El rover Perseverance de la NASA volvió a encender el entusiasmo de la comunidad científica con un hallazgo que podría marcar un antes y un después en la exploración espacial. En su misión sobre la superficie de Marte, el vehículo ha recolectado y analizado muestras de rocas en el cráter Jezero, un lugar que hace miles de millones de años albergó un lago y un sistema fluvial activo.
- Te puede interesar: La NASA construirá un reactor nuclear en la Luna para 2030
Qué encontró el rover Perseverance de la NASA
Los últimos datos enviados revelaron compuestos orgánicos complejos y estructuras microscópicas que, según los científicos, podrían ser la primera evidencia de que en Marte existieron formas de vida microbiana en el pasado. Si bien no se trata de una confirmación definitiva de vida, los indicios se suman a una serie de hallazgos que refuerzan la hipótesis de que el planeta rojo tuvo las condiciones necesarias para la habitabilidad.
El descubrimiento se dio gracias a los sofisticados instrumentos a bordo del Perseverance, entre ellos SHERLOC, un espectrómetro que utiliza láser ultravioleta para detectar firmas químicas en las rocas, y PIXL, que analiza la composición elemental de la superficie.
Fue en este proceso donde se identificaron patrones que no encajan del todo con procesos puramente geológicos, y que sugieren la intervención de mecanismos biológicos antiguos. Estos rastros químicos guardan similitudes con los fósiles microbianos de la Tierra, lo que abre la puerta a pensar que Marte no fue un mundo estéril en sus primeros mil millones de años de historia.

Cómo son los microbios encontrados
Los “microbios” a los que hacen referencia los investigadores no son organismos vivos actuales, sino señales de lo que podría haber sido vida microscópica ancestral. Se trata de moléculas orgánicas y posibles biofirmas que, en la Tierra, suelen asociarse a bacterias primitivas.
- Te puede interesar: El error que hizo perder a la NASA una nave a finales de los años 90
Aunque aún no se puede afirmar que estos restos sean fósiles biológicos, la coincidencia entre la química hallada y la esperada en ambientes habitables refuerza la sospecha de que Marte alguna vez estuvo poblado, aunque fuese a nivel microscópico.
El próximo paso de la misión será doble. Por un lado, Perseverance seguirá perforando y almacenando muestras de roca y suelo, que en un futuro serán enviadas a la Tierra en una ambiciosa campaña conjunta entre la NASA y la Agencia Espacial Europea.

Allí, con la tecnología disponible en laboratorios terrestres, se podrá realizar un análisis más detallado y definitivo para confirmar si los compuestos hallados son de origen biológico. Por otro lado, los datos que siguen llegando ayudarán a los equipos a refinar los lugares más prometedores para la búsqueda, concentrándose en las zonas del cráter que muestran mayor acumulación de sedimentos fluviales.