Hugo Nahuys, Gerente de Servicios Espaciales de ARSAT, contó a DEF detalles del ARSAT-SG1, la nueva apuesta en satélites de la empresa.
ARSAT es la empresa líder en Argentina en lo que al desarrollo y gestión de telecomunicaciones de manera terrestre, aérea y espacial se refiere. Particularmente, su aporte con los satélites ARSAT-1 y ARSAT-2 atrajo muchas miradas en materia espacial y posiciona al país como un actor importante en el rubro. Hugo Nahuys, gerente de Servicios Espaciales en ARSAT, en diálogo con DEF contó sobre el futuro de los satélites de comunicaciones, el aporte argentino y lo que se viene.
- Te puede interesar: Los proyectos de Invap para jugar en las grandes ligas de la industria satelital
Nahuys cuenta con experiencia en el rubro desde el primer proyecto satelital geoestacionario argentino iniciado por Nahuelsat en la década del 90. Casi 30 años después, puede hablar de dos misiones exitosas (ARSAT-1 y ARSAT-2) y el ARSAT-SG1 en camino, para ostentar los nuevos avances de la tecnología aeroespacial argentina.

– ¿Cuáles son los proyectos satelitales en ARSAT y sus próximos objetivos?
-En el ARSAT-SG1 hay mucha más integración nacional, incorporando grandes avances tecnológicos y mejoras muy significativas en eficiencia. El SG1 es muy superior al ARSAT-1 y ARSAT-2, dado que en vez de propulsión química tendrá propulsión eléctrica y utilizará la banda de frecuencias Ka que es más eficiente que la Ku, llegando a casi 34 veces más capacidad de comunicaciones que lo que tiene actualmente el ARSAT-1. Podemos decir que es un satélite competitivo con el resto de los sistemas de comunicaciones satelitales disponibles en la actualidad.
-¿En qué se diferencia un satélite de órbita baja con uno geoestacionario?
-Los satélites de observación de la Tierra de órbita baja tienen avances tecnológicos de vanguardia en sus instrumentos, pero los de telecomunicaciones tienen necesidades y requerimientos muy exigentes de disponibilidad de servicio, porque tienen que estar el 100% del tiempo brindando servicio, no tiene ni debe haber cortes. Por otro lado, en órbita baja se requieren típicamente 5 años de vida útil, mientras que en los geoestacionarios se requieren 15 años de vida útil. Para esto, los requerimientos de calidad son muy exigentes dado que los satélites, una vez lanzados al espacio, no hay posibilidad de ir a repararlos.
-¿Cuál dirías que es el factor clave del ARSAT-SG1?
-La clave es que hubo un avance tecnológico grande en cuanto, primero la propulsión, los ARSAT-1 y ARSAT-2 son de propulsión química, entonces de las 3 toneladas que pesa el satélite, casi la mitad es combustible, para poder llegar a la órbita geoestacionaria, se usa el 80% de ese combustible y con el 20% restante se vive los 15 años de control orbital necesario para mantenerse en su posición.

El SG1 al tener propulsión eléctrica con un 30% de masa se puede realizar lo mismo que la propulsión química. En las mismas tres toneladas del satélite podemos destinar más peso y volumen a lo que es el subsistema de telecomunicaciones, que es su carga útil. En el ARSAT-SG1, con la misma masa y volumen al del ARSAT-1 y ARSAT-2, tenemos la capacidad del doble de potencia eléctrica para su carga útil, más espacio para ubicar amplificadores, y sumado a la mejora de eficiencia de la banda Ka, eso nos da casi 34 veces más capacidad de telecomunicaciones.
-¿Está en vistas la incorporación de nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial?
-Se podría incorporar asistencia de Inteligencia Artificial para análisis de todos los parámetros que llegan del satélite que llamamos telemetría, que nos brinda el estado de salud de cada equipo. Pero por ahora tenemos el método tradicional de monitoreo de un sistema de alarmas que es supervisado por seres humanos, ingenieros en control satelital. La IA, podría ayudarnos en el futuro con una asistencia en el análisis de tendencias en los miles de parámetros que supervisamos.
-¿Qué otras ventajas y desventajas tienen los geoestacionarios respecto a las constelaciones de órbita baja?
-La geoestacionaria es una industria muy asentada que tiene calidad de servicio y disponibilidad garantizadas desde hace décadas. También puede llegar a costos muy bajos y si tuviésemos el SG1 en órbita hoy podríamos bajar el precio de nuestros productos satelitales a menos de la mitad. Sin embargo, los satélites de órbita baja con los geoestacionarios se están complementando. Es decir, no es que uno va a anular completamente al otro, sino que los dos sistemas van a convivir y van en conjunto a garantizar comunicaciones mucho más robustas.

De hecho esto ya está pasando así en algunos cruceros que están instalando simultáneamente la comunicación al geoestacionario y también los servicios de Starlink. Ese complemento genera que tengas dos sistemas que garanticen que tengas siempre comunicaciones en cualquier lado. Starlink tiene la ventaja de la latencia y el geoestacionario tiene la robustez y la alta disponibilidad.
-¿Cómo convivirá ARSAT en un mundo donde empiezan a aparecer más este tipo de satélites?
-Hay que saber con inteligencia dónde ubicarse para no entrar en competencia directa. Nosotros podemos dar un servicio personalizado que las constelaciones grandes como Kuiper de Amazon y Starlink no pueden dar por ahora. La capacidad que tenemos en ARSAT-1 y ARSAT-2 está casi toda vendida. Nos quedan pocas porciones de capacidad y son las más difíciles de vender porque queda poco ancho de banda y esa capacidad marginal remanente es más difícil de comercializar. Por eso se considera que un satélite geoestacionario está lleno cuando está al 90%.
-¿Cómo se encuentran ARSAT-1 y ARSAT-2 en la actualidad?
-ARSAT-2 está completo a más del 90%, el resto lo comercializamos para usos ocasionales, como una conectividad de un tiempo limitado. Los servicios del ARSAT-2 se exportan 50% del satélite a EE.UU., y sus canales de banda ancha son excelentes para comunicaciones seguras que requieren encripción.
- Te puede interesar: CEATSA: cómo funciona y qué se tiene en cuenta a la hora de testear un satélite
El desarrollo argentino de satélites geoestacionarios y su impacto global
-¿Cuál dirías que es el rol de ARSAT en el panorama satelital argentino?
-ARSAT le aportó a la Argentina el conocimiento de las misiones geoestacionarias de telecomunicaciones. Trajimos toda la calidad e ingeniería que aprendimos de cómo gestiona Europa sus misiones satelitales geoestacionarias de telecomunicaciones, y todo esto además con un gran éxito técnico y comercial. Los satélites de telecomunicaciones ARSAT-1 y ARSAT-2 generan ganancias, lo que permite reinvertirlas y seguir mejorando el desarrollo tecnológico. Considero que en un futuro próximo, INVAP logrará exportar satélites y ARSAT podrá complementar la oferta con servicios asociados a las operaciones, puesta en órbita y los sistemas terrestres de telecomunicaciones. En este momento, lo que exportamos son los servicios de comunicaciones con satélites diseñados y fabricados en Argentina y eso ya es un orgullo.
Con el ARSAT-SG1 no sólo vamos a sumar capacidad satelital desarrollada en el país, sino que cuesta un tercio del precio que sale alquilarla. Es un doble beneficio porque es importante la fabricación nacional, pero también el de haber llegado a un nivel de eficiencia que haga que puedas competir contra los productos y servicios que brindan otros satélites. La industria de telecomunicaciones geoestacionaria está revolucionada porque entró en escena un proveedor de internet satelital de órbita baja que es Starlink que tiene una ventaja con respecto al geoestacionario, en cuanto a la latencia es mucho menor, pero éste no es el único parámetro que define la calidad de un servicio.

-Gracias a estas misiones exitosas, ¿cómo es visto en el espectro global?
-En cuanto a desarrollo satelital, Argentina logró hacer misiones geoestacionarias exitosas y menos de 10 países en el mundo pudieron hacer o siquiera se plantearon hacerlo. Muchos profesionales que pasaron por ARSAT y también por INVAP o CONAE terminaron trabajando en Europa y en Estados Unidos o en forma remota desde Argentina para empresas extranjeras.
La capacitación y la experiencia que genera este tipo de proyectos es muy preciada en todo el mundo y más en los países desarrollados que tienen una industria aeroespacial fuerte. Por lo tanto, el drenaje de gente fue bastante considerable en estos últimos tiempos y da una muestra de lo importante que es el desarrollo tecnológico que genera un alto valor agregado. Dado que ya contamos con muchos profesionales altamente capacitados, idealmente habría que tener una legislación para favorecer que los mismos desarrollos se hagan en la Argentina con iniciativas públicas o privadas, así se generará el valor agregado en el país y podremos tener una industria aeroespacial local más consolidada.