Conย laย proyecciรณn de su soberanรญa sobre el Mar de China Meridional, el gigante asiรกtico busca proteger sus intereses geopolรญticos e imponer, con su poderรญo naval, una polรญtica de hechos consumados. Sin embargo, el primer traspiรฉ jurรญdico en la Corte Internacional de Arbitraje de La Haya ha puesto un lรญmite a las ambiciones de Beijing.
El Mar de China Meridional, que conecta el ocรฉano รndico con el Pacรญfico Occidental, se ha convertido en el รบltimo tiempo en un escenario de tensiones diplomรกticas entre el gobierno de Beijing y algunos de sus vecinos que integran la Asociaciรณn de Naciones del Sudeste Asiรกtico (ASEAN). La importancia geopolรญtica de la zona obedece a que por sus aguas circula alrededor de un tercio del trรกfico marรญtimo comercial del planeta, lo que incluye la mitad de los contenedores, un tercio de la carga de granos y dos tercios de los envรญos de petrรณleo procedentes del estrecho de Ormuz, puerta de salida del golfo Pรฉrsico. Por el estratรฉgico estrecho de Malaca, que comunica el รndico con el Mar de China Meridional, transita el 80 por ciento de las importaciones de crudo chinas.
En mayo de 2009 el gobierno de Beijing presentรณ ante la ONU, por primera vez en forma oficial, un mapa con el trazado de la denominada โlรญnea de los nueve puntosโ, tambiรฉn conocida como โlengua de vacaโ, que englobaba bajo su soberanรญa prรกcticamente la totalidad de las islas ubicadas en el Mar de China Meridional. Ese trazado, cuya primera formulaciรณn data de 1948, incluye las Paracel โocupadas de facto por China en 1974 y reclamadas por Vietnamโ y las Spratly โcuya soberanรญa es reclamada total o parcialmente tambiรฉn por Filipinas, Vietnam, Malasia y Bruneiโ, ademรกs del banco Scarborough โbajo control chino desde 2012 y reclamado por Filipinasโ. Ademรกs de su valor estratรฉgico y de la explotaciรณn de sus recursos pesqueros, esta zona cuenta con unas reservas de petrรณleo estimadas en 12.000 millones de barriles y de gas calculadas en 4.380 billones de metros cรบbicos.
China y la ASEAN: ยฟsocios o rivales?
ยฟCuรกles son los medios con los que cuenta el gigante asiรกtico para hacer valer estos reclamos, dejando de lado sus muy discutibles argumentos de carรกcter histรณrico y jurรญdico? Consultado por DEF, Jorge Malena, director de Estudios sobre China Contemporรกnea en la Facultad de Filosofรญa, Letras y Estudios Orientales de la Universidad del Salvador, seรฑalรณ: โChina se encuentra entre los tres principales socios comerciales, prestamistas e inversores extranjeros en la mayorรญa de los paรญses que son parte de esta controversia, por lo cual la herramienta econรณmica -mรกs allรก de la militar- pasa a ser crucialโ.
Por su parte, segรบn argumentรณ este especialista, los vecinos afectados por las pretensiones territoriales de Beijing estarรญan en condiciones de โapelar no solo a la justicia internacional, sino tambiรฉn a la diplomacia multilateralโ. Al respecto, aรฑadiรณ, podrรญa asumir un rol destacado el Foro Regional de la ASEAN, que reรบne a los once paรญses socios de ese bloque comercial ademรกs de una serie de potencias como EE. UU. y la Uniรณn Europea y aliados como India, Japรณn, Corea del Sur y Canadรก. โSi este considerable nรบmero de Estados actรบa de manera mancomunada, podrรญa ejercer un importante grado de presiรณn sobre Chinaโ, sentenciรณ.
Por lo pronto, en julio del aรฑo pasado los ministros de Relaciones Exteriores de China y los paรญses miembros de la ASEAN firmaron en Vientiรกn (Laos) una declaraciรณn conjunta para la efectiva implementaciรณn de un cรณdigo de conducta โque ya habรญa sido esbozado en 2002โ por el cual las partes se comprometen a garantizar la libre navegaciรณn del Mar de China Meridional y a resolver sus disputas territoriales por vรญas pacรญficas y amistosas, de acuerdo a los principios universalmente reconocidos del derecho internacional y en pleno respeto de la Convenciรณn de Naciones Unidas sobre los Derechos del Mar (Convemar).
El โCaribe chinoโ
Haciendo un paralelismo con la expansiรณn de EE. UU. sobre sus aguas circundantes a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, algunos analistas utilizan la expresiรณn โCaribe chinoโ para referirse a la transformaciรณn de China en el poder dominante en su vecindario. Aun con las diferencias que existen entre la situaciรณn de inestabilidad y volatilidad que caracterizaba a los estados caribeรฑos y las dificultades que hoy enfrenta Beijing para imponerse como potencia regional, el acadรฉmico estadounidense Robert Kaplan observa que el valor geogrรกfico de ambos mares es anรกlogo: tanto el Caribe como el Mar de China Meridional se caracterizan por su lejanรญa respecto de las grandes potencias de la รฉpoca y por el hecho de ser considerados por Washington y Beijing, respectivamente, como la extensiรณn de su territorio continental y la proyecciรณn de su poderรญo en su zona de influencia.
โEl Mar de China Meridional es vital para el proyecto de Beijing como potencia regionalโ, explicรณ a DEF el politรณlogo Juan Manuel Pippia, experto en relaciones internacionales, docente de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) y miembro fundador del portal Innovaes. Al analizar el sendero que podrรญa seguir el gigante asiรกtico en la construcciรณn de su hegemonรญa en aguas circundantes, considerรณ que estamos frente a un โescenario plagado de complicacionesโ, ya que si bien EE. UU. sigue contando con la supremacรญa naval y nuclear, a Washington le serรญa muy difรญcil imponerse por una cuestiรณn estrictamente geogrรกfica.
โChina tiene a su favor la distancia, los misiles de corto alcance y un comienzo de militarizaciรณn de la zona, lo que podrรญa estar llevando la situaciรณn a un punto de no retornoโ, manifestรณ Pippia, al tiempo que definiรณ la estrategia de Beijing y su apego a la famosa lรญnea de los nueve puntos como โuna cuestiรณn de pura realpolitikโ. Se trata, en definitiva, de forzar a sus vecinos y al resto de los paรญses involucrados a aceptar una polรญtica de hechos consumados que no tendrรญa vuelta atrรกs y dejarรญa al gigante asiรกtico como actor dominante en la regiรณn.
El creciente poderรญo naval
En este marco cobra gran relevancia la construcciรณn de una Armada moderna, capaz de proyectar su poder mรกs allรก de sus mares circundantes. Aunque los intereses vitales de China parecen estar limitados por el momento a sus aguas mรกs cercanas, el Libro Blanco de la Defensa, publicado en 2015, instaba a la Armada del Ejรฉrcito Popular de Liberaciรณn a modificar gradualmente su estrategia, para incorporar a la โdefensa de las aguas costerasโ la โprotecciรณn en mar abiertoโ, dotรกndose de una โestructura de combate naval combinada, eficiente y multifuncionalโ y potenciando โsus capacidades de disuasiรณn y contraataque estratรฉgicosโ.
La meta hacia la que transita China es lo que en la jerga de los expertos se conoce como โMarina de aguas azulesโ. ยฟQuรฉ significa? โUna Marina con capacidad interoceรกnica, para lo cual necesita contar, entre otras cosas, con portaaviones y el grupo de navรญos que los escolten y estรฉn en condiciones de prestarles servicios logรญsticosโ, ilustrรณ Pippia, quien recordรณ que hoy Beijing cuenta conย dosย portaaviones:ย el Liaoning,ย que entrรณ en servicio en 2012 a partir de la remodelaciรณn del antiguo buque ucranio Varyag; y elย Shandong, que fue totalmente fabricado en el paรญs y acaba de ser botado, pero aรบn no se encuentra operativo.ย Tal como detallรณ este analista, otro factor clave en la estrategia china de โnegaciรณn de aguasโ o โanti-accesoโ son los submarinos: hoy el paรญs cuenta con 60 y dispondrรก en breve de 75, lo que dificultarรญa enormemente cualquier margen de maniobra estadounidense y le permitirรญa Beijing proyectar su influencia sobre la primera cadena de islas, que incluye tambiรฉn las Senkaku/Diaoyu -cuya soberanรญa es disputada por Japรณn- en el Mar de China Oriental.ย
Traspiรฉ jurรญdico en La Haya
Una serie de incidentes ocurridos con fuerzas navales y pescadores en la zona del banco Scarborough, que derivaron en el control de ese accidente geogrรกfico por parte de China en mayo de 2012, llevaron a Filipinas โentonces bajo el gobierno de Benigno Noynoy Aquinoโ a presentar el caso antela Corte Permanente de Arbitraje Internacional de La Haya, que emitiรณ en julio de 2016 un laudo favorable al gobierno de Manila. Tal como nos detallรณ Jorge Malena, los principales argumentos del tribunal establecieron que no existรญa fundamento para sustentar la reclamaciรณn de Beijing respecto de sus โderechos histรณricos sobre los recursos de las รกreas marรญtimas delimitadas por la lรญnea de los nueve puntosโ.
En referencia a los reclamos sobre el archipiรฉlago de las Spratly, el tribunal considerรณ que ninguna de ellas es desde el punto de vista jurรญdico una isla, ya que โno puede soportar una comunidad humana estable o vida econรณmica independienteโ. Por lo tanto, en los tรฉrminos de la Convemar, no pueden formar parte de ningรบn reclamo de zona econรณmica exclusiva (ZEE) o plataforma continental. Finalmente, en lo que ha significado -segรบn Malena- โun impacto muy duro para los intereses de China tanto en el orden jurรญdico como polรญtico internacionalโ, la Corte determinรณ que Beijing โviolรณ los derechos soberanos de Filipinas con sus acciones en la zona, ha perjudicado seriamente el medio el medio ambiente, ha entorpecido los derechos de sus pescadores, ha afectado la explotaciรณn petrolรญfera y ha enconado el conflicto bilateralโ.
Las autoridades de Beijing no aceptaron el fallo. La Cancillerรญa definiรณ el inicio unilateral del proceso de arbitraje por parte del gobierno filipino como โun acto de mala feโ por no haber agotado la vรญa de las negociaciones bilaterales, al tiempo que acusรณ a Manila de haber distorsionado y tergiversado deliberadamente la realidad. Finalmente, consideraron el laudo arbitral como โnulo, sin fuerza vinculante y carente de efectos sobre su soberanรญa respecto de las islas del Mar de China Meridional, asรญ como sus derechos e intereses en dicho marโ. En el รญnterin, la llegada al poder de Rodrigo Duterte en Filipinas y el anuncio del abandono por parte de Manila de la tutela econรณmica y militar de EE. UU. parecen haber abierto un capรญtulo completamente nuevo en la polรญtica exterior del paรญs. Por lo pronto, en una declaraciรณn conjunta firmada con su contraparte china en octubre del aรฑo pasado, se mencionรณ โla importancia del mantenimiento y la promociรณn de la paz y la estabilidad, asรญ como la libertad de navegaciรณn en el Mar de China Meridionalโ, y se especificรณ que las disputas territoriales entre ambos se resolverรญan mediante โconsultas y negociaciones amistosas en el marco del derecho internacionalโ.
El dilema estadounidense
Una gran incรณgnita en estos primeros meses de gestiรณn de Donald Trump es quรฉ actitud tomarรก el gobierno de EE. UU., teniendo en cuenta la pirotecnia verbal del nuevo inquilino de la Casa Blanca durante la campaรฑa y sus reproches al gobierno de Barack Obama por haber tolerado las amenazas e intimidaciones de Beijing en el Mar de China Meridional. En este sentido, Jorge Malena considerรณ que โTrump ha evidenciado su apoyo tanto a los aliados histรณricos de EE. UU. en la regiรณn (Japรณn, Corea del Sur, Taiwรกn, Filipinas, Tailandia, Singapur y Australia), como asรญ tambiรฉn a Vietnam, un actor cada vez mรกs cercano a Washingtonโ. Y agregรณ: โEllo guarda relaciรณn con la creciente preocupaciรณn que tuvieron las cuatro รบltimas administraciones estadounidenses por el protagonismo regional chino, apoyado no solo en los รกmbitos polรญtico y econรณmico, sino tambiรฉn en el militarโ.
Sin embargo, asegurรณ Juan Pippia, โel hundimiento por parte de la administraciรณn Trump del Tratado Transpacรญfico (TPP) โque buscaba enlazar mรกs estrechamente la economรญa estadounidense con socios en la zona, como Brunei, Malasia, Singapur y Vietnamโ ha sido una buena noticia para China, ya que le quita un motivo para mantener su presencia militar en la zona y demuestra un menor interรฉs de Washington por conservar su actual influencia en Asia-Pacรญficoโ. Aun cuando no queda del todo clara la postura de la Casa Blanca, tal vez EE. UU. ya no estรฉ dispuesto a hacer ulteriores esfuerzos para proveer a la defensa de sus aliados en la regiรณn.
En un artรญculo publicado en septiembre pasado, Hugh White, profesor del Centro de Estudios Estratรฉgicos y de la Defensa de la Universidad Nacional de Australia, consideraba riesgosa la ambigรผedad demostrada por EE. UU. en los รบltimos aรฑos. Y en caso de nuevas provocaciones por parte de China โcomo, por caso, la construcciรณn de una base en el banco Scarboroughโ, reclamaba como respuesta la aplicaciรณn de sanciones econรณmicas y diplomรกticas contra Beijing. โLo que estรก en riesgo โconcluรญa el autorโ es la credibilidad de EE. UU. y el futuro de su liderazgo en Asiaโ.
Mรกs contemporizador, en su libro Asiaโs Cauldron [โLa caldera asiรกticaโ], Robert Kaplan advierte que el objetivo de Washington en esta parte del planeta โdeberรญa ser el equilibrio, no la dominaciรณnโ, pues, desde su punto de vista, โel equilibrio de poder es en sรญ mismo la mejor salvaguardia de la libertadโ. Esa es la lecciรณn que, segรบn este acadรฉmico, nos deberรญa dejar el Mar de China Meridional en โun mundo nervioso, repleto de buques de guerra y barcos petroleros, lleno de incesantes juegos de guerra, que no necesariamente deberรญan acabar en un combate real”.