El oro ha sido, desde los albores de la civilizaciรณn, sรญmbolo de poder y riqueza. Pero lo que resulta aรบn mรกs sorprendente es que la mayor reserva natural de este metal no estรก bajo tierra. La NASA encontrรณ donde estรก la mayor reserva de oro y es el lugar menos pensado.ย
Segรบn estimaciones cientรญficas de la agencia espacial estadounidense, hay cerca de 20 millones de toneladas de oro disueltas en el agua de mar, lo que supera con creces todo lo extraรญdo en la historia. Esto plantea una posibilidad casi de ciencia ficciรณn: una fortuna inimaginable y accesible, al menos en teorรญa.
NASA descubriรณ una reserva de oro: por quรฉ serรญa casi imposible extraerlo
No obstante, las cifras astronรณmicas chocan con la cruda realidad. La concentraciรณn de oro en el agua de mar es extremadamente baja: apenas 0,00000005 gramos por cada litro de agua, lo que hace que cualquier intento de extracciรณn se vuelva inviable desde el punto de vista tรฉcnico y econรณmico.

Aunque en condiciones ideales, ese oro estarรญa “accesible para todos”, el volumen de lรญquido involucrado y la dispersiรณn del metal hacen que se necesiten tecnologรญas complejรญsimas y muy costosas, aรบn inexistentes.
La extracciรณn submarina de oro entra en conflicto directo con otra gran preocupaciรณn: el impacto ambiental. Tรฉcnicas como el uso de filtros especializados o procesos quรญmicos son, por ahora, poco eficientes a gran escala y, ademรกs, podrรญan causar un daรฑo irreparable a los ecosistemas marinos.
En paralelo, aunque la mayor cantidad de oro estรก disuelta en el agua, las minas terrestres siguen siendo la fuente principal del metal. Algunas de las mรกs grandes estรกn ubicadas en lugares como Nevada (Estados Unidos), Muruntau (Uzbekistรกn), Grasberg (Indonesia), Olimpiada (Rusia) y Pueblo Viejo (Repรบblica Dominicana).

Ademรกs, a nivel global, los mayores reservas oficiales de oro las poseen naciones como Estados Unidos (con mรกs de 8.000 toneladas almacenadas), seguido por Alemania, Italia, Francia, Rusia y China; en Amรฉrica Latina, los principales depรณsitos estรกn en Brasil, Mรฉxico y Argentina.
Este hallazgo submarino puede parecer un atajo hacia la riqueza, pero la realidad es otra: la tecnologรญa no estรก lista, los costos son prohibitivos y el impacto ecolรณgico podrรญa ser desastroso.