Estados Unidos y China se reunieron para definir el futuro de TikTok en el país americano. Todo el conflicto comienza con la presión de Washington, que desde hace tiempo exige que ByteDance, empresa china propietaria de la aplicación, se desprenda de su control sobre TikTok en territorio estadounidense por motivos de seguridad nacional. Este acuerdo podría cambiarlo todo.
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Tiktok en Estados Unidos: los detalles de la reunión con China
El temor central del gobierno de Estados Unidos es que Pekín acceda a los datos de millones de usuarios norteamericanoso que el algoritmo de la aplicación sea utilizado con fines de influencia política. Para respaldar esta exigencia, en 2024 se aprobó la ley Protecting Americans from Foreign Adversary Controlled Applications Act (Ley de Protección de los Estadounidenses contra Aplicaciones Controladas por Adversarios Extranjeros), que fijaba un plazo límite para que ByteDance cediera el control de la aplicación en Estados Unidos o se enfrentará a un bloqueo total.
Ese plazo fue extendido en varias ocasiones, pero el 17 de septiembre es la nueva fecha límite para que las partes decidan qué harán,, y día a día crecen las expectativas.

En este contexto, delegaciones de ambos países se encontraron en Madrid. Los representantes de EE.UU. estuvieron encabezados por el Secretario del Tesoro, Scott Bessent, y el Representante Comercial de los EE.UU., Jamieson Greer.
Del lado chino participaron el Viceprimer Ministro He Lifeng y el principal negociador comercial chino, Li Chenggang.
Allí, la parte estadounidense puso sobre la mesa una advertencia clara: si no se lograba un acuerdo sobre la venta de TikTok o sobre un cambio en su control, la aplicación quedaría prohibida en territorio norteamericano.
China, por su parte, buscó utilizar esta negociación como un espacio más amplio de intercambio, planteando demandas que excedían el caso puntual de la aplicación. Entre ellas se mencionaron concesiones comerciales, revisión de aranceles y flexibilización de ciertas restricciones tecnológicas.
La discusión no se limitó, sin embargo, al caso TikTok, sino que también incluyó temas más amplios de la agenda bilateral, como la cooperación en la lucha contra el tráfico de drogas sintéticas, la regulación de transferencias financieras y el combate al lavado de dinero.
Tiktok en Estados Unidos: qué se puede esperar tras la reunión
De esas conversaciones surgió un acuerdo marco que, aunque todavía no se tradujo en un texto definitivo, sienta las bases para una salida negociada. El elemento central de ese entendimiento es que TikTok deberá pasar a estar bajo control estadounidense, lo que implica que la propiedad y la gestión vinculadas a su operación en ese país ya no podrán responder a intereses extranjeros considerados adversarios.
A partir de algunas respuestas de Donald Trump a la prensa, las condiciones comerciales ya fueron discutidas y aceptadas por las partes privadas involucradas, aunque todavía no fueron divulgadas públicamente.

Esto incluye quién comprará la participación de ByteDance, cuánto se pagará y cómo se estructurará el traspaso. Lo que sí quedó claro es que Estados Unidos logró imponer la exigencia de que el manejo de la aplicación quede en manos estadounidenses, mientras que China, pese a su resistencia inicial, aceptó negociar en esos términos.
El acuerdo también abre la puerta a una extensión del plazo legal, lo que permitiría cerrar el proceso sin que la aplicación sea prohibida de inmediato.
Hay, sin embargo, aspectos que permanecen en la incertidumbre. No se conocen aún los detalles sobre cómo se protegerán los datos de los usuarios, si el algoritmo quedará sujeto a auditorías o si se creará una versión diferenciada de TikTok para Estados Unidos.
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Se especula con que podrían lograrse concesiones en materia arancelaria o un alivio en las restricciones que pesan sobre el acceso a ciertas tecnologías estratégicas, aunque no hay confirmación oficial. Lo que sí parece evidente es que Pekín buscó aprovechar la presión estadounidense sobre TikTok para arrancar beneficios más amplios en la relación económica bilateral.




