“Candú III” se denominó a la operación que reúne a las principales fuerzas especiales del Ejército Argentino en pos de una misión: prepararse para proteger los puntos más sensibles y estratégicos del país, como la Central Nuclear Embalse, la Fábrica Militar “Río Tercero” y las instalaciones hidroeléctricas responsables del pulso energético argentino.
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¿Los motivos detrás del despliegue? Estos escenarios son componentes esenciales para la seguridad energética, la capacidad industrial y la infraestructura crítica nacional. Es decir, si una amenaza surgiera allí, las Fuerzas Armadas deberían defender mucho más que un objetivo militar, pues estaría en riesgo el corazón operativo de Argentina.

Ejército Argentino: Candú III, el golpe final
A fines del año 2024, el presidente de la Nación, Javier Milei, firmó dos decretos que modificaron algunos aspectos del accionar de las FF. AA. Uno fue el 1107, con énfasis en la definición de los objetivos de valor estratégico que deberán ser custodiados por el personal dependiente del Ministerio de Defensa. El otro, el 1112, detalla que el personal militar deberá actuar de manera disuasiva o efectiva ante amenazas y agresiones de origen externo que se desarrollen o incidan en los espacios terrestres, marítimos, fluviales, lacustres, aeroespacial, ciberespacial y en el espectro electromagnético sin perjuicio de las misiones establecidas en las leyes de Seguridad Interior (24.059) y de Defensa (24.948).
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Con este panorama, y en apenas pocos días, el Ejército Argentino se puso la defensa de los objetivos de valor estratégico al hombro: en el mes de febrero desplegó a sus hombres y mujeres en la operación “Candú”, en pos de adiestrarse para defender un objetivo de valor estratégico. En ese caso, el complejo nuclear Atucha.

Luego, y pensando en la defensa de otras infraestructuras críticas de interés nacional, los hombres y mujeres de la Fuerza lanzaron “Candú II”: esta vez, el foco estuvo puesto en la protección de la Central Nuclear Embalse, la CONAE y el Centro Espacial “Teófilo Tabanera”, puntos vitales para el desarrollo estratégico del país.
Y con el año casi cerrando -y a días de la llegada de los vehículos blindados Stryker a la Fuerza- el Ejército se desplegó una vez más en la provincia de Córdoba. Aunque, esta vez, la planificación realizada por las autoridades de la Fuerza los llevó directamente a los puntos neurálgicos de Río Tercero: la Central Nuclear, las instalaciones hidroeléctricas, y la Fábrica Militar. Es decir, en los escenarios donde el país puede ser amenazado y puesto en riesgo, los hombres y mujeres del Ejército Argentino se pusieron a prueba.
¿Qué hay que saber del ejercicio “Candú III”?
El ejercicio, planificado en las más altas esferas del Ejército, finaliza este jueves 20 de noviembre, fecha en la que en Argentina conmemoramos el Día de la Soberanía.
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Justamente, por si a alguien se le ocurre pasar por arriba de la soberanía argentina y atacar la infraestructura crítica de la zona de Río Tercero, los militares se desplegaron en la zona de Embalse y Río Tercero.

“El ejercicio es una instancia de adiestramiento operacional de alta complejidad que constituye la continuidad evolutiva de los ejercicios Candú I y II. Esta tercera edición integra las lecciones aprendidas previamente y eleva el nivel de exigencia”, contaron desde Córdoba. Asimismo, agregaron que, con los hombres y mujeres en el terreno, el sábado 15 y el domingo 16 de noviembre pasados se desarrollaron los procedimientos de alistamiento inicial, despliegue logístico, ocupación de áreas de reunión, establecimiento de enlaces y verificación de capacidades de apoyo: “En menos de 48 horas quedó plenamente operativo el Puesto Comando Móvil, configurado para la conducción en ambientes multidominio”.
Infiltraciones, asalto aéreo, lanzamiento de paracaidistas y marchas nocturnas
Entre las actividades más importantes del Candú III -que, de alguna manera, fueron el puntapié de los movimientos siguientes- se destacó la infiltración de una Sección de Exploración de Largo Alcance (SELA) mediante lanzamientos de apertura manual sobre la zona de la Fábrica Militar “Río Tercero”. Una vez en tierra, la unidad logró establecerse con rapidez en las inmediaciones del objetivo de alto valor estratégico para su defensa.
Según explicaron los militares, esta última misión consiste en la vigilancia, la obtención de información y el control discreto del área en pos de generar las condiciones necesarias para el planeamiento y la ejecución de las operaciones subsiguientes. Es decir: con este reconocimiento, pueden intervenir los comandos y, así, ejecutar las acciones para la recuperación de las instalaciones.

Paralelamente, los efectivos del Ejército realizaron una serie de movimientos destinados a recuperar el control del aeródromo militar “La Cruz”, bajo supuesta ocupación enemiga. Para concretarlo, realizaron un asalto aéreo (mediante la inserción de tropas en helicópteros): con la cabeza del asalto ya en el lugar, neutralizaron a los oponentes y reconquistaron ese punto clave.
Con el objetivo consolidado, iniciaron la segunda fase de las acciones: las tropas paracaidistas se lanzaron hacia el aeródromo. ¿La razón? Reforzar la posición y ampliar la capacidad de maniobra.
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Finalmente, las unidades que participaron iniciaron una marcha táctica nocturna hacia diferentes sectores con la finalidad de ocupar posiciones de partida para las operaciones del día siguiente, destinadas a la recuperación de los objetivos de valor estratégico.
“Estas acciones integradas -asalto aéreo, lanzamiento paracaidista y marcha nocturna- forman parte del esquema general de la Fuerza de Despliegue Rápido para adiestrarse en la proyección, consolidación y maniobra en profundidad sobre infraestructuras estratégicas”, explicaron.

1.000 efectivos desplegados para defender Río Tercero
Asimismo, desde Córdoba insistieron que, para poder concretar las operaciones, fue necesaria la conducción del Comando de la Fuerza de Despliegue Rápido y la participación de casi 1.000 efectivos de la IVta Brigada Aerotransportada, la Agrupación de Fuerzas de Operaciones Especiales, la Sección Aviación de Ejército de Despliegue Rápido, la Xma Brigada Mecanizada y elementos de apoyo de Aviación de Ejército, el Destacamento de Inteligencia de Combate 601, la Agrupación de Comunicaciones 601, el Batallón de Comunicaciones 141 y la Compañía de Policía Militar 601.
“En conjunto conforman un dispositivo capaz de operar bajo entornos multidominio, integrando las maniobras terrestres, información, comunicaciones seguras, movilidad aérea, inteligencia y control de áreas sensibles“, explicaron, no sin antes destacar que las actividades contemplan el planeamiento y la simulación de acciones sobre nodos de relevancia en otras áreas del país, incluyendo sectores de la zona de Atucha y áreas específicas de interés operacional en el entorno de Buenos Aires.
Un dato: desde el Ejército detallaron que el “Candú III” representa un paso significativo en el fortalecimiento de la capacidad de respuesta inmediata, la interoperabilidad entre unidades de distinto tipo y la protección de infraestructuras críticas de interés estratégico para el país.




