El 7 de marzo por la madrugada comenzó a llover en Bahía Blanca. Ya, cerca de las 7 de la mañana, la situación terminó de encender todas las alarmas.
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En pocas horas el agua cubrió viviendas, automóviles y arrasó con todo lo que se encontraba en su camino hacia el mar. Cuando se detuvo, el panorama fue desolador: hubo lugares en los que, donde antes existía una calle, ese corredor ya no estaba. Fueron miles los ciudadanos los que lo perdieron todo.

En ese contexto, los puentes que antes unían la ciudad estaban destruidos. En pocas horas, desde el Comando Conjunto de Zona de Emergencia (una organización creada para estas circunstancias y en la que, a partir de los escenarios, se determinan las acciones a seguir por parte de las FF.AA.) se le ordenó al Ejército Argentino que cumpla con una misión clave: restablecer la comunicación de las comunidades a ambos lados del canal Maldonado.
El dato: a cargo del Comando Conjunto de Zona de Emergencia en Bahía Blanca se designó al general Jorge Luis Díaz, quien también se desempeña como comandante de la IIIra División de Ejército.



En cuanto a la orden mencionada, primero fue el turno de la Compañía de Ingenieros Mecanizada 10, dependiente de la Brigada a cargo del coronel mayor Martín Baroni. Esos zapadores -como se denomina a los integrantes del Arma de Ingenieros del Ejército– trabajaron sin parar para construir un puente Mabey Compact, uno de los más modernos que tiene la Fuerza.
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Según contaron: lo hicieron durante toda la noche y, durante ese trabajo, siguieron los pasos y tiempos establecidos para el armado de esta estructura en una situación de combate.
Sin embargo, el flujo de personas y vehículos requirió un nuevo apoyo. Esta vez, fue el turno del Escuadrón de Ingenieros Blindado 1, ubicado en Olavarría. Sus efectivos recorrieron casi 300 kilómetros, junto a varias toneladas de material de puente, para colaborar con Bahía Blanca. DEF fue testigo del esfuerzo que demandó la instalación de la nueva estructura.

Mayor Flores Castañeda: “El puente va a tener una capacidad portante de 50 toneladas”
Un equipo de DEF viajó a la zona de desastre y pudo ser testigo como el sábado 15 de marzo los ingenieros llevaron a cabo las tareas que tenían designadas. En este marco, este medio dialogó con el mayor José Alberto Flores Castañeda, jefe del Escuadrón de Ingenieros Blindado 1, responsable del armado del segundo puente que se instaló sobre la calle Santa Cruz para unir a los barrios de ambos lados del canal Maldonado.
En palabras del oficial, el Escuadrón trasladó a casi la totalidad de su personal para poder trabajar en Bahía Blanca: “Estamos trabajando en la construcción de un puente Mabey reforzado que va a tener una capacidad portante de 50 toneladas”.

Según contó, el material con que trabajan puede ser empleado tanto en operaciones en el campo de combate como en las de protección civil.
Un detalle: gran parte de los soldados que participaron en el armado del puente que unió la ciudad fueron recientemente incorporados al Ejército. Es decir, para ellos no solamente fue una tarea que, por ser en apoyo a la comunidad, les reveló la razón de ser de la Fuerza en situaciones de desastre natural; sino que, como suele suceder en estas situaciones, el agradecimiento y los aplausos de los bahienses alimentaron la vocación.
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Preparados para ayudar a Bahía Blanca desde el minuto uno
Según contaron los miembros del Ejército desde Bahía Blanca, apenas llegaron las primeras noticias de lo que estaba sucediendo, absolutamente todos los elementos que tiene la fuerza en el sur de la provincia de Buenos Aires y en La Pampa se prepararon para dar los apoyos que sean necesarios.

Ese mismo día, cerca de las 6 de la mañana, llegaron las primeras órdenes. Y, con el suceder de los eventos devastadores, éstas fueron cada vez mayores.
En Olavarría el mayor Flores Castañeda permaneció atento. Finalmente, se le pidió que despliegue sus camiones hacia La Pampa y, de esa manera, colaborar con el armado del puente de la Compañía de Ingenieros Mecanizada 10.
Luego, el miércoles 12 de marzo debieron preparar a casi la totalidad del personal y medios. “Fuimos alistados para concurrir a Bahía Blanca. El jueves movimos a un primer escalón y el viernes se trasladó al grueso del personal. Los trabajos de armado del puente comenzaron apenas llegamos a la ciudad de Bahía Blanca”, contó José a DEF, quien no dudó en reconocer que el Arma de Ingenieros, a la que pertenecen los responsables del armado del puente, se caracteriza por un espíritu de cuerpo particular: “Eso elevó sensiblemente por las ganas que tenemos de brindar este tipo de apoyos, sobre todo por las imágenes de la inundación y de los damnificados que transmitieron los medios de comunicación. Mi personal viene con un espíritu bastante elevado y eso se refleja en la construcción del puente”.

El armado del puente de Bahía Blanca: un trabajo arriesgado con extremas medidas de seguridad
Sobre las características del armado de un puente, el oficial del Ejército fue contundente: “Desde el minuto uno seguimos las medidas de seguridad. Este tipo de tareas son sumamente riesgosas, porque se maneja material que es muy pesado y hay que saber cómo tratarlo para cumplir con la misión”.
Además, el mayor Flores Castañeda contó que lo primero que evalúan para armar un puente es el lugar. Tienen que tener conocimiento de las distancias y del tipo de obstáculo, en este caso, el canal Maldonado.

“Hicimos los cálculos para traer el material necesario a Bahía Blanca y poder realizar la construcción del puente. A diferencia de aquel que se construyó inicialmente, este requirió un esfuerzo extra por los trabajos de nivelación en las orillas que se debieron llevar adelante de manera previa”, detalló.
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¿Por qué Flores Castañeda puso el foco en la etapa previa del armado?, básicamente porque primero se debieron enfocar los esfuerzos en trabajos de tierra. “El material que empleamos sí o sí requiere que ambas orillas estén correctamente niveladas”, dijo.


Llegar a segunda orilla: la finalidad de los ingenieros del Ejército
Mientras DEF presenció el armado del puente, una escena se repitió de manera constante: tras el armado de los distintos fragmentos del puente, se convocaba a todo el personal para empujar el material hacia el otro lado del canal Maldonado.
Resulta que los puentes del Ejército se trabajan desde una orilla y se lanza hacia una segunda. A medida que se lo arma, y por medio de un sistema de rodillos, se lo impulsa hacia el otro lado. Una vez que llega del otro lado del curso de agua, el puente se asienta.


Finalmente, el paso de los militares que participaron de ese trabajo sobre el puente corona su armado.
Según contaron desde Bahía Blanca hay 45 toneladas de material involucradas en el puente, una cifra que revela la cantidad de peso que debieron soportar los hombros de los hombres y mujeres zapadores. ¿Qué les decís a todos los efectivos que tenés a cargo que dijeron presente en esta misión?, “Los voy a felicitar. Como decimos los militares, sentimos la satisfacción de haber cumplido con la tarea. También voy a destacar el espíritu que tuvieron. Como jefe del Escuadrón de Ingenieros Blindado 1 estoy satisfecho por el profesionalismo que veo en cada uno de los soldados, suboficiales y oficiales. Ellos no solamente cumplieron con las medidas de seguridad en todo momento, sino con las órdenes que se les impartieron”, respondió Flores Castañeda mientras concluían las tareas.