La reciente ceremonia de inauguración de un tramo de 40 kilómetros de la estratégica Vía Báltica, en la que participaron los presidentes de Polonia y Lituania, puso en el tapete la importancia de una estrecha franja de territorio. Se trata del denominado corredor o brecha de Suwalki, única lengua de tierra que impide la conexión directa entre Bielorrusia, un estrecho aliado del Kremlin, y el exclave ruso de Kaliningrado.

Este estrecho territorio, de apenas 96 kilómetros, es considerado el “eslabón más débil” o el “talón de Aquiles” de la OTAN. ¿Por qué? “Si los rusos se apoderan de él, enviando tropas tanto desde Bielorrusia como desde Kaliningrado, cortarían la conexión terrestre entre las repúblicas bálticas y Polonia, todas ellas aliadas en la OTAN, por lo que sería imposible asistir por tierra a Letonia, Lituania y Estonia ante una invasión rusa”, sostiene el investigador mexicano Emilio Sánchez de la Barquera, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).
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Kaliningrado, una cuña rusa en el mar Báltico
Kaliningrado, la antigua ciudad prusiana de Königsberg, pasó a formar parte de la Unión Soviética tras la derrota de los nazis en la Segunda Guerra Mundial. Ya convertida en base de la flota del mar Báltico, se convirtió en una cuestión espinosa tras el final de la “cortina de Hierro” y, en especial, con el ingreso de Polonia y Lituania en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Ahora, estos dos países comparten el corredor de Suwalki, vital para la defensa de esta alianza militar frente a las provocaciones rusas.
En 2024, una investigación de la cadena lituana LRT, del periódico estonio Eesti Express y del medio polaco Frontstory reveló que Kaliningrado sirve actualmente como base de un grupo de las fuerzas especiales rusas, al que se responsabiliza de una serie de operaciones de sabotaje contra los países vecinos. De acuerdo con ese reportaje, el grupo de inteligencia militar rusa GRU, con base en la localidad de Parusnoye, a orillas del Báltico, es “una de las unidades rusas más peligrosas cerca de las fronteras con la OTAN”.

La Vía Báltica y su importancia estratégica militar para la OTAN
El tramo recientemente inaugurado en la frontera lituano-polaca forma parte de la Vía Báltica, una carretera de 970 kilómetros que conecta Varsovia con la capital estonia, Tallin. “Es nuestra puerta de entrada a Europa, una arteria vital tanto para la economía como para la seguridad del país, afirmó el ministro de Transportes y Comunicaciones de Lituania, Eugenijus Sabutis.
“Además del sector logístico, el desarrollo de la Vía Báltica también reviste gran importancia para la movilidad militar”, señala el medio especializado lituano Made in Vilnius. “Se crearán mejores condiciones para el movimiento de unidades militares a través de Lituania, garantizando el despliegue oportuno del ejército y el apoyo a las unidades ya desplegadas en los Estados bálticos”, añade, en referencia a la modernización de los 269 kilómetros que atraviesan este país, que se independizó de la Unión Soviética en 1991 e ingresó a la OTAN en 2004.

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En abril del año pasado, como parte del ejercicio militar a gran escala, Steadfast Defender 2024, organizado por la OTAN, Lituania y Polonia desarrollaron prácticas militares en la zona del corredor de Suwalki para entrenar en la planificación y dirección de operaciones defensivas. Por su parte, en septiembre de este año, Rusia y Bielorrusia desarrollaron el ejercicio Zapad 2025, con el objetivo declarado de “defender la soberanía y la integridad territorial” de estas dos repúblicas frente a “cualquier agresión externa”.



