El multimillonario Mark Zuckerberg enfrenta una serie de procesos judiciales y regulatorios a nivel global con Meta Platforms Inc., empresa matriz dueña de Facebook, Instagram y WhatsApp, los cuales podrían aparejar fuertes implicancias en su modelo de negocio y en la forma en que maneja los datos de sus usuarios.
Las principales causas legales que rodean a Meta abarcan desde prácticas anticompetitivas hasta el uso indebido de información personal, afectando de forma directa tanto a los usuarios como a sus competidores, y abriendo un debate cada vez más vigente sobre la responsabilidad de las big tech en la economía digital.
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Meta: las causas antimonopolio y de seguridad que afectan a Mark Zuckerberg
Uno de los casos más resonantes es el juicio antimonopolio que se desarrolla en Estados Unidos. En noviembre de 2024, un juez federal en Washington dictaminó que Meta deberá enfrentar un proceso legal promovido por la Comisión Federal de Comercio (FTC), que busca revertir las adquisiciones de Instagram y WhatsApp.
La acusación sostiene que Meta compró estas plataformas emergentes no para innovar o mejorar sus servicios, sino para eliminar a su competencia y consolidar su posición dominante en el mercado de redes sociales. De acuerdo con la FTC, estas adquisiciones fueron parte de una estrategia deliberada para sofocar cualquier amenaza competitiva, violando las leyes antimonopólicas del país.

Por su parte, Meta se defendió argumentando que enfrenta una competencia feroz por parte de plataformas como TikTok, YouTube y LinkedIn, y que la dinámica actual del mercado dista mucho del panorama de hace una década. A pesar de sus argumentos, el caso sigue avanzando y forma parte de una ofensiva judicial más amplia que también involucra a Amazon, Apple y Google.
Facebook: también con problemas de ciberseguridad en Europa
Por otro lado, Meta fue multada en septiembre de 2024 por la Comisión de Protección de Datos de Irlanda, quien le impuso una sanción de 91 millones de euros, equivalente a unos 101,5 millones de dólares. El motivo: la empresa almacenó sin protección, en texto plano y durante más de diez años, más de 600 millones de contraseñas de usuarios de Facebook e Instagram.
Esta gravísima falla de seguridad fue considerada una violación directa del Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de la Unión Europea. Aunque Meta asegura haber corregido el problema y reforzado sus políticas internas de ciberseguridad, el caso puso en evidencia una negligencia prolongada que dejó expuesta la información confidencial de millones de personas.

En paralelo, otro frente de conflicto se abrió con la decisión de Meta de actualizar sus políticas de privacidad para permitir el uso de los datos compartidos por los usuarios en Facebook e Instagram con el fin de entrenar sus modelos de inteligencia artificial. Aunque la empresa introdujo un formulario para que los usuarios puedan oponerse a esta recolección de datos, aclaró que podrá seguir procesando información si los datos aparecen en contenidos públicos o si son parte de interacciones con terceros.
Otras causas judiciales de Meta en EE. UU.
A su vez, en Estados Unidos, Meta también enfrenta una denuncia por el tratamiento de datos personales de menores. En noviembre de 2023, fiscales generales de 33 estados presentaron una demanda conjunta acusando a la empresa de recopilar información de niños menores de 13 años en Instagram sin el consentimiento de sus padres, violando la Ley de Protección de la Privacidad Infantil en Línea (COPPA).
La demanda afirma que Meta recibió más de un millón de informes sobre cuentas de menores de edad, pero que solo desactivó una fracción de ellas, permitiendo que se continuara recolectando información sensible y ofreciendo contenido no apto. Este caso no solo cuestiona los mecanismos de verificación de edad de la empresa, sino también su responsabilidad frente a usuarios especialmente vulnerables.
A nivel europeo, Meta también fue cuestionada por prácticas que podrían constituir competencia desleal. En España, más de 80 empresas de medios de comunicación presentaron una demanda colectiva por 551 millones de euros, acusando a Meta de utilizar datos personales de usuarios de forma masiva para ofrecer publicidad segmentada, lo que les otorgó una ventaja injusta sobre medios locales que no cuentan con los mismos recursos ni acceso a esos datos.

El juicio, previsto para octubre de 2025, busca reparar el daño económico sufrido por estos medios y sentar un precedente en el uso ético de la información personal con fines comerciales.
Las consecuencias que podría enfrentar Meta y Zuckerberg
Una potencial consecuencia es la fragmentación de sus operaciones. Si los tribunales de Estados Unidos deciden revertir las adquisiciones de Instagram y WhatsApp, Meta podría verse obligada a deshacerse de estas plataformas o a operar con limitaciones significativas que afecten su integración con Facebook.
Esto supondría una transformación radical de la estructura actual de la compañía, cuyo poder reside precisamente en el ecosistema interconectado que conforman sus tres principales aplicaciones. A eso se suman las posibles sanciones económicas, la obligación de someterse a auditorías externas, y un incremento en la vigilancia por parte de autoridades nacionales e internacionales.
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Las decisiones que se tomen en estos juicios marcarán el rumbo del uso de datos personales en el siglo XXI, y podrían obligar a toda la industria tecnológica a repensar cómo se maneja la privacidad, la seguridad y la competencia en el entorno digital.
Mientras tanto, para WhatsApp e Instagram, el futuro estará inevitablemente atravesado por estas tensiones legales y políticas, que definirán cuánto control real tiene una empresa sobre la vida digital de las personas y qué límites está dispuesta la sociedad a imponerle.