Alrededor de 10 días atrás, efectivos y medios (terrestres, navales y aéreos) fueron convocados por el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas. ¿El objetivo? Desplegarse en la zona de Puerto Belgrano (a pocos kilómetros de Bahía Blanca) para ser parte de un ejercicio militar de gran dimensión que, además, fue planteado en el marco de las operaciones multidominio.
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El dato: la operación, denominada “Aonikenk”, fue parte de un ejercicio de comprobación de planes del Estado Mayor Conjunto. Es decir, con esta maniobra, las autoridades militares pudieron evaluar la efectividad de aquellas metas y movimientos planteados de antemano.

El despliegue fue impactante. Y, de hecho, desde Puerto Belgrano, muchos militares (con varios años de carrera) confesaron que nunca habían visto una actividad de las proporciones planteadas en esta oportunidad.
Para el espectador ajeno al ámbito castrense se trató de una acción similar a un escenario bélico como solo se ve en las películas. Desembarcos, tropas de infantería camino hacia el choque con el adversario, ataques aéreos y navales, y paracaidistas dispuestos a darlo todo para alcanzar el éxito de las misiones impuestas. Sin embargo, detrás de los rostros enmascarados, hay emoción: el orgullo de poder ponerse a prueba, el deseo de pertenecer a las Fuerzas Armadas y la vocación de defender a la patria.

Tanques, aviones, helicópteros y tropas especiales en un mismo lugar
Para el “Aonikenk”, el Ejército Argentino trasladó a sus tropas de Fuerzas Especiales, paracaidistas, helicópteros, tanques, artillería y tecnología aplicada a la ciberdefensa, entre otros medios.
La Armada puso a disposición a miles de hombres y mujeres, vehículos anfibios, lanchas, buques (entre ellos destructores), y aeronaves como los Turbo Mentor y el P-3 Orión.

Y, la Fuerza Aérea, a sus helicópteros; aviones IA-63 Pampa III y otros de transporte, como el emblemático Hércules C-130 y el Boeing 737; radares; tropas de inteligencia y Fuerzas Especiales.
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La misión requirió de cada pieza aportada por las distintas Fuerzas Armadas, siempre bajo la órbita del Comando Operacional del Estado Mayor Conjunto.

¿El objetivo final? Enfrentar a un enemigo ficticio en el marco de una operación multidominio. En ese sentido, desde el terreno, los uniformados hicieron hincapié en la evolución de las tácticas y estrategias aplicadas en un campo de batalla y fueron contundentes: “Ya se está usando Inteligencia Artificial”.
Desde la Base Aeronaval “Comandante Espora”, DEF tuvo un mano a mano con el brigadier general Xavier Isaac, máxima autoridad de las Fuerzas Armadas, quien reflexionó sobre esta actividad.

El Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea codo a codo en Puerto Belgrano
-¿Hay precedentes de este despliegue?
–Este ejercicio es el resultado de una planificación bastante compleja que hizo el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas (EMCO) a través del Comando Operacional.
Lo más significativo es la cantidad de medios que hemos desplegado. Vimos tan solo una parte porque en realidad el ejercicio viene, en continuado, desde hace varios días.
Movilizamos 5.000 personas; más tanques, vehículos blindados; buques de guerra y logísticos; helicópteros de la Armada, del Ejército y de la Fuerza Aérea; y aviones de combate. Se tiró con aviones Pampa, se instalaron Puestos Comandos, de Observación y, detrás de todo ello, la logística necesaria.

-¿Por qué pone el foco en la logística?
–Porque movimos personal desde otros puntos del país, incluso desde Salta, con medios de la Fuerza Aérea, trenes y colectivos.
Por ejemplo, el Puesto Comando instalado estuvo conformado por 150 efectivos, algo impensado. Pero esa es la forma en la que nos adiestramos hoy considerando el escenario multidominio, que requiere de guerra electrónica y control del espacio aéreo y terrestre.
Por la complejidad, este ejercicio no tiene precedentes.

“Rescato el profesionalismo del personal, el sacrificio y el despliegue logístico”
-Tras el ejercicio, ¿considera que las Fuerzas Armadas están a la altura?
–Rescato el profesionalismo del personal, el sacrificio que hicieron y el despliegue logístico. Principalmente, la coordinación.
Por ejemplo, el tiro de artillería se debió cortar para que entre la aviación de combate y, además, el fuego naval. Fue coordinación de fuego real.
Todo implicó un grado de coordinación sin precedentes y que muestra que con las tres FF.AA. estamos en buen camino y cómo podemos trabajar juntas.

-En el terreno se vio un importante despliegue de tecnología…
–Concretamos un montón de actividades que apuestan a diferentes capacidades que estamos incorporando. Los drones han trabajado poco porque estamos en proceso de conseguir más.
Hubo guerra electrónica y cibernética. Hemos hecho nuestras células con la aplicación de ese campo de batalla. Todavía nos falta. No estamos en lo óptimo. Pero vamos por buen camino.
-¿Cómo lo vive el EMCO?
–Estas actividades nos llenan de orgullo y nos generan compromiso con la patria, con las instituciones y con el personal, quienes se sienten valorados porque entraron a las FF.AA. por vocación y quieren realizarse profesionalmente.
Y para eso, nosotros que estamos en la conducción, tenemos que darles los medios y forma para que lo puedan ejecutar.

-¿Qué siente, personalmente, al ser parte de este despliegue?
–Siempre aposté a nuestra gente, desde que estaba en la Fuerza Aérea. Los efectivos están, a pesar de las carencias y la falta de inversión que sufrieron en las últimas décadas.
Uno los apoya y los incentiva, y eso se refleja en el trabajo y en las cosas que hacen. Eso me llena de satisfacción. Siempre les digo a los más jóvenes que esta es una vocación a la que hay que apostar para toda la vida, porque trae sus buenos réditos y paga de esta manera.