Ante las crecientes tensiones en la geopolítica internacional, un país de América del Sur se consolidó como un actor central en el ámbito de la defensa al adquirir el NAM “Atlântico”, un portaaviones multipropósito que, con más de 200 metros de eslora, se convirtió en el buque de guerra más grande de América Latina.
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El país en cuestión es Brasil y el buque fue modernizado para responder a las demandas contemporáneas de seguridad, combinando funciones de despliegue militar, apoyo logístico y asistencia humanitaria. Su preparación y puesta en servicio representan uno de los hitos más significativos en la modernización de las capacidades marítimas del país. A tal punto que esta incorporación elevó la capacidad operativa de la marina brasileña y reforzó su posición entre las fuerzas navales más avanzadas del hemisferio.
NAM “Atlântico”: la nueva pieza clave de la Marina de Brasil
El NAM “Atlântico” fue construido originalmente para la marina real británica bajo el nombre HMS Ocean, donde operó por casi dos décadas. Brasil lo adquirió por una suma de 96 millones de dólares, y lo sometió a un extenso proceso de adecuación, que incluyó mejoras tecnológicas en sus sistemas de mando y control, sensores de vigilancia y radares, además de la renovación de su cubierta de vuelo y el hangar interno.
El “Navío Aeródromo Multipropósito”, posee la capacidad de ejecutar misiones muy diversas. Realiza desde operaciones anfibias y transporte de tropas hasta evacuación médica, ayuda humanitaria y soporte en desastres naturales.

Con 203 metros de largo y un desplazamiento cercano a las 22 mil toneladas, el Atlântico se posiciona como la plataforma naval más grande del subcontinente. La nave posee una autonomía de más de 8.000 millas náuticas y puede alcanzar 18 nudos, lo que facilita operaciones prolongadas sin apoyo externo inmediato.
Su cubierta permite la operación simultánea de siete aviones, mientras que su hangar tiene capacidad para 18 aeronaves de distintos modelos. Además, cuenta con espacio para más de 800 infantes de marina, lanchas de desembarco y vehículos blindados ligeros.
Brasil y su rol como potencia militar regional
La incorporación del Atlântico confirma el rol de Brasil como la principal potencia militar de América Latina. Según datos del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), el país mantiene desde hace años el mayor presupuesto de defensa de la región, con un gasto anual que supera los 20.000 millones de dólares, cifra que lo ubica entre los 15 países con mayor presupuesto militar del mundo.
A nivel geográfico, Brasil cuenta con la costa atlántica más extensa de Sudamérica, por lo que le otorga gran importancia a sus capacidades navales de largo alcance. Esta extensión marítima requiere plataformas con autonomía elevada y capacidad de operar durante largos períodos lejos del continente.

El país también posee uno de los complejos industriales-militares más desarrollados del hemisferio sur. Empresas como Embraer S.A., Avibras o Ares producen aeronaves, misiles, vehículos blindados y sistemas de mando que son exportados a más de 60 países, consolidando a Brasil como un proveedor relevante en el mercado internacional de armamento.
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De esta forma, y con la incorporación del Atlântico, Brasil consolidó una capacidad naval que no tiene equivalentes en América Latina y que amplía su margen de acción en escenarios tanto regionales como extrarregionales.
Su puesta en servicio refleja un proceso de modernización sostenido y marca un hito en la infraestructura militar del país, con implicancias directas en el equilibrio de capacidades en el Atlántico Sur.




