Con una historia de más de dos siglos rica en logros para consolidar la soberanía del territorio, espacios e intereses marítimos argentinos, la Armada Argentina atraviesa uno de sus momentos más críticos de su existencia por falta de medios y presupuesto operativo.
En el hecho histórico que se considera como puntapié inicial para la Armada Argentina, el 17 de mayo de 1814, la incipiente Escuadra Nacional al mando del Almirante Guillermo Brown lograba -a base de ingenio, liderazgo y coraje- vencer a la flota realista en el Combate Naval de Montevideo, dando fin a casi tres siglos de dominación española en el Río de la Plata y consolidando el camino que derivaría en la independencia de América del Sur.
En aquella época -al igual que hoy- la Armada de la República Argentina (ARA) tenía pocos barcos y limitada capacidad de combate, compensando las falencias materiales con la valía de sus hombres, que tenían amor por la patria y daban lo mejor de sí cada día.

210 años de historia: cuál es la misión de la Armada Argentina
Desde su nacimiento formal hasta nuestros días han pasado muchos años, en los cuales la Armada Argentina ha sufrido los altibajos propios de nuestro país, pero siempre con un norte claro: proteger la soberanía y los intereses marítimos argentinos en toda la extensión del Mar Argentino, los grandes ríos de la Hidrovía, los canales australes, la Antártida y en cualquier rincón del mundo donde nuestro país así lo requiera.

Para eso, cuenta con cuatro componentes que forman el Poder Naval Integral, a saber:
- Comando de la Flota de Mar (COFM)
- Comando de la Fuerza de Submarinos (COFS)
- Comando de la Infantería de Marina (COIM)
- Comando de la Aviación Naval (COAN)
Además, la Armada cumple misiones secundarias como apoyo a la comunidad en casos de desastres naturales; sostén logístico a las bases antárticas, patrullas para prevenir la pesca ilegal; misiones de paz y/o coaliciones multinacionales bajo mandato de organismos internacionales; operaciones de búsqueda y salvamento (SAR) en el área de casi 15 millones de kilómetros cuadrados que le corresponde a nuestro país, etc.

La destacada labor de la Armada Argentina en Malvinas
Volviendo a la misión primaria de la Armada Argentina, que consiste en alistar, adiestrar y sostener el personal y medios del Poder Naval para garantizar su empleo disuasivo y/o efectivo en el marco del Accionar Militar Conjunto (AMC), tal como lo hizo aquel histórico 2 de abril de 1982 durante la ejecución de la Operación Rosario, que permitió recuperar el pleno ejercicio de nuestra soberanía sobre nuestras Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur.
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Son claros ejemplos de actos heroicos por parte de la ARA la muerte del Capitán de Corbeta de Infantería de Marina Pedro Edgardo Giachino en la madrugada del 2 de abril mientras lideraba la toma de la casa de la Gobernación en Puerto Argentino; la pérdida del Crucero ARA “General Belgrano” y sus heroicos 323 tripulantes torpedeado fuera de la zona de exclusión fijada por los propios ingleses y la muerte del comandante del Aviso ARA “Alférez Sobral”, Capitán de Corbeta Sergio Raúl Gómez Roca y de otros tripulantes, mientras se dirigían a rescatar pilotos de la Fuerza Aérea Argentina (FAA) cuyo avión Canberra había sido derribado, entre otros.

También cabe destacar los cruentos combates del Batallón de Infantería de Marina 5 (BIM 5) y su repliegue desfilando tras enfrentarse con los ingleses; los ataques del Submarino ARA “San Luis” y de los valientes Aviadores Navales a los modernísimos buques de la Royal Navy; entre otros; son solo algunos ejemplos de la cuota de sacrificio y heroísmo que la Armada Argentina puso de manifiesto durante la Guerra de Malvinas, cuando enfrentó a la Task Force del Reino Unido, por entonces la tercera potencia militar del mundo.
Día de la Armada Argentina: el presente de la fuerza
Tras casi 40 años de constante pérdida de capacidades militares por falta de responsabilidad y visión estratégica de la dirigencia política, que impidió hacer la necesaria inversión en la incorporación y modernización de medios, así como mantener un nivel de instrucción y adiestramiento mínimo.

Hoy la Armada Argentina se encuentra en uno de sus momentos más críticos de su historia desde el punto de vista operativo y estratégico, sin capacidad de cumplir cabalmente las misiones primaria y secundarias que la Constitución Nacional, y demás leyes/acuerdos internacionales, le demandan.
Una por una, las capacidades y medios que perdió la Armada
- Carencia de portaaviones desde que se dejó fuera de servicio al ARA “25 de Mayo” en 1989, limitando significativamente la capacidad defensiva y ofensiva de la Flota de Mar, además de reducir la capacidad de proyección/disuasión del poder naval, etc.

- Inexistencia desde hace más de dos décadas de buques de defensa antiaérea, ya que se desprogramó/reconvirtió los destructores Tipo 42.
- Obsolescencia sistémica de los cuatro destructores MEKO-360 y las seis corbetas MEKO-140 por no haber modernizado sus sensores, sistemas de comando y control, ni armamento (misiles antibuque Exocet MM-38 y MM-70 y antiaéreos Aspide vencidos).
- Inexistencia desde hace más de 30 años de buques específicos de asalto anfibio.
- La Armada no cuenta con buques de guerra de minas.
- Reducción de la capacidad de transporte naval y apoyo logístico antártico por el hundimiento del buque polar ARA “Bahía Paraíso” y la desprogramación del buque tanque ARA “Ingeniero Julio Krause”.
- La Armada Argentina no cuenta con ningún submarino operativo desde la trágica implosión en 2017 del submarino ARA “San Juan”, que provocó la muerte de sus 44 tripulantes.

- Pérdida de la capacidad de entrenamiento avanzado y ataque ligero tras haberse desprogramado los jets Aermacchi MB-326/339.
- Carencia de capacidades de caza y ataque -embarcada y desde bases en tierra- por no tener operativos los cazabombarderos Super Etendard y Super Etendard Modernise.
- Inexistencia de aviones de patrulla marítima y guerra antisubmarina por no tener en servicio ninguno de los P-3B Orion ni S-2T Turbo Tracker en dotación, ni haber recibido alguno de los cuatro P-3C/N adquiridos a Noruega a fines del año 2023.

- La Armada no cuenta con aeronaves para lanzar carga y personal en paracaídas.
- Inexistencia de aviones de transporte de personal y carga desde la baja de los aviones L-188 “Electra” y “Fokker” F-28, siendo desactivadas la Primera y Segunda Escuadrilla Aeronaval de Sostén Logístico Móvil, respectivamente.
- Pérdida de las capacidades de Inteligencia y Guerra Electrónica aerotransportada desde la baja en 2002 del sistema L-188 “Wave”.
- Formación y entrenamiento básico de aviadores navales muy limitadas por la obsolescencia de los aviones T-34C “Turbo Mentor” con casi medio siglo en servicio.
- Control de la pesca y el tráfico marítimo limitadísimo por disponer de solo 1 a 2 aviones B-200 en servicio, sin autonomía ni la tecnología de sensores adecuada.

- Escasa cantidad de helicópteros en servicio (varía de 3 a 4 entre “Sea King” y “Fennec” en los últimos 20 años) que limita en extremo la capacidad de vigilancia, defensa y ataque a buques y submarinos, además de limitar las capacidades de helitransporte de infantes de marina, apoyo logístico antártico, búsqueda y rescate en el mar, etc.
- Control y patrullaje de costas, ríos y canales muy limitado debido a la escasa cantidad de lanchas y botes rígidos/semirrígidos de los Batallones de Infantería de Marina (BIM).
- Reducción de las plantillas de armamento (personal y medios) de los BIM y achique en 2023 de la Fuerza de Infantería de Marina de la Flota de Mar (FAIF) a Brigada Anfibia de Infantería de Marina (BRIM).
- Reducción de la movilidad buque-costa por la baja y menor disponibilidad de Vehículos Anfibios a Orugas (VAO) LVTP-7A1; Vehículos Anfibios a Ruedas (VAR) “Panhard” 4×4 y de Embarcaciones de Desembarco de Personal y Vehículos (EDPV).
- Limitada capacidad de movilidad terrestre por escaso número de vehículos 4×4 y 6×6.
- Reducción significativa de las capacidades de defensa antiaérea, apoyo de fuego y defensa de costas por escaso número y/o ausencia de cañones automáticos y sistemas de misiles antiaéreos y antibuque de corto, medio y largo alcance.

- Capacidad antitanque limitada a una insuficiente cantidad de sistemas AT-4 y Carl Gustav, carencia de misiles tipo Spike para uso multiplataforma (trípode, vehículos, helicópteros, lanchas rápidas) contra vehículos y embarcaciones ligeras.
- Inexistencia de sistemas aéreos no tripulados de ala fija y rotativa para ampliar la vigilancia, control y ataque contra amenazas desde bases en tierra y buques en el mar.
- La ARA no cuenta con sistemas no tripulados aéreos, de superficie ni submarinos.
- Escasa cantidad de gafas y miras de visión nocturna.
- Mínima dotación de morteros, lanzagranadas, ametralladoras y fusiles de francotirador.
- Pistolas, fusiles y ametralladoras con más de 50 años en uso que requieren reemplazo ya.

En una próxima nota, y a propósito de los 210 años de la ARA, se abordarán los posibles caminos que podrían tener en cuenta las autoridades tanto del Ministerio de Defensa, como así también del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, el Estado Mayor General de la Armada Argentina y los expertos que asesoran a aquellos que toman las decisiones a corto, mediano y largo plazo del ámbito castrense.
Mientras tanto, vaya el homenaje para todos los efectivos de la Armada Argentina que hacen posible que la Fuerza se mantenga operativa, a pesar de las circunstancias. ¡Feliz día de la Armada!
* El autor es master de la EOI de España y magíster del ITBA en Dirección Estratégica y Tecnológica, se desempeña como Consultor de Empresas y Gobiernos y es Director en Argentina de la Corporación Científica del Sector Aeroespacial de Colombia.