murales
Los soldados Luis Alberto Cuevas, Alan Emanuel Vilca y Briant de Jesús Aguirre son quienes le dieron forma y color a los casi 50 murales que hoy dan vida a ese sector de la avenida Luis María Campos. “Faltan algunos otros”, subrayan desde Palermo.
Para lograrlo, no solo pusieron el cuerpo, sino también el alma: llevaron a las paredes vacías y olvidadas de Buenos Aires las historias de los héroes de Malvinas y muchas de las postales más recordadas que dejó la Guerra.

“Siento orgullo por representar parte de nuestra historia”, dice a DEF, Luis Cuevas, de tan solo 28 años de edad y oriundo de la localidad de Laferrere. Junto a él, Aguirre -correntino, de 23 años y que ingresó al Ejército en busca de experiencias militares- agrega: “La causa de las Malvinas se vive de diferentes maneras pero, principalmente, a partir de los relatos y de las consecuencias históricas de aquel conflicto. Creo que se trata de un territorio importante que, como país, no debemos de olvidar”.
Por su parte, el soldado Vilca, proveniente de Villa Lugano y de 27 años, cuenta que, cuando decidió ingresar al Ejército, lo hizo en busca de una formación profesional, una oportunidad para servir a la patria y vivir experiencias únicas. Una vez dentro de la Fuerza, fue destinado al Regimiento de Infantería 1 “Patricios”. Para él, la unidad más importante para el país: “Es el inicio del Ejército. Además, por su legado y participación en varias batallas de nuestro pasado, es el regimiento más simbólico y antiguo”.
“Orgullo, vocación y patriotismo que se manifiesta en el cumplimiento de valores como el honor, la lealtad y el espíritu de cuerpo”, confiesa Luis Cuevas sobre las emociones que le genera pertenecer a la Fuerza. “Es un modo de vida”, puntualiza.




