La sucesiรณn de protestas que se iniciaron en enero de 2011, y que luego pasarรญan a conocerse como la โPrimavera รrabeโ, generaron no pocos miedos en Occidente, especialmente en Estados Unidos e Israel, respecto del impacto que una apertura democrรกtica de tales paรญses podrรญa generar en el delicado equilibrio regional. Si bien el carรกcter de los reclamos en la plaza de Tahrir durante los 18 dรญas que precedieron a la salida de Mubarak era de carรกcter secular, abogando por la apertura democrรกtica y mayores libertades civiles y polรญticas, el fantasma de un giro hacia una teocracia como la de Irรกn sobrevolรณ la mente de ciertos polรญticos. Muchos autores critican el hecho de que Estados Unidos e Israel hayan pasado por alto durante dรฉcadas los abusos cometidos por el gobierno de Mubarak en Egipto contribuyendo con millones destinados al sector militar del paรญs, a pesar de la retรณrica a favor de una democratizaciรณn de la regiรณn. Tal como seรฑala Fouad Ajamin: โLos americanos se sienten bastante cรณmodos con el autoritarismo. El miedo a una toma del poder de los fundamentalistas juega a favor del rรฉgimen de Mubarakโ (1995). Mรกs allรก de estos deseos, la puesta en marcha de elecciones parlamentarias y presidenciales en 2012 implicรณ un quiebre en la historia reciente de Egipto, cristalizando las preferencias del pueblo que concurriรณ a las urnas. Los mayores ganadores resultaron ser los Hermanos Musulmanes, quienes basรกndose en una estructura previa a las revueltas, consiguieron la mayor cantidad de votos en las elecciones parlamentarias y ubicaron a uno de los suyos en la Presidencia del paรญs. Es por ello que, a pesar del golpe de Estado perpetrado por el general Abdel Fattah al Sisi el 3 de julio que ha retornado la situaciรณn del paรญs a un estado de cosas anterior, vale la pena analizar el funcionamiento de esta organizaciรณn, que hoy vuelve a ser acorralada y que hace dudar de la factibilidad de una democracia pensada en tรฉrminos occidentales en el paรญs, asรญ como tambiรฉn del interรฉs real de las potencias en que se den reales cambios en esta direcciรณn.
Es importante destacar que la Hermandad Musulmana, a pesar de haber sido durante dรฉcadas la oposiciรณn por excelencia en Egipto, no fue la iniciadora de las protestas y solo apoyรณ oficialmente las mismas a partir del sรฉptimo dรญa, cuando fue claro que no se trataba de una mera revuelta a ser aplastada por Hosni Mubarak fรกcilmente. Por lo antedicho, este artรญculo se propone analizar la historia de esta agrupaciรณn islรกmica, su ideologรญa y el rol que jugรณ durante la breve presidencia de Mohamed Morsi. Si bien existen muchos autores que los han identificado como actores moderados, no son pocas las fuentes occidentales que seรฑalan que lo finalmente pretendรญa la Hermandad Musulmana, a travรฉs de su Partido Libertad y Justicia, era instalar un rรฉgimen teocrรกtico, jihadista violento, donde las minorรญas religiosas y las mujeres no fueran respetadas, y donde los acuerdos de Camp David serรญan denunciados. La nueva Constituciรณn, aprobada por un escaso margen a fines de 2012, pareciรณ alimentar esta segunda hipรณtesis. Puede seรฑalarse entonces que si bien en principio existiรณ la esperanza de que los Hermanos Musulmanes resultaran actores moderados al hacerse del poder, fue justamente su falta de diรกlogo con otras fuerzas polรญticas, y especialmente el traicionar el espรญritu secularista que fuera impulsado al inicio de la โPrimavera Egipciaโ lo que determinรณ la caรญda de este gobierno democrรกticamente electo.
EL NACIMIENTO DE LA HERMANDAD MUSULMANA
La Hermandad Musulmana naciรณ en 1928 de la mano de Hassan al-Banna, un maestro de la ciudad de Ismailia, con el propรณsito de generar una reforma islรกmica profunda de la sociedad y el Estado, dentro de la rama sunnรญ del Islam. La ideologรญa de la organizaciรณn se compone de tres creencias principales: 1) El Islam es un sistema total y รกrbitro de la vida en todas sus categorรญas; 2) El Islam estรก formulado y basado en dos fuentes primarias: la revelaciรณn en el Corรกn y la sabidurรญa del Profeta en Sunna y 3) el Islam es aplicable a todos los tiempos y lugares. (Stilt 2010: 77). Tal como seรฑala Carrie Wickham (2011), โsu mรฉtodo primario fue la extensiรณn de la daโwa religiosa, a travรฉs de la predicaciรณn en mezquitas y cafรฉs, al tiempo que se proveรญa de servicios sociales para hacer frente a las necesidades de los pobresโฆโ, lo que le ha permitido generar la red de adherentes con la que cuenta en Egipto. La idea que subyace es que los musulmanes altamente comprometidos con sus creencias religiosas con el tiempo serรญan los encargados de demandar un orden polรญtico regido por la Shariยดa, sin que ello supusiera que la misma Hermandad se involucrara en polรญtica. Es vital seรฑalar, en pos de pensar la situaciรณn actual, que el grupo se ha opuesto siempre a cualquier intervenciรณn extranjera en la regiรณn, negando la legitimidad del Estado de Israel y los acuerdos de Camp David, implicando un fuerte anti-norteamericanismo y antisemitismo. En este sentido, la relaciรณn de la organizaciรณn para con la violencia ha sido ambigua en sus inicios. Si bien algunos autores destacan que al-Banna se oponรญa al uso de la violencia, Gerges (2011) seรฑala que en los aรฑos 40 el mismo Banna creรณ el โaparato secretoโ, una organizaciรณn paramilitar, para luchar contra la ocupaciรณn britรกnica lo que desencadenรณ la prohibiciรณn y persecuciรณn de la agrupaciรณn, llevando a la muerte de su fundador. No obstante haber formado parte de los grupos que apoyaron el golpe de Estado que permitiรณ la llegada al poder de Nasser, quien fuera integrante de la agrupaciรณn de Oficiales Libres, la Hermandad Musulmana fue culpada posteriormente de un intento de matar al mencionado lรญder, generando nuevamente su prohibiciรณn, el encarcelamiento y ejecuciรณn de muchos de sus miembros. En este punto es importante destacar que Sayyid Qutb fue uno de los Hermanos ejecutados en 1966, cuya ideologรญa se ha considerado inspiradora de agrupaciones como Al Qaeda, ya que Ayman al-Zawahiri fue su discรญpulo. โEstos enfrentamientos con las autorizades provocaron un importante cambio en la ideologรญa de la Hermandad (โฆ) el trabajo de Qutb propugnaba el uso de la Jihad (lucha) contra sociedades jahili (ignorantes), tanto Occidentales como Islรกmicas, las cuales รฉl consideraba que necesitaban una transformaciรณn radicalโ (BBC, 26/6/2012). No obstante, otras fuentes seรฑalan que sus textos permiten varias lecturas, por lo cual no puede seรฑalarse que Qutb incitara las acciones del terrorismo islรกmico que luego se llevarรญan a cabo en su nombre. Pero lo que esto marca es la maleabilidad de estos textos en cuanto a su interpretaciรณn, permitiendo pensar las contradicciones que se dan al interior del grupo.
Frente a esta realidad hostil, a partir de los aรฑos 70 los Hermanos Musulmanes renunciaron definitivamente a la violencia, en pos de optar por la vรญa polรญtica. De hecho ante la llegada de al-Sadat al poder muchos de sus lรญderes fueron liberados. Cabe destacar que la falta de transparencia en la organizaciรณn de la agrupaciรณn y el modo en que sus miembros son reclutados responde justamente a aรฑos de represiรณn en los que debiรณ operar en la clandestinidad. Este hecho dificulta el entendimiento del funcionamiento y la ideologรญa de la organizaciรณn. Puede decirse que esta caracterรญstica ha sido una de sus mayores fortalezas a la hora de mantenerse, pero tambiรฉn se presentรณ como una gran debilidad con el advenimiento de la nueva era iniciada en 2012, ya que este manejo oscuro genera desconfianza desde distintos sectores de la sociedad, tanto egipcia como internacional. Asimismo, la experiencia de estas รฉpocas pasadas por parte de la dirigencia de la Hermandad Musulmana, la โvieja guardiaโ, hoy es vista como uno de los ejes de fractura respecto de los sectores que se incorporaron a partir de los aรฑos 70, mรกs proclives a una visiรณn mรกs moderada del Islam y mรกs fรกcilmente traducible en la pata polรญtica necesaria para los tiempos democrรกticos; como seรฑala Ramadam (2011), โ el pensamiento polรญtico de la Hermandad ha evolucionado considerablemente durante los รบltimos 20 aรฑosโ. Como veremos luego, es aquรญ dรณnde se inicia la fractura entre un ala mรกs conservadora que โโฆapoya los procedimientos de la democracia sin internalizar sus valores centrales, como los principios de igualdad de gรฉnero y el respaldo a un amplio rango de libertades individuales garantizadas a ciudadanos de sistemas democrรกticos en Occidenteโ, y otra ala que โโฆha gravitado en los aรฑos recientes hacia una interpretaciรณn mรกs progresiva del Islam, la cual define sus valores de pluralismo e igualdad como caracterรญsticas esenciales de la religiรณn islรกmica y de la herencia civilizadora del Islam.โ (Rosefsky Wickham 2011, 207-208)
Si bien en los aรฑos iniciales de Sadat los Hermanos Musulmanes fueron considerados como aliados en la lucha contra la izquierda comunista (ya que el islamismo se consideraba un mal menor), todo cambiรณ con el reconocimiento de Israel a partir de los acuerdos de Camp David en 1978. Dada la histรณrica oposiciรณn del grupo respecto de la existencia del Estado de Israel, el grupo pasรณ nuevamente a la oposiciรณn y esta paz le terminรณ costando la vida a al Sadat en 1981 a manos de radicales islรกmicos. Es a partir de este รบltimo acontecimiento que se abre una nueva etapa en las relaciones de la Hermandad con las autoridades polรญticas egipcias.

Sayyid Qutb, lรญder de la Hermandad Musulmana, ejecutado en 1966.
LA ERA MUBARAK
Desde un inicio la estrategia de Hosni Mubarak fue distinguir entre islamistas radicales y moderados, de modo tal de colaborar con los รบltimos para debilitar a los primeros. โAl legitimar a la Hermandad como los principales representantes del centrismo islรกmico, Mubarak podรญa ubicar a los militantes por fuera de la corriente principal. Una vez que eran aislados, รฉl podรญa aplicar medidas en contra de los mismos generando pocas protestas. Mubarak esperaba que la Hermandad se contuviera de intentar cooptar el sistema polรญtico y que incluso apoyaran algunas de sus iniciativasโ (Walsh 2003: 32). Consecuentemente, Lampridi-Kemou (2011: 113-114) seรฑala que muchos miembros que permanecรญan presos fueron liberados y a partir de 1984 la Hermandad empezรณ a participar en elecciones, integrรกndose a la vida polรญtica. De este modo el rรฉgimen limitaba el carรกcter de la oposiciรณn, dado que los Hermanos, a fin de mantenerse activos, se transformaron en menos contestatarios y hasta apoyaron la candidatura de Mubarak en 1988 desde el Parlamento. Dado que continuaba la prohibiciรณn de formar su propio partido polรญtico, el mecanismo utilizado por la Hermandad fueron las alianzas: primero con el Partido New Wafd y luego en 1987 con el Partido del Trabajo y el Al-Ahrar, formando la Alianza Islรกmica que obtuvo 65 bancas en el Parlamento. Uno de los hechos caracterรญsticos de aquรญ en mรกs serรก que, a falta de un partido propio, lo que identificarรก a los miembros de la Hermandad en tanto candidatos va a ser el slogan โel Islam es la soluciรณnโ.
Autores como Abdel-Kotob (1995) van a apuntar a que la nueva estrategia de la agrupaciรณn fue de acomodaciรณn con el rรฉgimen, ya que implicaba el uso de los canales institucionalizados para conseguir los cambios queridos, demostrando el carรกcter reformista de la agrupaciรณn. A pesar del carรกcter institucionalizado de la participaciรณn, desde Occidente se empezรณ a ver esto con cierto temor por las consecuencias que un crecimiento de la representaciรณn islรกmica pudiera tener a futuro. Al mismo tiempo, en el marco de la sociedad civil, la Hermandad Musulmana optรณ por avanzar en las asociaciones sindicales y de estudiantes. Allรญ se ganรณ su espacio gracias a sus excelentes polรญticas sociales y de contenciรณn que han caracterizado a la organizaciรณn desde sus inicios, reviviendo el sentido de la umma (comunidad islรกmica) presente en el Corรกn, a la vez que llenaba los vacรญos dejados por un Estado ausente. Dentro de tal campo, una base importante de su poder estรก asentada en las instituciones financieras y bancos islรกmicos que proveen anualmente una tasa de interรฉs altamente superior a la de los bancos comerciales a partir de acuerdos para compartir las ganancias y que operan principalmente en el sector informal de la economรญa, que constituye un gran porcentaje de la economรญa egipcia.
Estos programas mencionados, sumados al aumento de la popularidad de la Hermandad Musulmana en el campo polรญtico, generรณ la percepciรณn en el gobierno de que la agrupaciรณn se estaba convirtiendo en una amenaza para su propio poder. De allรญ que se optara por un cambio de estrategia: el nรบmero de votos para entrar en el Parlamento fue elevado, fue puesta en duda la legitimidad de las elecciones en los sindicatos, y aumentado el capital necesario para el establecimiento de bancos islรกmicos, combinรกndose con el resurgimiento de la represiรณn, entre otras acciones. Asimismo, la diferencia trazada en los comienzos del gobierno de Mubarak entre grupos radicales y moderados fue disuelta, al tiempo que el mismo presidente empezรณ a denominar a la Hermandad como organizaciรณn ilegal. Por ello, la agrupaciรณn aumentรณ sus crรญticas al rรฉgimen y boicoteรณ las elecciones de 1990, iniciando un perรญodo de alta conflictividad.
Los aรฑos 90 van a estar marcados por una escalada de la violencia desde el gobierno, en respuesta al aumento de atentados terroristas derivados del rechazo que generรณ la posiciรณn oficial del paรญs en la Guerra del Golfo. Los Hermanos tambiรฉn se vieron afectados por el aumento de los arrestos, que incluso alcanzaron a los miembros pertenecientes al รณrgano mรกximo conocido como el โConsejo de Guรญasโ, asรญ como tambiรฉn por el cierre de sedes de la organizaciรณn. De hecho, la nueva polรญtica del gobierno provocรณ que los partidos existentes, a los cuales la organizaciรณn se habรญa aliado en elecciones pasadas, se alejaran a fin de que la represiรณn no los alcanzara. Es por esto que a partir de este momento los candidatos de la entidad se presentarรกn como โindependientesโ de toda afiliaciรณn polรญtica, aunque sean identificables por el slogan ya mencionado.
Los eventos del 11 de septiembre de 2001 tuvieron repercusiones inesperadas para la Hermandad Musulmana en cuanto actor polรญtico. Lampridi-Kemou (2011: 121) destaca que si bien el nuevo clima le permitiรณ a Mubarak alinearse aรบn mรกs con Estados Unidos y obtener mayores beneficios econรณmicos al participar en la โGuerra contra el Terrorismoโ, ademรกs de garantizarse su estadรญa en el poder como garante contra el โavance islรกmicoโ, las reacciones contra la presencia de la superpotencia en la regiรณn hizo que los egipcios canalizaran su ira hacia tal paรญs, olvidando el frente domรฉstico. El rรฉgimen pudo permitir asรญ una mayor libertad para manifestarse, ya que no era el target de la bronca, con el efecto de que en las elecciones de 2005 los โindependientesโ, miembros de la Hermandad, ganaran 88 bancas del Parlamento. Esta nueva avanzada de la agrupaciรณn en tanto la oposiciรณn mรกs importante al rรฉgimen tuvo como corolario el llamado a un โreferรฉndum expressโ para la reforma de la Constituciรณn en 2007, a partir de lo cuรกl no solo se limitaron las libertades individuales sino que tambiรฉn se incluyรณ una enmienda que prohibรญa los partidos basados en la religiรณn, una medida que debe ser leรญda en clara referencia al grupo en anรกlisis. Asimismo se intervinieron las redes de financiamiento de la organizaciรณn, y en las elecciones de 2010 prรกcticamente no se dejรณ espacio para la participaciรณn limpia, lo que se tradujo en que la Hermandad no consiguiera siquiera un escaรฑo.
Siguiendo a Wickham (2011), puede decirse que durante los 30 aรฑos de โreinadoโ de Mubarak los Hermanos fueron permanentemente asediados. Uno de los guรญas supremos de la organizaciรณn, Khayrat Shater, estima que en el perรญodo hubo 35.000 arrestos de miembros de la organizaciรณn, provocando que desde el Consejo se optara por una polรญtica pragmรกtica de โauto-restricciรณnโ para evitar represalias. En este contexto se inscribe el hecho de que no se presentaran candidatos โindependientesโ en todos los distritos electorales y que se optara por una estrategia de โacomodaciรณnโ con el rรฉgimen. โEn suma, el gran tamaรฑo e influencia de la Hermandad, la hizo mรกs vulnerable a la represiรณn, y consecuentemente mรกs reacia a cruzar la lรญnea roja y movilizar a sus adherentes hacia la calleโ (212). Esto claramente explica por quรฉ la organizaciรณn, a pesar de ser la principal oposiciรณn organizada del paรญs, solo se sumรณ oficialmente a las revueltas iniciadas el 25 de enero de 2011 una vez que fue claro que no se trataba de una manifestaciรณn de un grupo minoritario de la sociedad.

Hosni Mubarak, dueรฑo del poder absoluto entre 1981 y 2011.
LA “PRIMAVERA” EGIPCIA
Como fue mencionado al inicio, la Hermandad Musulmana no fue impulsora del ciclo de protestas en la plaza Tahrir que terminaron con la salida de Mubarak del poder, y ello permite comprender los sucesos que han tenido lugar a partir del 3 de julio del corriente aรฑo. El carรกcter secular de esta protesta quedรณ manifiesto en el hecho de que participaron tanto islรกmicos como cristianos coptos, protegiรฉndose entre sรญ ante la represiรณn policial, sumado al hecho de que las consignas eran en pos del fin del autoritarismo y la democratizaciรณn de la sociedad, siendo los jรณvenes los principales actores. De hecho lo que hizo esta protesta fue cristalizar las divisiones internas que fueron mencionadas anteriormente. La โVieja Guardiaโ, personificada en el consejero supremo Muhammad Badie, solo apoyรณ la protesta cuando la salida de Mubarak era clara, mientras que el ala mรกs reformista conformada por los jรณvenes participรณ de la protesta desde sus inicios, mรกs allรก de no identificarse como miembros de la organizaciรณn, bajo consignas mucho mรกs progresistas que las que la cรบpula admitirรญa. Este hecho llevรณ a que en los inicios de la transiciรณn democrรกtica, tutelada por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, al anunciar Badie que la organizaciรณn crearรญa un partido y que sus miembros tendrรญan vedado el unirse a otros, muchos exponentes del ala reformista se retiraron de la organizaciรณn y formaron sus propios partidos, o fueron expulsados como en el caso del reformista el-Fotouh. La falta de consulta del Consejo de Guรญas a la comunidad mรกs amplia de la organizaciรณn, nucleada en el Consejo Shura, puso de manifiesto los dรฉficits democrรกticos en el manejo interno de la Hermandad que, ante las nuevas libertades en puerta, muchos miembros ya no estaban dispuestos a tolerar.
Finalmente la organizaciรณn creรณ el Partido Libertad y Justicia, el cual quedarรญa abierto a personas de todas las religiones, y se presentรณ como โun partido civil con un marco de referencia islรกmicoโ. Mohamed Morsi, miembro del Consejo de Guรญas, fue nombrado como el presidente del partido, para lo cual resignรณ su posiciรณn en el รณrgano directivo de la Hermandad. El objetivo era demostrar la independencia del nuevo partido respecto de Hermandad, aunque ello no supusiera que ante cuestiones importantes existieran consultas. Morsi pertenece al ala de los โconservadores pragmรกticosโ que โcombinan conservadurismo religioso con la creencia en el valor de la participaciรณn y el compromiso (โฆ) deseosos de cooperar con grupos seculares en el logro de metas comunes, siempre que no requiera la disoluciรณn o el abandono del nรบcleo ideolรณgico Islรกmicoโ (Wickham 2011: 210). La autora destaca que si bien este grupo se presenta como abogando por la igualdad y el pluralismo, ello debe ser balanceado con su deseo de preservar su identidad y cultura. Es por ello que la participaciรณn polรญtica de mujeres y coptos ha sido permitida dentro del partido, pero en la Constituciรณn sigue existiendo una prohibiciรณn para que un miembro de estos grupos pueda hacerse cargo del gobierno. Desde ya que no todos los miembros de la Hermandad Musulmana estรกn de acuerdo con estos avances, pero esta es la direcciรณn oficial que el partido tomรณ para presentarse a elecciones en 2012. Un hecho a destacar es que en 2012 hubo una mujer, Sabah Saqari, compitiendo por ocupar la presidencia del partido, lo cual resulta una muestra un cierto grado de apertura, aunque debe tenerse en cuenta el carรกcter autรณnomo del partido, cuyo funcionamiento puede variar ampliamente respecto de la Hermandad Musulmana, instituciรณn mucho menos progresista.
De lo dicho se desprende que es claro que los miedos suscitados en algunos sectores de Occidente por la llegada de la Hermandad Musulmana podรญan ser considerados como excesivos a inicios de 2012 e incluso este mismo aรฑo, en cuanto a la posible islamizaciรณn de la sociedad al estilo de Irรกn. Ya en la plataforma provisional lanzada por la Hermandad con motivo de las elecciones de 2011 se seรฑalaba que Egipto era un Estado Civil y que no se buscaba imponer una teocracia (Stilt 2010: 90). De todos modos la Constituciรณn aprobada por referรฉndum en diciembre de 2012, y el proceso de formulaciรณn de las mismas, siembra al menos algunas dudas respecto del posible desenlace de este proceso, de no haber mediado las protestas en contra del gobierno desencadenadas por el golpe.

Mohamed Morsi llegรณ al poder en 2012 com0 candidato de los Hermanos Musulmanes.
ELECCIONES
Muchos de los analistas seรฑalaban que la Hermandad Musulmana โโฆha sido el grupo opositor mรกs popular y mejor organizado en Egipto por dรฉcadas, por lo tanto parecerรญa desprenderse que deberรญa ganar mรกs votos que cualquieraโฆโ (Totten 2012). Es por ello que ante el miedo que generaba la posibilidad de que arrasaran en las elecciones parlamentarias que se iniciaron a fines de noviembre de 2011, y en pos de demostrar su compromiso con una democracia pluralista, la dirigencia del partido seรฑalรณ que no presentarรญa candidatos en todas las jurisdicciones y en principio tampoco presentarรญa un candidato presidencial. Los resultados de los comicios arrojaron un 45% de votos favorables a los Hermanos, mientras que la gran sorpresa fue que los salafistas, ala mรกs radical del Islam, obtuvieron el 29% de los votos, por lo cual el Parlamento pasรณ a estar controlado por las fuerzas islรกmicas. Como seรฑala Samuel Tadros (2012), mรกs allรก de si el sistema electoral favoreciรณ a los partidos islรกmicos, o si los tiempos no le permitieron a los nuevos partidos organizar sus bases, o cualquier otro motivo que se haya esbozado, lo cierto es que los partidos laicos hicieron de su anti-islamismo un eje detrรกs de lo cual no habรญa ningรบn contenido comรบn alternativo y allรญ se originรณ su fracaso. Mรกs aรบn, cabe agregar que la mayor parte de la poblaciรณn egipcia es religiosa y vive en zonas rurales, haciendo predecibles los resultados.
Mรกs allรก de estos sucesos en las urnas, la nueva mayorรญa islรกmica no pudo realmente ejercer el poder, retenido por los actores que han tenido un rol preponderante en la historia egipcia y que continรบan siendo รกrbitros de su polรญtica: los militares. Los mismos han intentado, desde la caรญda de Mubarak, proyectarse como un actor con poder de veto sobretodo en lo que respecta a las relaciones exteriores, mantener su independencia presupuestaria y preservar la inmunidad para no ser juzgados por los crรญmenes cometidos durante la transiciรณn. Todo ello ha sido posible, dado que la conformaciรณn de la Asamblea encargada de la redacciรณn de la nueva Constituciรณn no se dio inmediatamente despuรฉs de los sucesos revolucionarios, hecho al cual contribuyรณ la conformaciรณn del Parlamento con una abrumadora mayorรญa islรกmica.
En este contexto puede entenderse que la Hermandad Musulmana finalmente haya presentado a Mohamed Morsi como candidato. La organizaciรณn habรญa planteado que no participarรญa en la contienda presidencial, dado que temรญa que la concentraciรณn de poder en su partido fuera una invitaciรณn a la invasiรณn de alguna potencia. Ante el hecho consumado de que la mayorรญa parlamentaria islรกmica habรญa sido recibida a nivel internacional sin mayores repercusiones y que los avances en torno a la redacciรณn de la constituciรณn estaban siendo prorrogados, el Partido Libertad y Justicia cambiรณ de parecer. No es menor seรฑalar lo acertado de su decisiรณn, dado que el 12 de julio el Tribunal Constitucional decidiรณ disolver el Parlamento, alegando que el acuerdo electoral entre las fuerzas que se habรญa logrado para tales comicios era inconstitucional (El Paรญs 14/6/12). Este veredicto, dado por un รณrgano conformado por miembros de la era Mubarak, puede leerse como un mensaje a los Hermanos Musulmanes respecto de sus posibilidades de concentrar el poder, asรญ como tambiรฉn demuestra los problemas que acarreรณ una revoluciรณn democrรกtica donde muchas de las antiguas instituciones quedaron en pie.
Lo antedicho solo dio como resultado que los votantes pro-Islam, asรญ como aquellos que se oponรญan a la vuelta a la รฉpoca previa a la โprimaveraโ, volcaran su apoyo hacia la candidatura de Morsi que ganรณ con el 51% de los votos en la segunda vuelta. Si bien la Junta retuvo el derecho de veto sobre los artรญculos de la Constituciรณn a redactarse y dejรณ bajo sus prerrogativas los asuntos relacionados a la defensa del paรญs, haciendo que la Presidencia ganada por la Hermandad tuviera en principio escaso margen de acciรณn, los resultados electorales demostraron la importancia de la organizaciรณn en el paรญs, ademรกs de darle credenciales democrรกticas innegables de cara a la comunidad internacional. Asimismo, el discurso dado por Morsi en la Plaza Tahrir pareciรณ escrito a fin de diluir los temores internos y extremos, ya que la autoridad electa se refiriรณ a sรญ mismo como โel presidente de todos los egipciosโ y prometiรณ respetar los acuerdos internacionales, asรญ como respetar el espรญritu de la โrevoluciรณnโ.
Por otro lado, los primeros meses de de Morsi en el poder estuvieron marcados por la moderaciรณn en un ambiente altamente hostil. Si bien el mismo se enfrentรณ rรกpidamente al ejรฉrcito mediante un decreto que impulsaba el restablecimiento del Parlamento disuelto por el Tribunal, otros hechos tales como la primera composiciรณn de las distintas carteras del poder ejecutivo, donde solo cuatro de los dirigentes pertenecรญan al Partido de Libertad y Justicia, mostrรณ una faceta negociadora de la Hermandad Musulmana en el poder, lejos de todas las miradas estigmatizantes de Occidente. Mรกs aรบn, ante disturbios suscitados en el Sinaรญ, Morsi condenรณ la violencia desplegada aparentemente por Hamas, grupo que se considera como un desprendimiento de la Hermandad. Este dato no fue menor en tanto muestra de su actitud en una zona dominada por jihadistas islรกmicos, producto de la escasez de fuerzas en cumplimiento de los acuerdos con Israel.
En su primera apariciรณn en el รกmbito internacional, en la Asamblea General de Naciones Unidas, Morsi quiso despejar dudas acerca del rumbo que tomarรญa el paรญs bajo su mando. En este sentido seรฑalรณ que en Egipto se construirรญa como โun Estado constitucional, con respeto a las libertades, los derechos humanos y la justicia social y por las minorรญas religiosasโ. Asimismo descartรณ tajantemente la posibilidad de convertirse en una teocracia e hizo hincapiรฉ en que su gobierno respetarรญa la libertad de expresiรณn siempre que no se utilizara como plataforma de ataque a otras comunidades.
A pesar de este panorama donde la Hermandad Musulmana convertida en gobierno parecรญa mostrarse ampliamente conciliadora y alineada con las expectativas de occidente de que Egipto avanzara en pos de una democracia, la situaciรณn empezรณ a complicarse producto de la lucha de Morsi por imponer su poder frente a las fuerzas militares y el Tribunal Supremo. Estas dos instituciones, el mantenerse como guardianes del โviejo ordenโ, llevaron a Morsi a tomar medidas en una direcciรณn que hacรญa temer su conversiรณn hacia el autoritarismo. En este sentido, a fines de noviembre de 2012, y en pos de evitar que sus decisiones fueran luego revertidas por el Tribunal, Morsi se otorgรณ poderes exclusivos argumentando estar defendiendo la revoluciรณn. Su fin รบltimo era que la Asamblea Constituyente no fuera disuelta antes de completar la redacciรณn de la nueva Constituciรณn. Este hecho generรณ amplias protestas en la Plaza Tahrir, justamente de quienes habรญan sido los reales promotores de la caรญda de Mubarak, demostrando que el camino hacia la estabilidad polรญtica y econรณmica del paรญs serรญa mucho mรกs complicada de lo que parecรญa a mediados de 2012. En este mismo sentido, la redacciรณn de la Constituciรณn fue otra muestra de la incapacidad de los Hermanos Musulmanes para generar consensos. Si bien la mayor parte de los analistas coinciden en seรฑalar que este nuevo texto se distanciaba muy poco del de 1971, no puede pasarse por alto que presentaba artรญculos que generaban ciertos reparos respecto del papel que el Islam jugarรญa en la nueva configuraciรณn. Mรกs sospechas suscitรณ el hecho de que la reforma fuera aprobada en menos de 16 horas, en una Asamblea de la cual los partidos laicos opositores se habรญan retirado y frente a las crecientes protestas que se estaban generando en la calle. Peor aรบn, el texto fue sometido a referรฉndum popular tan solo dos semanas despuรฉs, dejando poco lugar para que el pueblo egipcio pudiera analizar el texto y votar en consecuencia. A pesar de que el โsiโ triunfรณ por casi un 64%, el porcentaje del padrรณn electoral que concurriรณ a votar fue menor al 35% y no fueron pocas las ONG que denunciaron irregularidades.
Ante este clima enrarecido en que las protestas contra el gobierno de Morsi se hicieron mรกs frecuentes en las calles y la situaciรณn econรณmica se deteriorรณ abismalmente, el primer intento de la Hermandad Musulmana de controlar legรญtimamente el paรญs tenรญa los dรญas contados. El cambio de gabinete de Gobierno, que tuvo lugar en mayo de este aรฑo, no hizo mรกs que corroborar las denuncias de la oposiciรณn que seรฑalaban que se estaba dando una โhermanizaciรณnโ del Estado, cerrando cualquier posibilidad al diรกlogo entre las distintas fuerzas. De allรญ al surgimiento del movimiento Tamarod, que impulsรณ con masivas protestas la dimisiรณn de Morsi, solo habรญa un paso. Cuando Morsi hizo caso omiso a esta amenaza que ya contaba con el respaldo del cuerpo militar, aduciendo su legitimidad democrรกtica, el general Abdul Fattah al-Sisi concretรณ el golpe de estado el 3 de junio. Este hecho no solo perjudicรณ a los Hermanos Musulmanes, sino que tambiรฉn tirรณ por la borda el primer experimento democrรกtico luego de dรฉcadas de autoritarismo, con el curioso beneplรกcito de muchos de los que habรญan estado en la Plaza Tahrir luchando para que Mubarak renunciara en 2011.
Debe destacarse que la reacciรณn de la comunidad internacional ha sido controversial, en cuanto ha sido mucha la resistencia para denominar desde un inicio a estos sucesos como โgolpe de Estadoโ. La represiรณn que se ha desencadenado desde la suspensiรณn de la Constituciรณn y la asunciรณn como presidente interino de Adly Mansour, juez del Tribunal Supremo, han hecho inevitable que tanto desde Estados Unidos como desde Europa surgieran las voces de condena.

Plaza Tahrir, un sรญmbolo de la protesta.
DE CARA AL FUTUR
La situaciรณn actual plantea serios interrogantes respecto del futuro de la organizaciรณn. Luego de ser depuesto, Mohamed Morsi ha sido encarcelado y llevado a juicio por incitar la violencia. Pero el ex presidente no ha sido el รบnico miembro de la Hermandad que ha tenido tal destino: tanto Khairat al-Shater, el segundo hombre en la conducciรณn, como su lรญder supremo Mohammed Badie han sido detenidos bajo la misma acusaciรณn. Mรกs aรบn, el pasado 23 de septiembre los Hermanos Musulmanes han sido proscriptos nuevamente por un tribunal que ademรกs ordenรณ la confiscaciรณn de todos sus bienes. Esto fue posible por la denuncia presentada por el partido Tagamu, de orientaciรณn comunista, que alega que la organizaciรณn posee un brazo armado secreto. De todos modos, el brazo polรญtico de la organizaciรณn, el Partido de la Libertad y la Justicia, podrรก seguir funcionando por no existir ningรบn vรญnculo orgรกnico, aunque en el actual clima de represiรณn poco pueda hacerse por los canales institucionalizados.
Para concluir, cabe preguntarse por el futuro no solo de la organizaciรณn, sino tambiรฉn del paรญs en su totalidad. Indiscutiblemente, mรกs allรก de los errores que el gobierno de Morsi ha tenido durante su aรฑo en el poder, los Hermanos Musulmanes son la organizaciรณn mรกs importante en Egipto, con la que difรญcilmente los militares logren acabar. Mรกs aรบn, es innegable que gran parte de la poblaciรณn profesa el islamismo y desea un gobierno que respete sus creencias. El desafรญo entonces radica en lograr que las fuerzas que abogan por una sociedad secular de corte occidental, las mayores protagonistas de los sucesos de inicios de 2011 que luego tristemente celebraron el derrocamiento del gobierno democrรกticamente electo, puedan dialogar con esta otra mayorรญa defensora del Islam, y viceversa. De otro modo, los รบnicos ganadores serรกn las fuerzas militares egipcias que, bajo el pretexto de presentarse como moderadores, seguirรกn controlando el Estado en su propio beneficio y sin contribuir de modo alguno al desarrollo econรณmico y social del paรญs.