Tras el fuerte temporal que sufrió Bahía Blanca, cientos de efectivos de las Fuerzas Armadas están desplegados para colaborar en la emergencia. Paralelamente, las autoridades nacionales -entre ellas, los ministros de Defensa, Luis Petri, y de Seguridad, Patricia Bullrich– trabajan junto a las locales para asistir a los damnificados y reforzar las tareas de seguridad, rescate y apoyo logístico.
Desde el Ministerio de Defensa difundieron que, tanto Petri como Bullrich, están en permanente contacto con el presidente de la Nación, Javier Milei, quien sigue de cerca la situación en el lugar.
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A partir de este sábado 8 de marzo, al apoyo también se sumaron dos aeronaves Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Argentina (FAA): parten desde la Brigada Aérea I, de El Palomar, para llevar ayuda.

¿Por qué los Hércules C-130 despegan desde El Palomar hacia Bahía Blanca?
Este sábado 8 de marzo, cerca del mediodía, partió un primer vuelo de un Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Argentina hacia Bahía Blanca.
El aterrizaje deberá realizarse en Bahía Blanca, en un aeropuerto que, por la situación, debió ser clausurado. ¿El objetivo de los viajes?, llevar cinco mil kilos de carga que servirán para ayudar a los damnificados por el fuerte temporal de lluvia que sufrió el sur de la provincia de Buenos Aires.
Básicamente, los Hércules trasladan colchones, mesas y frazadas para los evacuados, botas de lluvia, elementos de higiene fundamentales en estas situaciones (como cloro y jabón en polvo) y herramientas de trabajo.
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Desde la cartera de Defensa aclararon que los insumos fueron proporcionados por el Ministerio de Capital Humano y que buscan que toda esa ayuda llegue rápidamente a quienes más lo necesitan.
Además, en el vuelo también viajarán militares (de todas las Fuerzas) que prestan servicio en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y que, a raíz de la emergencia, están incomunicados con sus familiares que están apostados en Bahía Blanca.

Un dato: el primer vuelo, que despega en el Día Internacional de la Mujer, está integrado por una tripulación conformada por efectivos de la Fuerza Aérea Argentina. La navegadora, una oficial femenina.
Se espera que, en breve, parta un segundo vuelo de este avión de transporte de la FAA desde El Palomar hacia Bahía Blanca.

Los detalles de la asistencia militar en Bahía Blanca
En este momento las tres Fuerzas Armadas participan de los apoyos a la emergencia en Bahía Blanca: allí dicen presente el Ejército Argentino, la Armada y la Fuerza Aérea.
Según informó el Ministerio de Defensa, hay más de 120 efectivos desplegados junto a camiones de la División de Ejército 3, botes de la Compañía de Comandos 603, y vehículos anfibios. A esa asistencia se suman las instalaciones militares que albergan a los evacuados por las inundaciones.

Cabe destacar que las acciones que garantizan una respuesta eficaz a la emergencia son coordinadas por el Sistema Nacional para la Gestión Integral del Riesgo.
El Hércules C-130: la aeronave de las emergencias
Meses atrás, la emblemática aeronave de transporte de la Fuerza Aérea Argentina fue noticia por ser parte del traslado del primer F-16 llegado al país.
Sin embargo, el Hércules C-130 suele ser el héroe silencioso que opera y lleva asistencia en contextos críticos.
Ya lo había hecho durante la pandemia de COVID-19, cuando debió protagonizar varios vuelos humanitarios para trasladar a los repatriados.
Un par de años después, volvió a ser una figura clave: esta vez en la “Operación Regreso Seguro”, para conformar un puente aéreo con Israel tras el ataque terrorista del 7 de octubre de 2023 y, así, traer de vuelta al país, sanos y salvos, a nuestros compatriotas.

Luego, en el 2024, volvió a convertirse en actor principal: fue parte de la “Operación Mano Amiga”, oportunidad en la que las Fuerzas Armadas se trasladaron a Brasil para colaborar en las inundaciones que sufrió la localidad de Río Grande do Sul.
El avión de la soberanía: ¿qué hizo el Hércules en Malvinas y por qué es fundamental para asegurar la presencia argentina en la Antártida?
En el presente, el Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Argentina es el responsable del puente aéreo que Argentina mantiene con el continente blanco.
El avión de transporte suele despegar desde Río Gallegos, con personal sumamente adiestrado, hacia la Base Marambio. Persigue una misión clave: aterrizar con sus cerca de 65 toneladas en una pista de permafrost para asegurar la logística necesaria para el mantenimiento de las Bases y, así, garantizar la presencia en la Antártida.
Esos aterrizajes, sumamente hostiles, se suman a otras hazañas realizadas por las tripulaciones de este sistema de armas. Resulta que, durante la Guerra de Malvinas, el Hércules fue una columna vertebral para el sostenimiento logístico de las tropas: voló desde el 2 de abril hasta el 13 de junio a las 23 horas. Es decir: hasta momentos previos al cese del fuego del 14 de junio.
Los Hércules recibieron la orden de realizar vuelos de exploración y reconocimiento lejano. En ese contexto, para evitar ser detectados por los británicos, sus tripulaciones llevaron adelante misiones que, los expertos, califican de suicidas: los “vuelos locos”.
¿Qué debían hacer y por qué las tripulaciones ponían en riesgo sus vidas?, debían volar pegados al agua, entre 10 y 15 metros sobre el nivel del mar, para que los radares de flota británica no pudieran detectarlos. Entonces, en el modo rasante en el que iban, tenían que lograr la máxima velocidad permisible. Cuando llegaban adonde querían hacer la detección, elevaban el avión. Mientras ascendían, el Hércules perdía velocidad. Por lo tanto, los mecánicos debían ajustar la potencia para que las aeronaves pudieran alcanzar los 10.000 pies.
En el ascenso, el avión emitía señal para ver en qué momento eran iluminados por los radares de las fragatas inglesas. Es decir, para poder detectar, tenían que ser detectados. Una vez que, en su barrido, el radar encontraba los puntos de los buques, el navegador tomaba la posición en función de la propia ubicación del avión. “Apagaban todo, reducían la potencia y se volvían a tirar al mar. Volvían a hacerlo en circuito serrucho: se acercaban a la flota, subían y bajaban; y luego repetían las maniobras. En cada punta del serrucho, hacían un paneo de forma tal de triangular posiciones coordenadas y en el mismo momento se las pasaban al continente para que pudieran atacar”, contó a DEF uno de los oficiales que integran este sistema de armas de transporte de la Fuerza.
Fueron seis los vuelos locos de la Guerra de Malvinas. El último ocurrió el 1º de junio de 1982: el Hércules matrícula TC-63 fue derribado al ser descubierto por una patrulla enemiga. Fallecieron sus siete tripulantes.