Mientras Ucrania se fortalece con el empleo de los drones y revela la efectividad del uso de esta tecnología en el campo de batalla, Rusia avanza en un novedoso sistema de guerra electrónica que podría ser la clave para contrarrestar el poder de fuego aéreo ucraniano en materia de vehículos aéreos no tripulados (VANT).
- Te puede interesar: Brigadier general Isaac: “Las FF. AA. vigilaremos las fronteras con drones y reconocimiento aéreo”
Se trata de un casco con antenas que le permitiría a los efectivos del ejército de Rusia bloquear a los drones ucranianos desde el mismo campo de batalla.
Los drones al frente
Según un informe del Transatlantic Dialogue Center, de julio de este año, la firma alemana Quantum Systems inició la producción de sus prometedores drones Twister, en sus instalaciones ucranianas, para ser empleados por las Fuerzas de Defensa en Ucrania. Paralelamente, la misma organización subrayó la incorporación de Bélgica y Turquía en la Coalición de Drones, una iniciativa internacional que, a lo largo de este año, ya destinó casi 3 millones de euros en apoyo al país de Volodímir Zelenski.

Del lado ruso, en tanto, el gobierno de Vladimir Putín lanza cientos de drones diarios que, según el informe de Transatlantic Dialogue Center, en su mayoría son derribados por las defensas aéreas ucranianas. Sin lugar a dudas, los vehículos aéreos no tripulados ganan protagonismo en aquella parte del mundo y llegaron para revolucionar los escenarios bélicos: no solo por su efectividad y costo, sino también porque generaron nuevos desarrollos para evitar el impacto de su empleo por parte del adversario.
Cómo es el casco ruso para eliminar drones
En redes se viralizó un video de un soldado ruso empleando un casco con antenas: un sistema portátil con conexiones a una pantalla en la muñeca de su brazo y una batería.
¿Cómo funciona? Al parecer, esta tecnología tiene la capacidad de detectar la señal radioeléctrica del vehículo aéreo no tripulado para, finalmente, reproducir la señal de video en la pantalla del antebrazo y dejar “sin visión” al adversario.

Según explican los especialistas, es una avanzada técnica de guerra electrónica que apunta a la transmisión del video y no, como lo hacen los inhibidores, al control y la navegación de los VANT.
En síntesis, si bien el operador original perdió la señal de video, el VANT sigue funcionando. Mientras tanto, en la confusión, no se encienden las alarmas de los sistemas de seguridad de los drones ucranianos.
Rusia: las limitaciones de la nueva tecnología antidrones
Según los expertos, la tecnología del video no es tan espectacular como parece. De hecho, explican, protege en un 35% de los ataques.
A eso se suma que los drones operan en una amplia variedad de frecuencias, también protegidas contra el drone jamming, como se conoce a la emisión de señales de interferencia para bloquear la conexión entre los VANT y sus operadores y, así, afectar las comunicaciones e, incluso, la señal de GPS.

A su vez, señalan que muchos de los drones ucranianos tienen transmisión por fibra óptica.
Fibra óptica, la solución para los drones en el campo de combate
Para los expertos, es tal el uso de drones y las señales existentes en un campo de combate que el espectro electromagnético -que básicamente es todo lo que se ve (y lo que no) en relación a las ondas que se desplazan por el aire- está saturado.
En ese sentido, los especialistas son contundentes: quien domine el espectro, es quien tiene la ventaja. “En los drones se interfieren las señales (jamming) y, en consecuencia, constantemente se apuesta al desarrollo de nuevos sistemas de comunicaciones inalámbricos que permita mantener un enlace seguro y sin interferencias para lograr el objetivo”, aclaran.
A la vez, las Fuerzas Armadas, tanto rusas como ucranianas, conocen la necesidad de seguir operando con estos dispositivos, no solo por su efectividad sino también por el golpe psicológico que generan al entrar en un escenario, pues, en el momento en el que se empiezan a escuchar, el combatiente corre en busca de resguardo (en las redes abundan los videos en lo que se puede ver y sentir la presión que tiene un efectivo al verse identificado por uno de ellos: sabe que su fin es cuestión de tiempo).

Entonces, para solucionar la problemática de la saturación del espectro, comenzaron a utilizarse los drones que emplean fibra óptica. Es decir, están conectados a un cable. Por eso, la invención rusa mencionada no podría ser empleada en estos últimos casos.
Ahora, el nuevo desafío que llega es aquel vinculado a la provisión de las bobinas de cable de fibra óptica, pues solo existen unos pocos oferentes en el mundo.
El dato: en un contexto en el que Rusia y Ucrania apuestan a este nuevo sistema de drones, China se consolida como el principal proveedor de bobinas de fibra óptica.
¿Por qué la guerra de los drones es rentable?
Cabe señalar que todos los desarrollos en materia de drones tienen un sentido: el empleo de esta tecnología es sumamente rentable en contraposición con la inversión que conlleva la utilización de los morteros, misiles y la artillería en un escenario bélico.
Además, un drone puede ser derribado, pero su operador continúa activo. Con lo cual, solo se perdieron unos pocos miles de dólares y hay un efectivo -capacitado- que todavía está disponible para seguir operando.
Cabe destacar que, fundamentalmente en Ucrania, en el nivel secundario existen asignaturas dedicadas a la industria de los VANT: es decir, una vez egresados de la escuela, los ciudadanos pueden operar y ensamblar drones. Queda pendiente la instrucción y la doctrina militar, algo usual al considerar que se trata de un Estado que lleva al menos tres años en guerra.