En los últimos meses, Amazon enfrentó una creciente polémica debido a la proliferación de libros generados por inteligencia artificial (IA) que abordan temas sensibles como la salud mental y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Estos libros, autopublicados a través de la plataforma Kindle Direct Publishing (KDP), fueron criticados por ofrecer información potencialmente errónea y peligrosa, lo que generó preocupación entre expertos, lectores y autores.
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Libros con Inteligencia Artificial: cuáles fueron las polémicas en Amazon
La facilidad para crear y publicar contenido mediante herramientas de IA llevó a una avalancha de libros en Amazon que, aunque presentan títulos y descripciones atractivas, carecen de la rigurosidad y el respaldo profesional necesarios.
Un ejemplo destacado es el caso de Richard Wordsworth, quien, tras ser diagnosticado con TDAH, adquirió un libro en Amazon que prometía técnicas efectivas para manejar la condición. Sin embargo, al leerlo, descubrió que contenía afirmaciones alarmantes y sin fundamento, como que las personas con TDAH tienen “cuatro veces más probabilidades de morir significativamente antes”.

Investigaciones realizadas por la empresa Originality.ai revelaron que varios de estos libros sobre TDAH fueron generados completamente por IA, sin intervención humana en su redacción. Esto plantea serias dudas sobre la veracidad y la calidad del contenido que se ofrece a los lectores, especialmente en temas tan delicados como la salud mental.
Además de la preocupación por la calidad del contenido, se reportaron casos en los que autores vieron su identidad suplantada por libros generados por IA. La escritora Jane Friedman denunció que se estaban vendiendo en Amazon libros que llevaban su nombre, pero que ella nunca escribió ni autorizó.
Las medidas que tomará Amazon para reglar la publicación de libros online
A pesar de sus esfuerzos por eliminar estos títulos, inicialmente, Amazon desestimó su reclamo, argumentando que no poseía los derechos de autor de las obras en cuestión. Solo después de una protesta pública y la presión de otros autores, la plataforma retiró los libros fraudulentos.
Ante la creciente preocupación, la empresa de Jeff Bezos implementó algunas medidas para controlar la situación. La compañía limitó a tres el número de libros que un autor puede autopublicar diariamente a través de KDP, con el objetivo de frenar la avalancha de contenido generado por IA. Además, comenzó a exigir a los autores que informen si su contenido fue generado total o parcialmente por IA, aunque esta información no se comparte con los clientes.

Sin embargo, los críticos argumentan que estas medidas son insuficientes y que se necesita una regulación más estricta para garantizar la calidad y autenticidad del contenido disponible en la plataforma. Se señaló que la falta de supervisión y responsabilidad en la publicación de libros generados por IA puede tener consecuencias perjudiciales para los lectores y para la integridad del mercado editorial.
La situación plantea importantes cuestiones éticas sobre el uso de la inteligencia artificial en la creación de contenido, especialmente cuando se trata de temas que pueden afectar la salud y el bienestar de las personas. La posibilidad de que lectores confíen en información incorrecta o perjudicial es una preocupación real, y destaca la necesidad de establecer estándares y mecanismos de control más rigurosos.
Además, la suplantación de identidad de autores y la publicación de obras sin su consentimiento representan una amenaza para los derechos de los creadores y la confianza del público en las plataformas de venta de libros. Es esencial que empresas como Amazon tomen medidas más proactivas para proteger tanto a los autores como a los lectores, asegurando que el contenido disponible sea preciso, ético y respetuoso de los derechos de propiedad intelectual.