Año tras año, los ejércitos de Argentina y Brasil se reúnen para avanzar en el ejercicio Arandú, una actividad combinada que busca fortalecer lazos y capacidades conjuntas. En este momento, el encuentro se concentra en el adiestramiento de los estados mayores y puestos comando, a partir de un juego de guerra simulado en el que existe planeamiento y ejecución de las acciones.
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En este momento, efectivos del Ejército Argentino se trasladaron al sur de Brasil, precisamente a Santa María, para participar de la actividad que, si todo sale bien, se realizará en el país vecino en octubre del año próximo.
El dato: desde Brasil, ambos ejércitos apuestan a la simulación como etapa obligada que facilita los niveles de respuesta de manera previa a la salida al terreno.

En el terreno virtual: ¿de qué se trata la etapa actual del ejercicio Arandú?
Entre el 14 y el 19 de septiembre, militares argentinos y brasileños se reúnen en el Centro de Adiestramiento-Sul que el Ejército del país vecino tiene en la localidad de Santa María.
Este centro de entrenamiento es el escenario elegido para que ambas Fuerzas avancen en el desarrollo de la edición 2025 del ejercicio Arandú. Según explicaron desde el Ejército, esta etapa se encuentra en su fase más intensa, con jornadas de trabajo en las que los puestos de comando de ambos países enfrentan situaciones que simulan con gran detalle las complejidades de un conflicto moderno.
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“En los primeros días, la simulación se centró en el despliegue inicial de las fuerzas y la ocupación de posiciones, preparando el terreno virtual para las operaciones combinadas. Se recrearon avances de tropas blindadas y mecanizadas, con ataques coordinados que exigieron un planeamiento detallado y una estrecha integración de inteligencia y logística. Estas maniobras sirvieron para evaluar la capacidad de conducción táctica y la habilidad para sincronizar el empleo de diferentes armas y unidades en un ambiente operacional complejo”, detallaron.

La simulación, un actor clave en la etapa previa de las maniobras militares
Desde la fuerza hacen hincapié en que este momento del Arandú es un trabajo de gabinete que incluye una etapa de planeamiento y otra de simulación de las actividades. El año que viene, en cambio, todo se llevará adelante en el terreno.
Además, según explicaron, a medida que pasan los días, la simulación del Arandú incorpora otras operaciones, como aeromóviles y aerotransportadas, que elevan los niveles de exigencia. Por ejemplo, se planificaron y ejecutaron lanzamientos virtuales de paracaidistas para recrear inserciones profundas en la retaguardia enemiga y asaltos aéreos con medios de aviación de Ejército.
Cabe destacar que las operaciones de este tipo son necesarias para poder adaptar los movimientos a las demandas de los escenarios actuales, donde el resultado de una operación puede ser influido por la rapidez de reacción.

Simultáneamente, ambos ejércitos introdujeron misiones pensadas para las fuerzas de operaciones especiales, como incursiones de reconocimiento y acciones puntuales de alto impacto sobre objetivos críticos. “Estas tareas exigieron máxima coordinación con el resto de la maniobra general, integrando a estas fuerzas dentro del esquema operativo binacional y reflejando la complejidad real de las operaciones modernas”, aclararon los militares argentinos desde Brasil.
Un dato a tener en cuenta: cada fase de la simulación planteada fue pensada para que los estados mayores de ambos ejércitos puedan trabajar sobre la base de una misma estructura y, así, tomar decisiones conjuntas y evaluar las consecuencias de cada una de las acciones. En ese sentido, los especialistas aclararon que el nivel de detalle planteado permite que, por ejemplo, una decisión logística mal calculada afecte el ritmo de las operaciones o que una falla en las comunicaciones complique la sincronización entre blindados, apoyo de fuego, helicópteros y tropas aerotransportadas.

Los próximos pasos del ejercicio Arandú
Esta etapa del ejercicio Arandú no se limita a la simulación: según explicaron desde el Ejército Argentino, es parte de un proceso más amplio que finalizará en el terreno y que, si todo sale bien, también se realizará dentro de Brasil.
Por eso, el encuentro operacional que en este momento mantienen ambos ejércitos sirve para ajustar los planes, mejorar la interoperabilidad y garantizar que, cuando llegue el momento de desplegar, las fuerzas lo hagan con un mutuo conocimiento profundo y procedimientos compartidos.
Además, desde Brasil, los efectivos del Ejército Argentino insistieron en que esta actividad reafirma la importancia de la cooperación militar entre Argentina y Brasil. En ese sentido, señalaron que el trabajo codo a codo fortalece los vínculos de confianza, genera relaciones profesionales y personales entre los integrantes de ambos ejércitos, y prepara a las fuerzas para actuar juntas frente a desafíos comunes en la región.“Cada operación que simulamos aquí es un paso más hacia la construcción de una capacidad combinada sólida. Este ejercicio permite comprendernos mejor y estar listos para actuar como una sola fuerza cuando sea necesario, tanto en la simulación como en el terreno”, reconoció el general de brigada Sergio Jursysyn, comandante de la Fuerza de Despliegue Rápido y codirector del ejercicio, desde Santa María.
El detrás de escena de los ejercicios militares con otros países
Desde Brasil, los militares argentinos argumentan que el trabajo entre dos países -con sus instrumentos militares- busca avanzar en el entendimiento y en la adaptación de los métodos que se toman a la hora de tomar decisiones en una operación, ya sea ante un conflicto o el apoyo a la comunidad en tiempos de emergencia.
Es decir, es importante hacer esas coordinaciones en un trabajo previo para evitar bajas en el campo de combate.