La empresa de tecnología Microsoft anunció un avance significativo en la computación cuántica al desarrollar un nuevo estado de la materia, conocido como “cúbit topológico”, que promete revolucionar la forma en que se construyen las computadoras cuánticas. Este estado no se clasifica como sólido, líquido o gaseoso, sino que representa una fase distinta de la materia que muchos expertos consideraban inalcanzable.
El “cúbit topológico” se basa en la manipulación de partículas denominadas fermiones de Majorana, teorizadas por el físico Ettore Majorana en 1937. Estas partículas poseen propiedades únicas que las hacen menos susceptibles a interferencias externas, lo que podría traducirse en cúbits más estables y menos propensos a errores.
La estabilidad de los cúbits es esencial para el desarrollo de computadoras cuánticas funcionales, ya que los cúbits tradicionales son extremadamente sensibles al entorno, lo que dificulta su escalabilidad y aplicación práctica.

Cómo es el innovador chip cuántico de Microsoft
Para materializar este avance, Microsoft creó un chip denominado Majorana 1, que integra una arquitectura de núcleo topológico. Este chip utiliza materiales superconductores y semiconductores que, al ser enfriados a temperaturas cercanas al cero absoluto, permiten la aparición y control de los fermiones de Majorana. La capacidad de observar y manipular estas partículas es un hito que podría facilitar la construcción de cúbits más fiables y escalables.
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La implementación de cúbits topológicos podría permitir la integración de hasta un millón de cúbits en un solo chip compacto, lo que representaría un salto cuantitativo en la capacidad de procesamiento de las computadoras cuánticas.
Esta mejora no solo incrementaría la potencia de cálculo, sino que también reduciría significativamente la necesidad de corrección de errores, uno de los principales desafíos en la computación cuántica actual.

Aunque este desarrollo es prometedor, algunos expertos instan a la cautela. La creación y control de fermiones de Majorana en un entorno de laboratorio es un logro notable, pero la transición de esta tecnología a aplicaciones comerciales viables aún enfrenta desafíos considerables. La escalabilidad, la fabricación a gran escala y la integración con sistemas existentes son aspectos que requieren investigación y desarrollo adicionales.