En la Guerra de Malvinas de 1982, mientras el mundo miraba el combate entre Argentina y el Reino Unido, un actor inesperado jugaba en las sombras. Documentos desclasificados revelan que un país, conocido por su alianza con Occidente, envió armas y tecnología militar a la dictadura argentina, ayudando a reforzar su ofensiva aérea contra la flota británica.
Durante el conflicto, Israel suministró armas a Argentina, según señalan documentos desclasificados del Foreign Office británico. Estos informes indican que Tel Aviv proveyó al gobierno argentino de facto con equipamiento militar, incluyendo aviones Skyhawk, que fueron utilizados para atacar a las fuerzas británicas.
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Cuáles fueron los suministros que recibió Argentina en la Guerra de Malvinas
Los aviones Skyhawk desempeñaron un papel significativo en el conflicto, participando en bombardeos que resultaron en la pérdida de cuatro buques de guerra británicos y la muerte de decenas de soldados y marinos.
Además de los aviones, Israel habría suministrado misiles aire-aire, minas antitanque, morteros, bombas, ametralladoras, máscaras antigás, sistemas de alerta de radar y tanques de combustible para los aviones de combate. Estos envíos se habrían realizado en vuelos secretos que transitaban por Perú para ocultar su origen.

Los documentos también revelan que, incluso después del conflicto, en 1984, Israel continuaba exportando armas a Argentina y estaba dispuesto a vender aviones espía al gobierno local.
A pesar de las solicitudes del entonces secretario de Relaciones Exteriores británico, Geoffrey Howe, para que Israel detuviera estas ventas, funcionarios británicos expresaron escepticismo sobre la disposición de Israel a cesar dichas operaciones, indicando que los intereses israelíes en Argentina prevalecerían sobre cualquier consideración hacia el Reino Unido.
Estas revelaciones fueron objeto de debate, especialmente considerando que las armas suministradas por Israel fueron utilizadas contra fuerzas británicas, un país aliado. La motivación detrás de las acciones de Israel es una incógnita.
Algunos sugieren que el primer ministro israelí de la época, Menachem Begin, pudo haber autorizado estas ventas como una forma de represalia histórica contra el Reino Unido por su papel en el Mandato Británico de Palestina y la ejecución de miembros del grupo Irgun en la década de 1940.




