La misión del New Glenn de Jeff Bezos marcó un hito para Blue Origin. El cohete despegó desde Cabo Cañaveral llevando la misión ESCAPADE de la NASA, dos sondas diseñadas para estudiar cómo el viento solar afecta la atmósfera superior de Marte.
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Cómo fue el lanzamiento de New Glenn rumbo a Marte
El lanzamiento fue exitoso y, por primera vez, Blue Origin logró aterrizar su enorme booster sobre una plataforma del mar, un paso clave hacia la reutilización del vehículo. Esta misión incluye dos sondas gemelas, Blue y Gold, destinadas a estudiar cómo el viento solar interactúa con la atmósfera superior y el campo magnético de Marte, un factor clave para entender la pérdida del clima marciano y los desafíos que enfrentaría una futura presencia humana en el planeta rojo.
El vuelo del New Glenn no fue sencillo. Antes del despegue definitivo, la misión sufrió varias postergaciones. Por un lado, hubo problemas derivados del clima en Florida, un factor frecuente que afecta los lanzamientos. Por otro, se sumó un elemento inesperado: una tormenta solar especialmente intensa que amenazaba la seguridad de las sondas.

Este tipo de tormentas puede interferir con los sistemas electrónicos y de navegación, por lo que la NASA y Blue Origin debieron esperar una ventana más segura. Esa espera terminó convirtiendo el lanzamiento en un evento altamente seguido y cargado de suspenso.
Una vez en el aire, el desempeño del New Glenn salió todo como esperado. El cohete, de más de 90 metros de altura, logró colocar la carga en la órbita prevista y, además, ejecutó uno de los momentos más celebrados del día: el aterrizaje exitoso de su primera etapa sobre una plataforma oceánica. Este hito era particularmente importante para Blue Origin, ya que la reutilización es el eje central del modelo económico del New Glenn.
Aunque la compañía ya había dominado la reutilización con su pequeño New Shepard, hacerlo con un cohete orbital de gran tamaño representaba un desafío completamente distinto. El aterrizaje abrió la puerta para que los futuros vuelos sean más frecuentes y menos costosos, aunque la empresa aún debe demostrar que puede reutilizar esta etapa varias veces sin complicaciones.
Jeff Bezos y los avances con Blue Origin
La misión ESCAPADE también llamó la atención por su trayectoria inusual. En lugar de viajar directo a Marte, las sondas pasarán primero por un punto de Lagrange, una zona de equilibrio gravitacional, para luego continuar hacia el planeta rojo. Esta estrategia permite flexibilidad en las ventanas de lanzamiento y reduce el consumo de combustible, lo que resulta crucial en misiones de bajo presupuesto.

Una vez en Marte, las sondas estudiarán la interacción entre el viento solar y la magnetosfera fragmentada del planeta, algo imprescindible para entender cómo perdió su atmósfera y qué tan vulnerable sería la presencia humana allí.
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En cuanto al balance general, la misión dejó conclusiones claras. Lo positivo fue contundente: Blue Origin demostró que puede ejecutar misiones científicas complejas, colaborar de manera efectiva con la NASA y avanzar hacia la reutilización orbital.
También logró proyectar una imagen más sólida y competitiva frente a SpaceX, algo que era urgente para la empresa. Lo negativo tiene que ver con la dependencia de factores externos, los retrasos y el hecho de que el camino hacia la reutilización completa todavía es largo; un aterrizaje exitoso no equivale a un sistema completamente operativo.




