SpaceX llevó adelante un nuevo lanzamiento exitoso de satélites Starlink, esta vez desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg en California. La misión, denominada Starlink 9-13, utilizó un cohete Falcon 9, marcando el vuelo número 400 de esta familia de cohetes.
Este lanzamiento incorporó otros 23 satélites a la constelación de Starlink, diseñada para proporcionar Internet de alta velocidad y baja latencia en regiones de difícil acceso, especialmente en barcos o cruceros que atraviesan el océano. Pero, qué novedades trae y por qué es tan revolucionario en el área espacial.
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El cronograma de lanzamientos de Starlink junto a SpaceX
Hasta la fecha, SpaceX ha lanzado más de 7.400 satélites Starlink, de los cuales cerca de 6.700 están operativos. Este ritmo acelerado respalda la misión de SpaceX de ofrecer cobertura global y apoyar iniciativas como “Direct to Cell”, que busca llevar conectividad celular directamente desde el espacio.
Estos lanzamientos son parte de un ambicioso cronograma que mantiene a SpaceX a la vanguardia de la industria espacial, destacando su capacidad de ejecutar múltiples misiones en períodos cortos y adaptarse a retos técnicos y climáticos.
Para ello, los satélites Starlink operan a una altitud de aproximadamente 550 km, mucho más cerca de la Tierra que los satélites tradicionales de telecomunicaciones, que suelen ubicarse en órbitas geoestacionarias (a unos 36.000 km). Esto reduce significativamente la latencia en las comunicaciones.

Las funcionalidades de los satélites de Elon Musk
Gracias a su órbita baja, Starlink ofrece una latencia de aproximadamente 20-40 ms, comparable a las conexiones terrestres de fibra óptica. En contraste, los satélites tradicionales suelen tener una latencia de más de 500 ms, lo que afecta aplicaciones en tiempo real como videojuegos o videollamadas.
En lugar de depender de unos pocos satélites grandes, Starlink utiliza miles de satélites pequeños interconectados, que forman una red global. Esta configuración asegura cobertura continua incluso en regiones remotas o en movimiento (como aviones o barcos), al cubrirlas con todos los satélites.
Cada satélite utiliza antenas de haz direccional (phased-array) para comunicarse con estaciones terrestres y usuarios finales a través de terminales especializados, conocidos como “dish” o antenas correspondientes a la empresa.

Los satélites Starlink más recientes incluyen enlaces láser, lo que les permite comunicarse directamente entre ellos sin necesidad de transmitir datos a estaciones terrestres intermedias, mejorando la eficiencia y reduciendo la latencia.
Las diferencias con los satélites geoestacionarios
Los satélites tradicionales suelen estar en órbitas geoestacionarias, lo que les permite “fijarse” sobre un punto específico de la Tierra. Esto es útil para aplicaciones como televisión por satélite, pero implica una latencia más alta debido a la mayor distancia de la señal.
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Además, los satélites de Starlink son pequeños y económicos en comparación con los grandes satélites geoestacionarios, que pueden costar cientos de millones de dólares cada uno.

La constelación de Starlink proporciona cobertura en prácticamente cualquier lugar del mundo, mientras que los satélites tradicionales suelen tener áreas de cobertura limitadas y requieren varias unidades para cubrir zonas extensas.
Por otro lado, la empresa de Elon Musk está diseñada para ajustarse dinámicamente al aumento de demanda de datos, mientras que los satélites tradicionales suelen tener un ancho de banda fijo.